Qué consecuencias trae el posible freno del núcleo de la Tierra
Investigadores de la Universidad de Pekín aseguran que se trata de un fenómeno natural, que se registra cada unos setenta años. Este es un proceso que comenzó en 2009 y que podría notarse en algunos cambios de nuestro día a día.
Luego de publicarse el estudio de los científicos Yi Yang y Xiaodong Song en el que aseguran que el núcleo sólido de la Tierra se ha frenado levemente, en un fenómeno que se considera recurrente en la historia del planeta, comenzó a especularse sobre los efectos globales que esto tendría para la población terrestre.
Lo cierto es que no debemos entrar en pánico porque, tal como aseguraron los integrantes del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, este fenómeno se repite cada setenta años y, en esta oportunidad, comenzó a cambiar su giro hace unos catorce años, en 2009.
La publicación hecha en la revista «Nature Geoscience» señala que las consecuencias no se sienten en lo inmediato, pero que sí se percibirá en algunas cuestiones que hacen a nuestra cotidianeidad. Entre ellas, se destaca que en los últimos años los días se hicieron más cortos, aunque solo se trate de una imperceptible milésima de segundo.
Además, los cambios en la rotación del núcleo interno pueden generar alteraciones en el campo gravitatorio, provocando deformaciones en la superficie del planeta que, a su vez, podrían generar cambios en el nivel del mar y en la temperatura de algunas zonas del planeta.
De estas conclusiones deriva una evidencia de que «existen interacciones dinámicas entre las distintas capas de la Tierra, desde el interior más profundo hasta la superficie, posiblemente debido al acoplamiento gravitatorio y al intercambio de momento angular desde el núcleo y el manto hasta la superficie» aseguraron los científicos.
Qué es el núcleo sólido interno de la Tierra
La ciencia asegura que el núcleo interno de la Tierra es una esfera sólida, hecha mayoritariamente de hierro y níquel, que tiene unos 2400 kilómetros de diámetro y que «flota», por decirlo de alguna manera, libremente en un océano líquido también de hierro y níquel.
Es posible considerarlo como un planeta dentro de nuestro planeta, suspendido justo en su centro y con la posibilidad de moverse de forma independiente con respecto al resto de la Tierra. La investigación sobre este componente se realiza a través de diversos experimentos en la superficie de la Tierra, como el control de sismos, ya que es prácticamente imposible llegar al centro por su composición y temperatura.
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