San Enrique: se celebra hoy al santo que sirvió a su pueblo con esta oración

Cada 13 de julio, la Iglesia Católica celebra a San Enrique, patrono de su pueblo e impulsor de los cambios en la religión. Conocé parte de su historia y cómo pedirle en oración.

San Enrique II, también conocido como Enrique II, Santo Emperador Romano Germánico, fue un monarca y santo del siglo XI. Nació el 6 de mayo de 973 en Baviera, Alemania, y reinó como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico desde 1014 hasta su muerte en 1024.

San Enrique II es recordado por su piadosa vida cristiana y su apoyo a la Iglesia. Durante su reinado, promovió la construcción de iglesias, monasterios y hospitales, y apoyó la reforma eclesiástica. Fue un firme defensor de los derechos de la Iglesia y trabajó en estrecha colaboración con papas como San León IX y San Gregorio VII.

La vida de San Enrique


Después de abdicar al final de su vida, San Enrique II pasó sus últimos años en oración y penitencia en el monasterio de San Ciriaco en Bamberg, que él mismo había fundado. Falleció el 13 de julio de 1024 y fue canonizado por el Papa Eugenio III en 1146.

La festividad de San Enrique II se celebra el 13 de julio en el calendario litúrgico católico, recordando su vida santa y su servicio a la Iglesia y al pueblo.

Cómo pedirle a San Enrique: conocé su oración


Para pedirle a San Enrique su intervención ante Dios, la oración es la siguiente:

Oh Dios, que has llevado a San Enrique,
movido por la generosidad de tu gracia,
a la contemplación de las cosas eternas,
desde las preocupaciones del Gobierno temporal,
concédenos por sus ruegos caminar hacia ti con sencillez de corazón
en medio de las vicisitudes de este mundo.

Oh emperador, San Enrique,
máximo patrono alemán y reconocido patriarca europeo, 
bondadoso hombre de brillantes virtudes, caballero misericordioso,
te pido que me cuides de mis enemigos,
haz que logre perdonarlos así como tú perdonaste la traición de tus súbditos.

Alimenta mi corazón de todo lo bueno que hay en ti,
protégeme con tu escudo milagroso que tú realizaste en tus maravillosas expediciones; 
sé el emperador de mis decisiones a tomar de ahora en adelante.

Oh Dios, que en este día has hecho pasar al bienaventurado Enrique, tu confesor,
de un trono terrenal al reino eterno, haz, te lo imploramos,
que así como él triunfó por tu gracia de las seducciones del siglo,
despreciemos nosotros también los vanos atractivos del mundo
para presentarnos a ti con un corazón puro.

Glorioso San Enrique, siervo de Dios, 
tú que fuiste capaz de seguir la senda del Maestro,
intercede por todos nosotros, por nuestras necesidades materiales y espirituales,
para que podamos llegar a la diestra del padre;
aboga para que miles de personas que pasan hambre y sed de justicia puedan vivir dignamente. 

Por nuestro Señor Jesucristo,
tu hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. 

Amén.


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