El riesgo de incendio de una vivienda en la cordillera se puede medir

Investigadores del Conicet diseñaron una encuesta dirigida a la población que permite conocer el grado de peligro en base a diferentes variables. Se toma en cuenta los materiales de las estructuras, la distancia de los árboles y el tipo de vegetación, si son zonas con riego y el contexto colectivo del barrio.

¿Cuál es el riesgo de incendio en tu vivienda? La pregunta rige para cualquier habitante de la zona cordillerana de la Patagonia Norte, desde Aluminé hasta Esquel, porque en esta zona las urbanizaciones están insertas en el bosque o áreas de importante vegetación donde se debe tomar conciencia de lo que implica ser parte de este paisaje.

El riesgo está latente y hay sobrados ejemplos en la región. El más grave ocurrió en marzo pasado cuando en la Comarca Andina el fuego que comenzó en un cerro se propagó rápidamente a barrios de El Hoyo, en Chubut, y afectó vidas humanas y 500 casas. También en Cuesta del Ternero, a unos 30 kilómetros de El Bolsón, el verano anterior se produjo una situación crítica aunque con daños de menor magnitud y es habitual en Bariloche que se repitan los focos en la barda del Ñireco, donde el último fin de semana estuvieron en riesgo las viviendas.

La respuesta al nivel de riesgo de incendio de viviendas se conforma por una serie de indicadores que los investigadores del Conicet, Thomas Kitzberger y Juan Paritsis, que trabajan la temática de la “ecología del fuego” en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Inibioma), analizan desde hace años y sistematizaron ahora en una encuesta dirigida a la población que permite conocer el nivel entre 4 variables.

Los investigadores parten de la premisa de los llamados “incendios de interfase” que cada vez son más. Se trata de áreas donde se entremezclan viviendas y/o urbanizaciones con bosques y vegetación, donde se generan estos focos, entre otras causas, por el aumento de viviendas en zonas suburbanas, asentamientos en áreas boscosas, acumulación de residuos inflamables en las viviendas (hojas, musgos, leñeras), etc.

“Venimos estudiando el fenómeno del fuego desde hace 30 años y es muy preocupante cómo cambió en las últimas décadas, por eso consideramos que los vecinos y vecinas deben tener conciencia de los cambios y los riesgos, hay muchos que desconocen las dinámicas del sistema natural”, señaló a RÍO NEGRO, Kitzberger, uno de los realizadores de la primera versión de la web-app REDI-app que permite evaluar el nivel de vulnerabilidad de las viviendas frente a los incendios de interfase.

El investigador que también es docente de la Universidad del Comahue, indicó que para medir el riesgo se toman en cuenta los materiales de las estructuras, la distancia de los árboles y qué tipo de vegetación hay, la pendiente, si son zonas con riego y el contexto colectivo del barrio o vecindario. “Apuntamos a mirar acciones individuales y colectivas, por eso pensamos hacer una devolución a las Juntas Vecinales o cuarteles de bomberos para que conozcan la situación por manzana, sin identificar casas particulares, para que adopten medidas preventivas en conjunto”, apuntó Kitzberger.

El lanzamiento de esta encuesta, permanecerá abierta y la puedan completar pobladores de toda la región. Foto Alfredo Leiva

La oportunidad

El lanzamiento de esta encuesta, que permanecerá abierta y que pueden completar pobladores de toda la región, desde Aluminé hasta Esquel, toma en cuenta la oportunidad de que la población está atenta y preocupada por los incendios forestales, como el que se inició en el lago Martin en diciembre y que puso en riesgo las poblaciones de Río Villegas, Lago Steffen y El Manso.

“Se trata de un problema estructural subyacente al cambio climático y la gran cantidad de biomasa acumulada”, enfatizó Kitzberger, quien admitió que en algún punto colisiona con conceptos naturistas de preservar bosques y vegetación. “Esas ideas naturistas están muy bien, pero muchas veces ponen en riesgo sus vidas y estructuras. Hay que tomar medidas preventivas porque las leyes que rigen en los bosques a veces entran en conflicto con nuestros propios intereses”, afirmó.


Los indicadores más altos


Los investigadores de Conicet cuentan con un modelo de simulación para detectar en las ciudades donde están los niveles de riesgo más altos para las viviendas y la población.

Entre estas zonas más críticas en Bariloche identificaron la ladera alta del cerro Otto, Villa Catedral y Villa Lago Gutiérrez. También hay barrios con viviendas aisladas entre el bosque que complican su situación. En la zona Sur, los materiales de las estructuras (muchas de madera y con techos que no son de chapa o teja), sumado a los pastizales altos y los pinares, también las posicionan en situación vulnerable.

“Hay que poner especial atención a las zonas con pendiente, mucha vegetación y bajo grado de urbanización. Cuanto más plano y urbanizado están los barrios, son más resilientes al fuego”, graficó Kitzberger.

El cerro Otto tiene un área de alto riesgo en la zona más alta donde también hay viviendas. Foto: Archivo

Otro dato a tener en cuenta es el mantenimiento de las canaletas, que deberían estar limpias, sin residuos de hojas secas o musgos. La importancia en este punto radica en que muchos incendios se propagan por las pavesas (material pequeño prendido) que vuelan o estallan como pueden ser las piñas, coníferas, hojas, y a través de estos conectores pueden llegar a la estructura de una vivienda.

Entre las buenas prácticas también se sugiere la poda alrededor de la vivienda, tener vegetación distanciada, advertir si hay ramas o árboles que tocan la vivienda, reducir los materiales combustibles alrededor de la casa para crear un cinturón defensivo contra el fuego, mantener vías de despeje y que se posibilite el acceso, lo más cercano posible, de autobombas para combatir el fuego. También es importante contar con depósitos de agua ya sea un tanque, una pileta, el curso natural de un arroyo o bocas de incendios.


Unos minutos para tener el diagnóstico


La encuesta pide completar el nombre de pila y el mail, además de la dirección de la vivienda, pero solo es un registro para tener una base de datos por barrio y el resultado se considera anónimo. Para completarla se debe ingresar a la web www.rediapp.com.ar y no lleva más de 10 minutos.

En cada consulta se ofrecen opciones para determinar el nivel de riesgo. Se toma en cuenta si la vivienda está emplazada en una pendiente y qué graduación tiene, la vegetación que la rodea y la distancia, si hay bocas de incendio, piletas o tanques de agua, el material de revestimiento de la casa y los techos, las vías de escape disponibles, si puede ingresar el autobomba, entre otras.

Son unas 15 preguntas que determinan la puntuación y al finalizar la encuesta automáticamente se menciona el indicador de la situación de la vivienda: ideal, aceptable, mejorable y mala.

Con la conclusión también se ofrecen recomendaciones a tener en cuenta para mejorar la prevención y evitar que sea una casa riesgosa para los incendios de interfase.


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