Se celebra a San Juan Francisco de Regis: conocé la historia de este sacerdote santo y una oración
Se celebra a Juan Francisco Regis, santo considerado ejemplo de fidelidad a Cristo y humildad. Conocé acá parte de su historia y cómo pedirle en oración.
San Francisco de Regis predicó la palabra de Cristo entre los humildes.-
San Juan Francisco de Regis fue un sacerdote jesuita francés del siglo XVII conocido por su dedicación al ministerio pastoral y su labor misionera entre los pobres y marginados. Nació el 31 de enero de 1597 en la región de Languedoc, Francia. Después de completar sus estudios, ingresó en la Compañía de Jesús y fue ordenado sacerdote en 1631.
San Juan Francisco se dedicó principalmente al ministerio de la predicación y la reconciliación de los pecadores. Pasó gran parte de su vida misionando en áreas rurales y remotas de Francia, donde atendía a los necesitados, predicaba misiones populares y luchaba contra la ignorancia y la superstición.
Cuál es la historia de San Francisco de Regis
San Francisco de Regis se destacó por su compasión y su capacidad para atraer a las personas hacia la fe cristiana. Además de su labor misionera, Juan Francisco también trabajó en la fundación de casas de acogida y hospitales para ayudar a los necesitados. Falleció el 31 de diciembre de 1640 en La Louvesc, Francia, a la edad de 43 años. Fue canonizado por el Papa Clemente XII en 1737.
La festividad de San Juan Francisco de Regis se celebra el 16 de junio en el calendario litúrgico católico, recordando su vida santa y su dedicación al servicio de Dios y de los demás, especialmente los más necesitados.
San Juan María Vianney y San Marcelino Champagnat fueron grandes devotos suyos, y atribuyeron a su intercesión poder salvar los escollos que les dificultaban el ingreso al seminario.
Oración para San Juan Francisco de Regis
Tú, Señor, que concediste a San Juan Francisco de Regis
el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde,
concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo,
la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación cristiana,
imitemos la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo,
que vive y reina contigo, por los siglos de los siglos.
Amén.
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