Santa Rita: si tenés una causa imposible, hoy es el día para pedirle y agradecerle

Este lunes 22 de mayo se conmemora el día de Santa Rita, la santa de lo imposible. Es la patrona de las enfermedades, las heridas, los problemas maritales, las causas imposibles, las pérdidas, los abusos, las madres, los matrimonios, la familia, la paz, los casos díficiles y desesperados y las causas perdidas.

Según indica la Iglesia Católica, es considerada Santa por ser hija obediente, esposa fiel y maltratada, viuda, religiosa, estigmatizada e incorrupta. Santa Rita «lo experimentó todo, pero llegó a la santidad porque en su corazón reinaba Jesucristo» indican en los sitios oficiales.

Santa Rita nació bajo el nombre de Margarita Lotti en mayo de 1831, un año después de la muerte de Santa Catalina de Siena. Su casa natal está cerca de un pueblito de Cascia, entre las montañas en Italia. Su vida comenzó en tiempos de guerra, terremotos, conquistas y rebeliones.

A pesar de las historias de muerte y violencia que la rodean, la Iglesia Católica venera en Santa Rita su capacidad de sostenerse acérrima a la fe en Dios por encima del asesinato de su marido, por internas políticas de la época, y la muerte de sus hijos, debido a una grave enfermedad.

Lejos de guardar rencor contra Dios, la Santa le otorgó su vida como monja agustina del Monasterio de Santa María Magdalena de Casia. Si bien inicialmente no fue aceptada en el credo, las oraciones de Rita llegaron hasta el corazón de sus pares, quienes finalmente resignaron su presencia en el lugar.

Con el correr de su estadía en el convento, Rita se distinguió como una religiosa humilde, de gran celo en la oración y en los trabajos encomendados, como ayunos y penitencias. Sus virtudes se hicieron conocidas incluso fuera de los muros del convento, sobre todo en lo que se refiere a las obras de caridad, las visitas a los ancianos, el cuidado de los enfermos y la asistencia a los pobres.

Cómo se pide a Santa Rita

Así es la oración para que Santa Rita intermedie en causas imposibles:

Bajo el peso del dolor, a ti, querida Santa Rita, yo recurro confiado en ser escuchado. Libera, te ruego, mi pobre corazón de las angustias que lo oprimen y devuelve la calma a mi espíritu, lleno de preocupaciones.

Tú que fuiste elegida por Dios como abogada de los casos más desesperados, obtén la gracia que ardientemente te pido (pedir la gracia que se desea).

Si mis culpas son un obstáculo para el cumplimiento de mis deseos, obtenme de Dios la gracia del arrepentimiento y del perdón mediante una sincera confesión.

No permitas que durante más tiempo yo derrame lágrimas de amargura.

Oh santa de la espina y de la rosa, premia mi gran esperanza en ti, y en todas partes daré a conocer tu gran misericordia con las almas afligidas.

Oh, Esposa de Jesús Crucificado, ayúdame a bien vivir y a bien morir.

Amén.

Santa Rita, la santa de las rosas

Las rosas de Santa Rita son consideradas como una muestra del amor de Dios hacia ella o como un símbolo de su capacidad con las causas imposibles.

Por eso, para agradecerle su intervención ante Dios para obrar en un pedido se pueden acercar rosas a su santuario o presentárselas a modo de saludo y respeto.

Por qué se dice de Santa Rita «lo que da no se quita»

Según historiadores, la conocida frase se vincula con Santa Rita a través de una leyenda tras su fallecimiento.

La historia indica que una mujer, poco agraciada en su físico, se encomendó a ella para que encontrara un novio que la quisiera. La joven encontró un hombre, que llegó a ser su novio. Sin embargo, su relación no prosperó y el noviazgo acabó tras varios meses. La protagonista, enfadada, increpó a Santa Rita diciéndole: «Santa Rita, lo que se da no se quita».

La leyenda popular indica que si no se cumplen las promesas a Santa Rita, la figura se cobra la obra y se devuelve una vida de miseria y angustias.