San Juan de Dios, el patrono de los trabajadores de salud: Conocé su historia y su oración
Cada 8 de marzo, la Iglesia Católica celebra a San Juan de Dios, conocido por dedicar su vida al cuidado de los enfermos. Conocé su historia y cómo pedir que interceda en casos de necesidad.
La Iglesia Católica recuerda a San Juan de Dios cada 8 de marzo, fundador de la Orden de los Hermanos Hospitalarios, que posteriormente se llamó «Orden Hospitalaria San Juan de Dios». Se trata de un santo símbolo de la vocación religiosa a hacer caridad con aquellos que sufren en cuerpo y también en espíritu.
San Juan de Dios nació en Montemor-o-Novo (Montemayor), Portugal, el 8 de marzo de 1495 y, coincidentemente, murió también un 8 de marzo, pero de 1550, en Granada (España). Su nombre de pila fue João Cidade Duarte, aunque es conocido siempre como «Juan de los enfermos».
Después de un largo peregrinar por distintos lugares de Europa, Juan se hizo enfermero por vocación y convicción, ya que descubrió que el amor a los que sufren dolor era lo que más le movía y llenaba el corazón. Juan se quedó prendado de este noble oficio, con el que aprendió a tratar a diario con ‘ese’ Jesús sufriente, vulnerable, esperando ser atendido y consolado, y que siempre está presente en cada persona enferma, indica ACIPrensa.
Cada vez que podía, San Juan de Dios se ponía en presencia de Dios o renunciaba a alguna cosa que le agradaba para “mantener contento al Señor” durante la jornada y seguir exhibiendo la sonrisa que animaba a sus enfermos. Ellos, desorientados por el dolor, muchas veces pensaban que Dios los había abandonado, hasta que de pronto la sonrisa serena de Juan y sus ademanes llenos de cuidado y afecto les aliviaba el alma.
San Juan de Dios además de ser patrono de hospitales y centros de salud lo es de quienes trabajan en ellos en todas las áreas: médicos, enfermeros, administrativos y obreros; es decir, de todos los involucrados en preservar la salud y el valor de la vida humana.
Oración para pedir la intercesión de Juan de Dios
¡Glorioso San Juan de Dios,
caritativo protector de los enfermos y desvalidos!
Mientras vivisteis en la tierra
no hubo quien se apartase de vos desconsolado:
el pobre halló amparo y refugio; los afligidos consuelo y alegría;
confianza los desesperados y alivio en sus penas y dolores todos los enfermos.
Si tan copiosos fueron los frutos de vuestra caridad
estando aún en el mundo,
¿qué no podremos esperar de vos ahora q
ue vivís íntimamente unido a Dios en el Cielo?
Animados con este pensamiento,
esperamos nos alcancéis del Señor la gracia de…
si es para mayor gloria de Dios y bien de nuestras almas.
Amén.
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