¿Reforma militar o inmobiliaria?
El presidente anunció un trascendente plan consistente en enviar a 3.000 efectivos del Ejército a las fronteras con Bolivia y Paraguay, sólo para detectar el “bagayo” de narcóticos. Tal movilización implica el desplazamiento del 25% de todo el material humano con aptitud de combate de nuestras Fuerzas Armadas. O sea, se trata de una mera maniobra distractiva y efectista porque el auténtico objetivo de este ¿gato? –como al parecer la juventud con ese mote lo ha rebautizado– es desalojar definitivamente todo el complejo militar de Campo de Mayo, que todavía cuenta con unos 350 miembros de nuestra fuerza terrestre, un 90% abocado a tareas administrativas, y con una treintena de edificios vacíos y desvencijados.
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