Las mujeres también le hacen frente a la crisis de la producción

El declive de la fruticultura, en el Alto Valle, afecta a muchos actores que a diario se debaten cómo atravesarla y salir adelante. Entre ellos se encuentran las mujeres de la producción, encargadas de chacras o vinculadas desde otros lugares a la actividad, una arista que no siempre está a la vista sobre la superficie, pero de vital protagonismo.

Desde distintas labores, ellas también cumplen con tareas propias de quienes sostienen a sus familias, que deben salir a enfrentar a la par de sus compañeros las inclemencias de una economía regional que atraviesa una caída estrepitosa.

Su espíritu tiene la misma valentía y la misma bravura que la de los hombres chacareros, al frente de los núcleos de producción. Su voz quizás un poco menos de circulación, pero no por ello menos peso.

La suma de otros compromisos hogareños las hace, por lo general, ser menos visibles. Sin embargo, los testimonios demuestran que las mujeres permanecen en posiciones que pisan fuerte, ganadas ante la determinación de levantar sus voces.

“Con el declive de la fruticultura se han exacerbado mucho los trabajos de cuidado, que en general recaen en manos de la mujer, por lo tanto podemos decir que sus condiciones de vida se han deteriorado”, analizó Belén Álvaro, quien es socióloga y docente de la UNCo, abocada a la investigación de estos procesos sociales en la región.

Las responsabilidades también recaen en sus espaldas, en la rutina cotidiana. Aunque a veces no son iguales, “vemos que las mujeres solas están tanto o más afectadas que los productores varones, ya que tienen que enfrentar los problemas de las chacras y en las casas. En ese sentido, se puede ver que hay una doble opresión que recae sobre ellas, en relación a lo que está ocurriendo”, comentó Andrea Lúpori, ingeniera agrónoma y referente del Movimiento de Mujeres en Lucha del Alto Valle.

A su relato, se suma el de Susana Álvarez, ex presidenta de la Cámara de Productores de Cipolletti y encargada de su chacra. Ella observó que no sólo se juntan las tareas propias, sino que además “se hace muy difícil. En este contexto, es peligroso para una mujer encargada no saber si se están haciendo las inversiones correctas”, sostuvo.

En este sentido, las vulnerabilidades se van acumulando a lo largo de la cadena productiva, con una situación que atraviesa a los distintos eslabones que conforman el circuito productivo.

“Hay mucho sufrimiento que ocasiona que las condiciones para ir a trabajar, o para buscar trabajo, o incluso para ocuparse de la familia no sean iguales. Creo que también con la crisis de la producción frutícola hay una profundización de las figuras más vulnerables de esa cadena productiva, que sin duda han sido los trabajadores y dentro de ello, las mujeres”, agregó Álvaro al respecto.

“Productoras mujeres vamos quedando pocas. En Cipolletti éramos varias, pero esta situación es demasiado fuerte para todos”, añadió Álvarez.

También Lúpori declaró, sobre este punto, que “en el Movimiento de Mujeres en Lucha vemos que las mujeres que están solas la están pasando bastante mal; y las que están con sus compañeros también lo viven con amargura”.

Rutinas que cambiaron

Tanto adentro como afuera de la chacra, en una situación que se replica en el ámbito privado, las actividades y los retos de las mujeres productoras cambiaron, de la misma manera que el contexto social que las rodea.

“Hay una modificación de la rutina y un trastocamiento, de alguna manera, en cómo se vive el espacio público y el privado. El espacio público siempre fue para ellas un tránsito hacia las chacras, ir en bicicleta libremente por ejemplo”, relató la socióloga.

“Hay productoras que tienen encargados, es decir que todo lo tratan con una sola persona. En mi caso, no lo tengo y todo lo resuelvo yo. Es bastante difícil, en ese caso, enfrentar al personal”, aportó Álvarez.

Sobre la situación personal, Álvaro sumó que existe “una profundización de la precariedad que ya existía. Creo que hay sectores de esas mujeres que han ganado en aparecer en el mercado laboral, es decir que se empleaban con un trabajo manual calificado, que sólo algunas siguen teniendo. Después, el trabajo reproductivo se ha profundizado en casi todos los casos”.

A pesar de todos estos resultados que tienen impacto negativo, las estrategias para derrumbar los muros y enfrentar la crisis del sector productor están de las puertas hacia afuera. Y las respuestas parecieran señalar en un único sentido, que apunta al conjunto. “Esto tiene solución, pero hay que unirse, organizarse y salir a luchar. No tenemos expectativas de que se vaya a resolver la crisis frutícola en este contexto”, reivindicó Lúpori.

Fracking:

Un impacto en las rutinas que se encuentra bajo la lupa

La cercanía de la extracción no convencional de petróleo se convirtió en causa, pero no en la única, de las transformaciones en la cotidianidad de las familias vinculadas con la fruticultura.

“Con la crisis de la producción frutícola, hay afectaciones que tienen que ver con cómo se reproduce la vida en la localidad. Las productoras han visto vulneradas sus condiciones de venta, de colocación de la fruta, de seguir con los ciclos productivos”, detalló Belén Álvaro, socióloga e investigadora del tema.

A los problemas económicos, también se agregan otros, que tienen relación con el uso de los espacios públicos, que afecta las rutinas familiares diarias. “Hay mucha referencia al sufrimiento social, que lo trae aparejado la salida de la fruticultura. Porque esto ha permitido el ingreso de otras actividades, entonces aumentaron los olores, los movimientos de tierra, se han quebrado las casas”, precisó la profesional.

Inicialmente, estas características se observan en las chacras de Allen, donde la producción petrolera ha crecido en el último tiempo. “La actividad extractiva llegó al valle cuando la fruticultura se encuentra en condiciones de fragilidad muy grandes, sobre todo en el sector de la cadena de medianos y pequeños productores”, concluyó la mujer.

El fracking generó recambios.

archivo

Andrea Lúpori, referente del Movimiento de Mujeres en Lucha del Alto Valle.

“Enfrentan los problemas de las chacras y en las casas. Se puede ver que hay una doble opresión que recae sobre ellas”.

“En este contexto, es peligroso para una mujer encargada no saber si se están haciendo las inversiones correctas”.

“Hay profundización de las figuras más vulnerables (…), que sin duda han sido los trabajadores y, dentro de ellos, las mujeres”.

Belén Álvaro, socióloga y docente de la Universidad Nacional del Comahue.

“Se han exacerbado los trabajos de cuidado (…), por lo tanto podemos decir que sus condiciones de vida se han deteriorado”.

Belén Álvaro, socióloga y docente de la Universidad Nacional del Comahue.

Algunos Datos

Florencia Salto

Con la llegada de

la explotación no convencional de petróleo, se han trastocado las condiciones de venta en la producción frutícola.

52%

Es el porcentaje de crecimiento de la superficie de producción orgánica en Río Negro, una

opción para hacerle frente a la crisis del sector.

leelo en www.rionegro.com.ar

Susana Álvarez, productora y ex presidenta de la Cámara de Cipolleti.