El lado B de esta neurocirujana neuquina: vivir al límite

Miriam Vicente ama el riesgo todo el tiempo como un modo de fortalecerse ante los desafíos que su profesión le plantea a diario. Una mujer que inspira.

Ella busca siempre el extremo, el borde o el límite para vivirlos. Sea en la montaña o en el llano; en solitario o en grupo; bajo el sol o la lluvia. Y en esos momentos, cuando el dolor de algún músculo es intenso o su cuerpo tirita de frío, “me confirmo a mí misma una vez más que estoy viva”. Correr, confiesa ella, “me limpia el cuerpo y el alma”.

Quien así habla es Miriam Vicente (47), neurocirujana especializada en neurocirugía endovascular y percutánea y ultramaratonista amateur de carreras de montaña, que vive y trabaja en Neuquén capital.

“Tener un cerebro en la mano es tremendo, algo muy fuerte”, dice juntando las manos, como en ofrenda. “Dos o tres veces me cruzo a la Fulana”, agrega y eso no es joda. La Fulana, la muerte o como querramos llamarla no anda con vueltas muchas veces. Y ella está ahí, “entre salvar la vida a alguien o no alcanzar a hacerlo”. Enseguida se le vienen a la mente pacientes como aquella joven que al día siguiente de parir una hija tuvo un ACV o aquel otro que el día antes de ser papá tuvo un derrame cerebral. Y ella estuvo ahí y ella hoy se los cruza por la calle y “lo que menos pensás es que ellos pasaron por semejantes situaciones”.

Estas facetas de su profesión, que ya contabiliza 25 años, la hacen a ella muy terrenal, con cabeza muy científica. Aún así, su decir tiene mucho de poesía y de algo oriental, cuando enfatiza todo el tiempo “en vivir el presente”. “El paciente que estuve operando a la tarde por un ACV ese día, él o ella, se levantó con un proyecto de vida”. Y horas más tarde todo cambió, como un tsunami. “Por eso me digo a mí misma y a mi entorno más inmediato y amado que todos los días hay que hacer también lo que uno tiene ganas, que uno desea mucho. El pasado fue. Y hoy no habría que dejar nada para hacer mañana. Nunca se sabe”. Por esta filosofía es que puede decir con tranquilidad que “al día de hoy he hecho todo lo que tuve ganas de hacer siempre. Ni un saldo queda por ahí”.

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Miriam corre y trepa montañas desde chica. Nació en Pehuajó, provincia de Buenos Aires y desde allí su abuelo Gabriel (hoy, 93 años) la llevaba a Tandil y otras sierras clásicas de la zona. A los 5, 6 años la trajo a Copahue. Y en los años siguientes a caminar y trotar por el norte neuquino. Cuando cumplió 12 años la encontró por esos lares y tomada de la mano de su abuelo, en un descanso en una montaña le dijo: “cuando sea grande voy a ser cirujana y me voy a venir a vivir a Chos Malal”.

“Mi abuelo en los años 40 volaba en un paramotor que él tenía y me llevaba. Era intrépido y ese espíritu me lo transmitió”, comenta esta neuquina por adopción al hablar de esta figura que ha sido y es fundante en su vida, evidentemente. “Pocos años atrás, un día me dijo: si alguien me quiere internar llevame a un monte y dejame ahí”.

Su enamoramiento por la Patagonia también lo heredó de él. Tanto que cuando estudiaba medicina en La Plata quedó flechada por un neuquino –Marcos, quien hoy es su marido y con quien tiene dos hijas: Lucía, de 15, y María, de 10–. En enero de 2001 pasó por Neuquén capital y quedó deslumbrada por la política y la calidad del servicio del Castro Rendón. Se presentó a las autoridades que el hospital tenía en ese momento y le dijeron que podía empezar en días más. Volvió a La Plata, renunció a su cargo hospitalario, pasó por Pehuajó para cambiar los patacones –el dinero con que le pagaban en esa Argentina tan incendiada–, juntar las pilchas y venirse para acá.

La primera persona que conoce acá “sacando obviamente a la familia de quien era mi novio entonces, Marcos” fue Daniel Pincu, con quien hoy comparte la organización del Raid del Viento que se correrá en Andacollo del 9 al 11 de octubre, donde llegarán atletas de élite de todo el mundo. “Él es un gran amigo mío. Fue como una brújula para entrenar y de a dónde ir a practicar deportes. Venía de navegar a vela (uní Buenos Aires-Punta del Este), tirarme en parapente, subirme a un globo… qué podía hacer yo en Neuquén en ese momento. Daniel me guió en todo eso por aquella época”.

“Ya lo ves, no puedo quedarme quieta nunca. Quietos estaremos todos en la eternidad”, afirma. “Busco también el extremo, incluso en mi profesión: primero estudié para ser médica cirujana, después para ser neurocirujana y finalmente para ser especialista en neurocirugía endovascular y percutánea. Me gusta el riesgo, lo disfruto, me hace vibrar, me fortalece”.

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Ha corrido por todo el mundo y hasta 160 kilómetros sin parar. “Son en esas circunstancias cuando uno busca los límites propios, la aventura de descubrir el mundo y descubrirse a uno mismo. Ahí, en plena soledad, nadie ni nada te distrae. Se ve a la persona de verdad: estás en una situación extrema y sos vos. Ahí sacás a relucir tus saberes y experiencias, tus valores y convicciones. Si sos tan buena persona como pensabas. En la montaña, corriendo, no hay falsedad alguna. Son momentos de introspección muy profundos”, reflexiona a modo de anticipo de lo que será su conferencia “Mujeres que inspiran”, organizado por Yo Pienso de “Río Negro” el próximo 9 de octubre, en el Museo Nacional de Bellas Artes de la capital neuquina.

En el riesgo, sigue, “uno mide y pone a prueba las capacidades que se tienen. Primero, uno celebra: la operación que salió exitosa, la llegada a la meta… Después, uno tiembla todo. Son temblores que sacuden intensamente el cuerpo y alma. Finalmente, la serenidad me cobija”. Ella se entrena todo el tiempo para afrontar lo inesperado: por ello es una atleta de las ideas. Las lecciones que le da el running las aplica para ser una innovadora en su profesión. En la ciencia del deporte está demostrado que para mejorar un músculo o una habilidad hay que desafiarlo con intensidad y por un largo tiempo. La repetición y la consistencia son claves para lograr los resultados. Hay que elegir decir “sigo, no aflojo” aún cuando nuestro cuerpo y mente dice que no. Las neurociencias son el escenario de Miriam donde se mueve como pez en el agua.

–Miriam, ¿cómo te definirías?

–Como una emprendedora que necesito el desafío permanente para poder dejar una huella en este paso por el mundo.

Es una de las cuatro neurocirujanas colegiadas en todo el país.

“En las situaciones límites uno puede medir y poner a prueba todas las capacidades que fue aprendiendo a lo largo de la vida”.

Miriam Vicente, neurocirujana y ultramaratonista.

Una máquina de hacer planes y proyectos

*Es creadora de CNC at Work

“Un modelo de intervención diferente basado en la implementación de cambios de conducta desde un abordaje sustentable de prevención en salud de enfermedades crónicas prevenibles. Pensado como un complemento para un estilo de vida saludable. Promueve estrategias basadas en la actividad física y el pensamiento saludable de las personas en su vida diaria, su actividad deportiva, su trabajo y entorno social”.

* Será oradora el 9 de octubre próximo en una nueva edición de Yo Pienso

Organizado por “Río Negro”, será una de las “Mujeres que inspiran”. A las 17:30 en el MNBA de Neuquén.

* Coorganizadora del Raid del Viento, en Andacollo

“El sueño cumplido de una gran aventura de expedición non stop en un lugar excepcional, como es el norte neuquino”. Se corre desde el 9 al 11 de octubre próximo. Competirán 33 equipos de 15 países. Por ello, llegarán a Neuquén atletas de élite de toda Latinoamérica, EE. UU., Finlandia, Suecia, Dinamarca, Nueva Zelanda, España y Croacia.

* Organizadora de “Camina 3 km por un Neuquén libre de ACV”

Será el 10 de octubre próximo. Su objetivo: concientizar sobre la enfermedad, brindar estrategias de detección temprana, herramientas de prevención y promover la creación de una ley de ACV que permita el acceso de todos a la atención médica.

* Presidirá el Congreso Patagonia Ultrascience Sports, en el 2020, en San Martín de los Andes.

Trabaja junto al doctor Marcelo Parada en unión con Ultra Sports Science Foundation. “Los objetivos son diseminar nuevos conocimientos relacionados con deportes de ultra resistencia y mejorar la salud y la seguridad de quienes participan en deportes de ultra resistencia”.

Datos

“En las situaciones límites uno puede medir y poner a prueba todas las capacidades que fue aprendiendo a lo largo de la vida”.

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