Río Negro: del superávit al déficit fiscal en solo meses
Hasta mediados del año pasado el relato oficial sobre las cuentas públicas tapó lo que claramente estaba por venir: fuertes desequilibrios producto del desborde en el gasto presupuestario.
“Contás [Arabela Carreras] con una Provincia equilibrada y en orden. El orden es estabilidad y vale la pena cuidarlo. Esto nos permite pensar y planificar cada obra y cada nuevo servicio. Acabo de firmar el proyecto de ley de pase a planta permanente de más de 2.000 trabajadores rionegrinos”, celebraba el entonces gobernador Alberto Weretilneck, en su cuenta de Twitter el 27 de febrero del año pasado.
Solo semanas después, la ya electa mandataria provincial Arabela Carreras, confirmaba este optimismo contable remarcando que “en lo económico tenemos superávit, lideramos la Patagonia en materia de obra pública con una deuda pagable que está respaldada por los ingresos petroleros en dólares. Por ello estoy en condiciones de señalar que la provincia está equilibrada y somos garantía de eso”.
Los dos más importantes líderes políticos rionegrinos de ese momento mostraban una esperanza de cara al futuro pocas veces vista en la joven historia rionegrina.
Conclusiones de una abrupta salida
Qué fue lo que ocurrió con la Provincia que, en solo meses, pasó de ser ejemplo de Estado fiscalmente ordenado a mostrar fuertes desequilibrios presupuestarios.
Entre tantos, dos son los puntos importantes que valen resaltar para entender este fenómeno. El primero, el año político que sumergió a la provincia en un mar de gastos que fue imposible financiar con recursos propios. El gobierno provincial, a partir del último trimestre de 2018, liberó enormes partidas de fondos públicos destinadas a subsidios de todo tipo. Como contraparte, los recursos mostraron una desaceleración importante.
Los números del presupuesto muestran con claridad los desvíos mencionados.
Los ingresos que llegaron a las arcas provinciales, tomados en forma interanual (2019/2018), mostraron una tasa de crecimiento del 41%, ocho puntos porcentuales menos que el consolidado en el período anterior (2018/2017).
En relación a los gastos, las estadísticas oficiales señalan que saltaron en forma interanual el 50% durante el año pasado, unos catorce puntos porcentuales más que los valores cerrados para el ciclo 2018.
Es decir que, mientras los ingresos cayeron los gastos pegaron un salto histórico. Nada más que agregar. No hay forma de equilibrar las cuentas fiscales de una provincia partiendo de esta distorsiva matriz entre recursos y erogaciones.
El segundo punto a tener en cuenta para poder comprender este complejo escenario que está atravesando Río Negro han sido los fuertes cambios que sufrió la macroeconomía del país durante el período bajo análisis, que repercutió en forma directa en una de las variables que, hasta el 2018, estaba relativamente controlada: la deuda pública provincial.
Hay que comprender que la toma de deuda pública, medida en términos reales, equivale al déficit presupuestario que presenta el Estado. Preguntarse por las consecuencias del incremento de estos pasivos equivale a analizar los efectos que acarrea el mantenimiento de una situación crónica de déficit fiscal.
Primeras muestras de un estilo
Pero volvamos a los números. El stock de pasivos de la Provincia viene mostrando una tasa de crecimiento preocupante y los primeros coletazos de esta política de Estado salieron a la superficie el año pasado.
Como dato referencial hay que señalar que Río Negro a fines de 2015 consolidaba una deuda pública por algo más de 5.300 millones de pesos. Al cierre del año pasado, el stock había trepado a poco más de 33.100 millones de pesos.
Es decir, los números se sextuplicaron en solo cuatros años. Un dato no menor a la hora de analizar los problemas presupuestarios de la Provincia.
Pero a las necesidades de financiamiento que requiere Río Negro para poder sostener su estructura de gastos se le sumó, a partir del año pasado, el cierre al acceso de los mercados voluntarios de deuda. Esto determinó que el riesgo país se disparara y por ello se tuvieron que sumar enormes partidas destinadas a cubrir el pago de los vencimientos de intereses y capital de la duda pública, gastos que, en definitiva, llevaron a incrementar los desequilibrios fiscales que arrastraba la Provincia.
Para tomar conciencia de lo que estamos mencionando, durante el año en curso la administración de Arabela Carreras necesitará financiamiento por algo más de 7.000 millones de pesos sobre las que deberá pagar exorbitantes tasas de interés de continuar el actual escenario económico nacional.
Efectos de largo plazo
Más allá de las diferentes condiciones económicas imperantes en este último tiempo, el problema macroeconómico crónico de Río Negro está relacionado con la enorme frustración nacida de la pobre performance en términos de crecimiento de largo plazo.
En este sentido, el déficit presupuestario se comporta como un verdadero obstáculo para el crecimiento económico.
Esto significa que, más allá de cualquier efecto coyuntural de reactivación de la actividad económica que pueda asignarse a la política fiscal en el corto plazo, existe una relación inversa entre el incremento del déficit fiscal y la tasa de crecimiento económico de la Provincia.
Por otra parte, hay que remarcar que el creciente gasto público que se observa en Río Negro en los últimos años, que está siendo compensado con deuda y mayores impuestos al sector productivo, termina desplazando a las pocas inversiones privadas que podrían llegar a la región.
Si se une este efecto a la relación inversa entre el déficit público y el crecimiento, lo que termina por aparecer es la baja productividad promedio del gasto público provincial, una variable que vuelve a ser financiada cien por ciento por el sector privado.
Uno de los temas clave por resolver.
Domingo: “La situación fiscal de la Provincia es totalmente manejable”
El saliente ministro de Economía de Río Negro, Agustín Domingo, aseguró que no es problemática la situación fiscal que tiene la Provincia. Destacó que la coyuntura a nivel nacional afectó el financiamiento producto del cierre de los mercados.
Considera que el gasto está en línea con lo proyectado y que la “situación fiscal de la Provincia es totalmente manejable. A continuación, parte de la conversación mantenida con Río Negro”.
PREGUNTA- ¿Cómo se pasó del paraíso al infierno presupuestario?
RESPUESTA- La Provincia tiene un equilibrio presupuestario positivo ya que sus ingresos corrientes superan a los gastos corrientes y eso nos da una capacidad de ahorro que no todos tienen.
P-¿Por qué entonces la emergencia?
R-Lo que hay es falta de disponibilidad de herramientas para las necesidades de financiamiento que están previstas en el presupuesto. Más allá que uno tenga las cuentas equilibradas, siempre tenemos vencimientos que hay que afrontar. En condiciones normales de mercado, no deberíamos tener problema.
P-¿Por qué existe un déficit financiero tan importante?
R-Nosotros veníamos saliendo gradualmente del déficit más profundo que fue en 2016 y evolucionamos positivamente en estos últimos años. Hoy tenemos un equilibrio primario y eso es definitiva es lo importante.
P-Perdón que insista, pero los números finales del año 2019 muestran un rojo importante…
R-Cuando hay una situación de incertidumbre a nivel país con la reestructuración de deuda, los inversores desaparecen enseguida a la espera de señales. Y eso fue lo que nos afectó y está afectando. Hasta que no se recomponga todo esto vamos a tener algunas complicaciones, pero solo coyunturales.
P-Sin embargo, en 2018 los números ahí se muestran positivos…
R-La foto que observamos de ese año fue muy beneficiosa. Una parte importante de la negociación salarial quedó para fin de año y eso terminó impactando en parte en el 2019.
P-¿Considera que deja el ministerio sin grandes desvíos presupuestarios?
R-La situación fiscal de la Provincia es totalmente manejable. Tenemos un equilibrio primario y eso es definitiva es lo importante. Estamos convencidos de que cuando se restablezcan las condiciones de financiamiento la Provincia dejará de tener problemas.
P-En 2019 los gastos crecieron muy por encima de los ingresos. ¿No ve preocupante ese dato?
R-No, porque fue algo coyuntural. Como dije anteriormente parte de ese crecimiento del gasto se debió al aumento de masa salarial otorgado en 2018. No veo grandes desvíos en la partida.
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