Se celebra a San Jorge: la oración para pedirle protección al santo del papa Francisco
Cada 23 de abril, la Iglesia Católica celebra a San Jorge, patrono de la lucha contra la maldad. El papa Francisco lo considera su guardián. Conocé su historia y su oración.
La Iglesia Católica celebra cada 23 de abril a San Jorge, el santo de los primeros siglos de la cristiandad y cuya devoción convoca a aquellos necesarios de enfrentar la lucha diaria contra el mal, con valor y fortaleza.
San Jorge fue un soldado romano convertido al cristianismo, que fue ejecutado en Nicomedia (capital de Bitinia, hoy Turquía) a causa de su fe. Se cree que fue decapitado, por lo que se le cuenta entre los mártires.
Muchos se refieren a San Jorge como “el santo del papa Francisco” por la devoción que el sumo pontífice argentino le profesa desde hace décadas; además, Jorge es considerado patrono de Armas de Caballería del Ejército de Argentina.
A San Jorge se le representa generalmente montado en un caballo, con traje y armadura militar de estilo medieval, portando una palma, una lanza y un escudo. También se le representa al lado de una bandera blanca marcada con una cruz roja, estampada de extremo a extremo -ícono de los cruzados-. A veces, esa bandera aparece tallada en su escudo.
Inglaterra tiene como estandarte la bandera de San Jorge, símbolo de que el santo es patrono de la nación. También es patrono de los Boys Scouts; así como de los agricultores, arqueros, escultores, herreros, prisioneros, trabajadores circenses, montañeros, soldados, etc. entre otros numerosos patronazgos. En muchos lugares se le venera como el protector de los animales domésticos.
Oración para pedirle protección a San Jorge
San Jorge guerrero valeroso,
que defendiste a la princesa de la Capadocia,
al abatir con tu lanza al feroz dragón,
te solicito humildemente
que vengas en mi auxilio
y me protejas de las acechanzas del demonio,
los peligros, las dificultades, las aflicciones.
Cobíjame bajo tu manto, poderoso santo,
escóndeme de mis enemigos,
de mis perseguidores, de las envidias,
magias, hechizos y maleficios.
Protegido con tu manto,
caminare a través de los mares y la tierra,
noche y día, mes a mes, año tras año,
y mis enemigos no me verán,
no me oirán, no me seguirán.
Bajo tu protección no caeré,
no me perderé, no sangraré.
Igual que Nuestro Dios; Salvador
estuvo nueve meses protegido
en el vientre de la Virgen María,
así yo estaré protegido bajo tu manto,
teniéndote delante de mí,
armado con tu lanza y tú escudo.
Amén.
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