El MNBA Neuquén vuelve con «Colección Tesoro», una increíble muestra del vestuario del teatro San Martín

La sala de exhibiciones reabre este sábado luego de cinco meses de estar en refacción con una original muestra. Se trata de una colección de 35 prendas diseñas especialmente para puestas en escena del Teatro San Martín de Buenos Aires.

Vuelve la sala de exhibiciones del MNBA Neuquén. Luego de cinco meses de permanecer cerrado por refacciones, este sábado reabre con “Colección Tesoro”, una original muestra conformada por más de treinta prendas que alguna vez fueron parte del vestuario de las obras del teatro San Martín de la ciudad de Buenos Aires. La muestra viene a poner en valor el trabajo del vestuarista, casi siempre soslayado por el del director, el dramaturgo e incluso los actores y actrices.


La apertura de sala e inauguración de “Colección Tesoro, con entrada libre y gratuita, será a las 20, en el marco del festival Neuquén Enhebra , que comenzó este jueves con la inauguración de la muestra ETÉREO/02 de Elías Here.

En marzo del año pasado, en el marco del programa artístico-cultural Conexión Buenos Aires – Madrid, “Colección Tesoro” viajó a la capital española, donde se exhibió en las salas Camoens e Inca Garcilaso del Palacio Linares, sede de Casa de América. Neuquén será la primera provincia en recibirla.

“Hay prendas de todas las décadas, el Teatro San Martín se inauguró en la década del 60, así que tenemos una representación de todo el trazado de la historia del teatro en estas prendas”, dice Silvina Vicente, curadora de la muestra y una de las responsables del rescate de este verdadero tesoro del teatro argentino. “Hay una variedad de diseñadores de vestuario muy relevantes que formó parte de la producción del Teatro San Martín, que, desde 2001, pasó a ser parte del Complejo Teatral de Buenos Aires.

Con esta selección busqué que tengan una convivencia estética en la sala, donde el conjunto realce y luzca”.

Silvina Vicente, curadora de «Colección Tesoro»

Entre los trajes exhibidos se encuentra el que utilizó Alfredo Alcón y Elena Tasisto en la puesta de Enrique IV del año 2005 dirigida por Rubén Szuchmacher, con vestuario de Jorge Ferrari. También el diseño de Fabián de Luca que uso Mía Maestro en la puesta de Lulu del año 1998 dirigida por Alberto Félix Alberto.

También la camisa de seda pintada a mano diseño de Gioia Fiorentino que utilizó Susana Rinaldi en La Opera de Dos centavos dirigida por Daniel Suárez Marzal en 1988 y el vestido de El jardín de los cerezos dirigido por Helena Tritek que utilizó Cristina Banegas, diseño de Eugenio Zanetti


Colección Tesoro es el resultado de un trabajo de rescate de alrededor de unas 45000 prendas que estaba descatalogadas y amontonadas en el subsuelo del teatro. En 2015, por iniciativa de la Fundación de Amigos del Teatro San Martín, se creó el Centro de Vestuario porque el San Martín es un teatro que fue creado como teatro fábrica, es decir que produce todo su vestuario y ese vestuario se empezó a acumular sin una estrategia de preservación y catalogación.


“Se estaba arruinando”, recuerda Vicente. “Cuando se advirtió esto, la Fundación de Amigos del Teatro San Martín tomó la iniciativa de crear el Centro de Vestuario con apoyo de mecenazgo. Se le dio un espacio de 600 metros cubiertos, se convocó a especialistas en preservación de textiles que equipó al lugar para que tenga condiciones de temperatura, de luz y de humedad apropiadas para la conservación de los textiles.


“No solo se los guardó en condiciones, sino que se hizo un gran trabajo de catalogación”, destaca Vicente. ¿Qué quiere decir? “Que se diseñó un sistema que se llama Xirgu, en homenaje a Margarita Xirgu, en el que cada prenda tiene un código. Esto es muy importante porque la colección ya tiene 45.000 prendas, entonces sería muy difícil gestionar ese tamaño de colección si no hubiera un sistema de catalogación. Y eso generó algo muy positivo también, que es que cada prenda se le asigna su historia, el nombre de quien la diseñó, para qué obra de teatro se usó, qué actor la usó. Es una colección viva, y hay datos que se van completando también trabajando en conjunto con el centro de documentación del teatro que se creó en el año 2003. Y es importante también generar esta trazabilidad de cada uno de los trajes, porque a partir de la existencia del centro de vestuario, se comenzó también a trabajar en la reutilización de prendas”.


Esto quiere decir que un diseñador de vestuario, cuando empieza a trabajar en un proyecto en el Complejo Teatral de Buenos Aires, tiene la posibilidad de pasar por el centro de vestuario o entrar al sistema Xirgu y ver si hay prendas que le pueden servir sin anular su capacidad creativa, porque de lo que se trata es de contar con la posibilidad de utilizar elementos ya existentes, reformularlos y darle una nueva vida al vestuario, incorporándolo a otra narrativa.


Para Silvina Vicente, la existencia del Centro de Vestuario tuvo un impacto muy importante en la cultura institucional, al generar una apreciación del vestuario como pieza importante en la narrativa teatral. “El diseño del vestuario es una disciplina clave dentro de las artes escénicas y al poder tener este encuentro con las prendas, recuperar el nombre de la autoría de esas prendas y colocar sus nombres dentro de la historiografía del teatro, que es la recuperación también de las áreas técnicas que son muy importantes. Generalmente, en el teatro el público está más habituado a tener contacto con el nombre del director y el nombre de los elencos, pero no con los diseñadores de vestuario”.


El diseñador de vestuario, como así también el escenógrafo, trabajan junto con el director y con el texto, dándole un lenguaje visual a esa narrativa y una capa de sentido que excede al lenguaje o a la palabra dicha por el actor, entonces vos fíjate lo importante que es”, remarca Vicente.


Un dato muy importante que destaca la curadora y que explica el nombre de la muestra, es que dentro las 45.000 prendas que tiene el Centro de Vestuario hay una sección que se llama justamente Tesoro, que son 600 prenda, que por su factura o por su historia o por quien la usó, no entran dentro del esquema de la transformación. “Esas prendas se pueden reutilizar, pero no se pueden modificar”, aclara Vicente. “Porque justamente se busca que no se pierdan. De todos modos, las prendas que se transforman en el sistema Xirgu queda registrada esa transformación para que no se pierda la autoría de cada uno de los trajes”.


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