Bariloche incorpora un tratamiento más preciso para el cáncer

El Servicio de Radioterapia de la Fundación Intecnus llevó adelante la primera aplicación de braquiterapia basada en imágenes 3D para el tratamiento de cáncer de cuello uterino. Se trata del primer procedimiento de este tipo en Río Negro, que permite una mayor precisión y exactitud ya que se irradia el volumen real del tumor.

El cáncer de cuello uterino es el segundo cáncer de mayor incidencia en Argentina, después del de mama en las mujeres. Cada 100.000 habitantes, se registran 23 casos de cáncer de cuello uterino.

A nivel mundial, se diagnostican alrededor de 600.000 casos nuevos de cáncer de útero por año y tienen una mortalidad superior al 60%.

“El tratamiento para el cáncer de cuello de útero consta de dos etapas combinadas: la radioterapia externa y la braquiterapia. Pocos centros cuentan con ambas técnicas. Esto es una ventaja ya que hacer una derivación a otro centro es difícil de coordinar en los tiempos necesarios para el tratamiento de esta enfermedad. Este tipo de cáncer debe tratarse como máximo en siete semanas”, especificó el radioncólogo Alejandro Álvarez, jefe de Braquiterapia de Intecnus.

La Fundación Intecnus fue creada por la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) para administrar lo que comúnmente se conoce como centro de radioterapia de Bariloche, inaugurado en 2016 en la ruta 82, a unos 9 kilómetros del centro de la ciudad.

Tres dimensiones

Desde hace tiempo, varios centros del país realizan la braquiterapia llamada 2D. “A través de radiografías del paciente, el físico y el radioncólogo planifican en base al tumor y dónde irradiar”. dijo.

-¿Qué diferencia hay con la 3D basada en resonancia y en tomografía? -preguntó Río Negro.
-Con esta última se puede visualizar con mayor definición dónde está el tumor a tratar y evitar efectos adversos en los órganos más cercanos, como el recto y la vejiga -aseguró.

La planificación 3D significa que existe una imagen que permite ver las estructuras con su correspondiente volumen. Una resonancia de alto campo muestra una mejor definición del tumor a tratar y de esta forma, evita efectos adversos en los órganos más cercanos, como el recto y la vejiga.

“Luego de una radioterapia externa, cuando pasamos a la braquiterapia prácticamente casi no queda tumor. Entonces, la dosis que se le da al paciente es más adecuada -y un poco menos de lo que se daba antes-”, especificó.

“De esta forma -continuó- el paciente se cura de la misma manera pero con menos efectos adversos, como rectitis o sistitis que afectan a los órganos más cercanos”.

Álvarez insistió en que la braquiterapia 3D aporta una mayor precisión del objetivo a irradiar: “Podemos focalizar más en el órgano de riesgo y aportarle más dosis al tumor porque apuntamos a lo que vemos. Una dosis adecuada para lo que está enfermo”.

A aprender

Antes de llevar a cabo el primer procedimiento semanas atrás, los físicos debieron capacitarse en la planificación correspondiente a este tipo de tratamiento.

El tratamiento está previsto en siete semanas: la radioterapia externa requiere cinco y luego, dos más para la braquiterapia. No se requiere espera alguna.

“En Argentina y otros países del mundo, la braquiterapia 3D ya está instaurada. Cuando empezamos a ver la evidencia y las ventajas de esta técnica, comenzamos la implementación”, aseveró el radioncólogo.

Resaltó además que “la braquiterapia 2D no es mala. La diferencia acá es que hay menos toxicidad y se disminuye la aparición de efectos adversos en el paciente”.

Este tipo de procedimiento también se puede aplicar en otros cánceres ginecológicos, como de endometrio o vulva.