Río Negro y Neuquén entre las cinco provincias con peores resultados en sus presupuestos

El estudio lo realizó una consultora privada comprando las 24 jurisdicciones del país tomando en cuenta uno de los índices fiscales clave para el desarollo territorial.

Una de las variables determinante en el rojo fiscal de las provincias de Río Negro y Neuquén fue la caída de las regalías.

El resultado fiscal en los Gobiernos provinciales es una variable macroeconómica clave. Con ella se puede inferir cuánto impulso le dará un gobernador a la actividad económica o cuánto trepará la deuda soberana para cubrir el exceso de gastos.

Hay que tener en cuenta que los Gobiernos provinciales son una porción muy importante del Estado: las 24 jurisdicciones (23 Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) representan 4 de cada 10 pesos del gasto público del país.

Un indicador que refleja la salud fiscal de una Provincia es aquel que relaciona el resultado primario/ingresos totales. Cuanto más alto es ese valor, mayor es el nivel de ahorro y por ende la disponibilidad de fondos para mejorar las condiciones de sus conciudadanos.

Un reciente trabajo elaborado por la consultora Ecolatina da cuenta que las administraciones de Aarabela Carreras y Omar Gutiérrez se ubicaron en el lote de las cinco con peores desempeños en materia fiscal durante el año pasado, tomado el indicador mencionado dentro del análisis comparativo.

Según el ranking elaborado por el estudio señalado, Río Negro se ubica en el segundo lugar y Neuquén en el quinto, con un resultado negativo del 7% y del 4% respectivamente. En primer lugar está Santa Cruz con un déficit del 12%.


Desde 2018, las Provincias del país reflejan un resultado primario superavitario. Esta no es una característica homogénea, ya que existen algunas jurisdicciones que presentan un déficit operativo en relación con sus ingresos totales (siendo Chubut, Río Negro y San Luis las más destacadas), mientras que muchas otras (Santiago del Estero, Córdoba y La Rioja, en los primeros puestos) tienen un importante ahorro fiscal previo al pago de intereses. 

Durante este último tiempo, la deuda tomó relevancia en los Gobiernos subnacionales, pasando del 1% del gasto en 2015 al 5% en 2019. Una señal no del todo buena si se tiene en cuenta que gran parte de ella fue orientada a cubrir las partidas corrientes del gasto. Por otra parte, el crecimiento del Estado (mayores recursos y más gasto) vino acompañado de un aumento del empleo público. Otra mala señal desde el punto de vista presupuestario.


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