que los municipios cmbatan el consumo de bebidas alcohólicas

Los gobiernos nacional, de Neuquén y Río Negro debatieron la problemática en un seminario, con la participación de especialistas.

El consumo de alcohol es un flagelo que ha echado raíces muy profundas en el suelo neuquino y el terreno más fértil es la juventud. Según estadísticas de la Secretaría de Políticas Integrales contra la Droga (Sedronar) en el último mes 62,1% de la población entre 12 y 65 años en el conglomerado de Neuquén y Plottier ha consumido alguna bebida y si bien los número no reflejan que se trate de un abuso desmedido de las sustancias, dan muestra de que la cultura alcohólica recala fuertemente en la sociedad: la franja etaria más proclive comprende desde los 18 a los 24 años.

En el segundo lugar de la escala de consumo figura el tabaquismo y luego los estupefacientes.

Ayer el auditorio de la dirección provincial de Rentas de Neuquén fue sede de un encuentro que reunió a autoridades de las provincias de Neuquén y de Río Negro y el secretario de Estado del Sedronar, Roberto Moro.

El objetivo fue fortalecer el programa nacional “Municipios en Acción”, donde el fin trazado por el ejecutivo provincial, a través del ministerio de Ciudadanía, es que los municipios comiencen a realizar diagnósticos profundos del consumo problemático de cada localidad.

Los exponentes aseguraron que el flagelo del alcoholismo se alimenta de la gran aceptación que las bebidas tienen en la sociedad.

“Sabemos de las diferentes idiosincracias que tienen cada pueblo y cada ciudad, pero necesitamos que cada municipio tenga su plan -de abordaje-, para que esto abone el plan provincial y también el plan nacional”, señaló Gustavo Alcaraz, ministro de Ciudadanía.

Detalló que “hemos estado trabajando con 24 municipios tratando de construir estos planes. No es lo mismo la problemática en cada sector, pero básicamente la ingesta del alcohol es el que tenemos que trabajar desde muchos lugares”.

En torno a los programas existentes para el abordaje de las problemáticas de consumo, indicó que solo nueve municipios de la provincia han logrado elaborar dispositivos o planes para contener y prevenir las adicciones.

Se convocó a especialistas en adicciones, trabajadores de salud, intendentes y funcionarios de las provincias de Neuquén y Río Negro, quienes intercambiaron y expusieron sus experiencias. “La idea es que exista un plan de acción, una vez que los municipios tengan un plan se podrá elaborar una mirada estratégica para buscar el financiamiento”, agregó Moro.

La preocupación por el consumo de bebidas se respalda en una encuesta que realizó el Sedronar, a través del Observatorio Argentino de Drogas, donde el conglomerado de Neuquén y Plottier arrojó cifras alarmantes sobre el consumo de sustancias psicoactivas en general, pero que el predominio fue el alcohol por un amplio margen.

Números del consumo

“En espectáculos deportivos el alcohol es auspiciante y es una contradicción, porque los jóvenes buscan parecerse a sus ídolos”.

Roberto Moro, secretario de Estado a cargo del Sedronar.

“Hay un contexto de cultura alcohólica”

El coordinador de la Unidad de gestión de Consumos Problemáticas y Adicciones de la provincia, Hernán Ingelmo, dijo que “hay que matizar. Es que si bien el estudio dice que en año, el 90% de las personas entre 12 y 65 años habían consumido alcohol, y que el 60% en el último mes, no quiere decir que sean alcohólicos”.

Explicó que “estamos en un contexto de cultura alcohólica evidente. Desde ese punto de vista hay un panorama poco favorable para las personas que realmente son alcohólicas”.

Añadió que “hay un consumo irresponsable, ya sea por el daño que se produce en el propio cuerpo, por la situación que genera vínculo a otras enfermedades o por los riesgos a los que se expone la gente”.

Destacó que el problema es de gente de todas las edades, no sólo de los jóvenes.

Datos

3.101.000
litros de bebidas de menos de 13 grados (cerveza y vino) se consumieron en agosto,según el Cippa.
266.379
litros ingresados fueron de bebidas con alta graduación (más de 13 grados), como el whisky y el ron.
“En espectáculos deportivos el alcohol es auspiciante y es una contradicción, porque los jóvenes buscan parecerse a sus ídolos”.

Adicciones

Más de tres millones de litros de bebidas alcohólicas ingresan por mes a Neuquén para el consumo. Las botellas alimentan un mercado que, además de ganancias, provoca adicciones y dificultades en el abordaje de las respuestas por falta de recursos.

Según registros del Cippa (Control de Ingreso Provincial de Productos Alimenticios), en agosto último se contabilizaron ingresos por 3.101.071 litros de bebidas alcohólicas con menos de 13 grados (cerveza, vino principalmente) y 266.379 litros con una graduación superior a la mencionada, que comprende al whisky, ron y otras por el estilo. La medición oficial última no varía respecto de otros meses.

La principal demanda por adicciones en el servicio público de salud es por caos de alcoholismo, aunque hay pacientes con policonsumos que combinan alcohol con cocaína.

Para dar respuestas a la problemática, el sector de internación del hospital Castro Rendón, cuenta con pocas camas y un equipo de especialistas que no alcanza a cubrir la demanda.

El hospital público dispone de un servicio de adicciones desde hace más de 30 años. El área nació por la motivación de médicos clínicos, que en su momento notaron que se trataban las enfermedades producidas por las adicciones, pero no los problemas de base: el alcoholismo y el consumo de drogas.

“Hay que tener en cuenta que el 60% que consume cocaína también consume alcohol”, explicó el jefe del área de internación en el servicio de adicciones, doctor Gonzalo Yaryura.

En Neuquén “es raro encontrar una persona con una sola adicción. Algunos tienen el alcohol como primera sustancia, otros como segunda opción. Pero siempre esta dentro del policonsumo”, opinó Hugo Scafati, director de la ONG Aser, que atiende la problemática por fuera del espacio hospitalario (ver aparte).

La demanda de atención que existe en los hospitales de la ciudad es grande. Pero por semana, la respuesta en los consultorios externos del Castro Rendón es insuficientes: sólo hay nueve turnos que se reparten de a tres los lunes, martes y viernes.

Luego de realizar la recepción, en los consultorios comienza el tratamiento ambulatorio y de desintoxicación ambulatoria, pero muchas veces ese abordaje fracasa. En estos casos, se decide programar una internación del paciente.

En la casa de Belgrano 1028, donde funciona la internación del servicio, solo hay ocho camas, repartidas en tres habitaciones; además, sólo se reciben varones.

“Cuando llegan al sector de internación es porque están muy intoxicados. Los derivan para que nosotros los evaluemos en función de si hay riesgo social, si hay riesgo psicológico o por la propia intoxicación. De esa manera quedan internados acá”, explicó Yaryura.

Las internaciones duran un promedio de siete a quince días, dependiendo la gravedad de la situación y según la estrategia que se necesite aplicar al paciente.

El Castro Rendón cuenta con un equipo integrado por un psiquiatría, un psicólogo, una trabajadora social y el medico general de guardia. “Somos pocos para los ocho pacientes que tenemos. Integramos un solo equipo cuando tendría que haber, por lo menos, dos. A su vez, la trabajadora social por ahora esta intermitente porque la compartimos con consultorios y con salud mental”, señaló el jefe del área.

Agregó que lo ideal sería que haya un equipo para cinco pacientes, o un equipo para cuatro, para brindar mayor calidad de atención. Pero cuesta conseguir profesionales para adicciones.

Ante la falta de camas disponibles para internación de mujeres se hacen “excepciones”, pero solo cuando reciben casos graves. Ante esta situación, se pide cama al área de salud mental o cuando viene alguna joven embaraza articulan con obstetricia o con ginecología.

El responsable del área destacó que se trabaja para lograr un espacio y para poder internar tanto a mujeres como a varones. “Lo que se busca es una casa más amplia para poder albergar a ambos sexos, porque dentro del hospital es prácticamente imposible, no hay espacio”, apuntó Yaryura.

También señalan que por ahora el área se descomprimió un poco gracias a las guardias del hospital Horacio Heller, pero las demandas del interior siguen llegando al nosocomio del centro. “En este momento tenemos pacientes de Senillosa y de Zapala. No solo tenemos personas internadas de acá, sino que la provincia nos deriva de otras localidades y las camas siguen siendo pocas”, afirmó.

“Las camas son de antaño, se nos desueldan casi siempre, los colchones no dan más. Esto es la histórica falta edilicia del hospital”, concluyó el doctor Gonzalo Yaryura.

La demanda de mayor infraestructura, tanto humana-profesional como edilicia, para atender esta problemática específica, va de la mano de requerimientos similares del sector de la salud.

Equipo

La internación del pacientes dura entre siete y quince días, según la gravedad de cada caso y la estrategia a aplicar.

Del diagnóstico a las internaciones

Consultorios externos en la calle Talero 239. Allí se realiza la admisión (diagnostico psico-físico) del paciente.

Internación. Este lugar queda en la calle Belgrano 1028, es una casa que funciona como sala de internación, tiene enfermería las 24 horas, con un medico de guardia.

Sector para adolescentes. Se encuentra en la casa de la calle Palacios 446. Ahí opera el centro de medio día donde hay un equipo que se dedica exclusivamente al consumo infanto juvenil.

La unidad terapéutica . Se encuentra en Arroyito, donde están los pacientes derivados que tienen que cumplir una internación prolongada.

Según la ley, las personas tienen derecho a la atención sanitaria, con acceso gratuito, para asegurar la recuperación y preservación de su salud.

Las entidades intermedias ofrecen algunas alternativas

El consumo nocivo de alcohol en Neuquén creció y generó una carga sanitaria, social y económica que sobrepasa la instancia hospitalaria. La sociedad, a través de algunas asociaciones intermedias, da en la medida de sus posibilidades algunas alternativas.

Así es como en la capital neuquina existen varios organismos que luchan contra las adicciones y ofrecen un servicio para internaciones.

El movimiento “Ni un pibe menos por la droga”, hace un tiempo que lucha por inculcar la idea de que los jóvenes están en peligro. Busca alertar a la sociedad sobre esta enfermedad y a la vez, denuncian la ausencia del Estado y la falta de voluntad política para solucionar la problemática.

“Nuestros jóvenes, que están atravesados por una adicción, necesitan ayuda. Si no se contempla, estamos en una situación bastante difícil”, expresó Juan Ramírez, uno de los que trabajan en este movimiento.

Exigen que se ponga en vigencia el Consejo de Adicciones para que actúe en las comisiones vecinales y se realicen actividades al servicio de la prevención en clubes, asociaciones o instituciones polideportivas y sociales.

“El Estado se tiene que hacer cargo de esta enfermedad, porque la mayoría de la gente no puede acceder a los centros privados”, destacó Ramírez.

En este sentido hay instituciones que avanzan como el programa de Aser, que por más de 24 años viene trabajando en la región. Es la única Organización No Gubernamental (ONG) que tiene camas de internación en la provincia y el único centro que admite mujeres.

“Atendemos fundamentalmente adolescentes y jóvenes. Esa franja etaria es la que históricamente se atendió en Aser. Hay algunos casos puntuales de gente que tiene 40 o 50 años, pero son muy pocos” dijo Hugo Scafati, director de la entidad.

“La internación completa (máximo seis meses ) tiene un costo que oscila entre los 14.000 y 20.000 pesos. Hay algunos que vienen con obras sociales, otros que lo pagan por sus propios medios y otros que son subsidiados”, explicó el director.

Dentro del programa también existen formatos con menos intensidad, donde el valor y las prestaciones varían.

Están las internaciones parciales, los hospitales de día o de medio día, que van desde los 16.000 a 2.000 pesos.

“Somos un solo equipo para ocho pacientes, cuando tendría que haber, por los menos, dos. Cuesta conseguir profesionales”.

Gonzalo Yaryura, jefe del área de adicciones del hospital Castro Rendón.

“El Estado se tiene que hacer cargo de esta enfermedad, porque la mayoría de la gente no puede acceder a los centros privados”.

Juan Ramírez, organizador del Foro “Ni un pibe menos por la droga”.

Nosotros atendemos fundamentalmente a adolescentes y jóvenes. Esa es la franja etaria a la que históricamente se pretendió dar una repuesta en la organización”.

Hugo Scafati, director de la asociación Aser.

Datos

4
profesionales de diferentes disciplinas integran el equipo del servicio de adicciones del hospital público.
8
camas repartidas en tres habitaciones integran el servicio de internación. Sólo se aceptan hombres.
La internación del pacientes dura entre siete y quince días, según la gravedad de cada caso y la estrategia a aplicar.
Según la ley, las personas tienen derecho a la atención sanitaria, con acceso gratuito, para asegurar la recuperación y preservación de su salud.
“Somos un solo equipo para ocho pacientes, cuando tendría que haber, por los menos, dos. Cuesta conseguir profesionales”.
“El Estado se tiene que hacer cargo de esta enfermedad, porque la mayoría de la gente no puede acceder a los centros privados”.

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