San Mateo: Conocé la oración para pedirle al apóstol que los católicos celebran hoy
Cada 21 de septiembre, la Iglesia Católica celebra a San Mateo, uno de los doce apóstoles de Jesús. Es considerado el patrono de los banqueros.
Cada 21 de septiembre, la Iglesia Católica celebra a San Mateo, uno de los doce apóstoles de Jesús y autor de uno de los cuatro Evangelios, se considera que escribió ese texto pensando en los cristianos de origen judío para acercarlos al Mesías. Es recordado como el patrono de los banqueros.
San Mateo era cobrador de impuestos: recaudaba las tasas que los judíos tenían que pagar a los romanos y, como todos los que se dedicaban a ese oficio, era despreciado por el pueblo que lo consideraba cercano a los opresores.
Pero un día, cuando estaba sentado en su oficina, oyó una voz diferente. Un hombre le dijo solamente: “Sígueme” y él se levantó y lo siguió, para siempre. Ese hombre era Jesús, y la vida de Mateo cambió para siempre.
Entonces, San Mateo ofreció un gran banquete a Jesús, que fue a su casa acompañado de sus discípulos, suscitando el desconcierto y las críticas de los escribas y los fariseos porque se sentaba a la mesa con recaudadores de impuestos y pecadores.
La respuesta de Jesús impresionó a Mateo: “No tienen necesidad de médico los que están sanos, sino los que están enfermos”, dijo el Nazareno. Y añadió: “De hecho, no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Mateo, que era un pecador, dejó todo y comenzó a seguir a Jesús, convirtiéndose en uno de los doce Apóstoles.
Las reliquias de San Mateo se encuentran en la cripta de la Catedral de Salerno (Italia), donde se le festeja el 21 de septiembre con una solemne procesión.
Cómo pedirle a San Mateo: Esta es la oración para pedir su intervención
En el día de San Mateo, esta es la oración para pedir su intervención:
Dios, que por la boca de tu bendito Hijo llamaste a Mateo del banco de los tributos,
para que de publicano se convirtiese en apóstol y evangelista,
danos gracia para renunciar a toda avaricia y desordenado deseo de riquezas
y para seguir al mismo Jesucristo, tu Hijo, que en unidad del Espíritu Santo, vive y reina contigo eternamente.
Amén.
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