San Diego de Alcalá, la celebración del día: testigo de la caridad y la humildad
Nacido en España en el siglo XV, fue conocido por su humildad, caridad y dedicación a los pobres y enfermos.
San Diego de Alcalá fue un santo franciscano nacido en España en el siglo XV, conocido por su humildad, caridad y dedicación a los pobres y enfermos. Nació en la localidad de San Nicolás del Puerto, cerca de Sevilla, y pasó gran parte de su vida en la ciudad de Alcalá de Henares.
San Diego ingresó en la Orden Franciscana como hermano lego, donde se dedicó al servicio de Dios y de los necesitados. Se destacó por su humildad y su vida de oración, así como por su caridad hacia los más pobres y enfermos.
Uno de los episodios más conocidos de la vida de San Diego ocurrió cuando trabajaba en el convento de Alcalá de Henares. Se dice que multiplicó el pan para alimentar a los hambrientos durante una grave escasez de alimentos en la región, mostrando así el poder de la providencia divina.
San Diego de Alcalá es venerado como patrono de los pobres y de los cocineros. Su festividad se celebra el 13 de noviembre en el calendario litúrgico, en memoria de su vida santa y su ejemplo de caridad y humildad.
En la festividad de San Diego, los fieles recuerdan su legado de servicio desinteresado y buscan su intercesión en sus propias vidas y necesidades espirituales.
Oración a San Diego de Alcalá
San Diego de Alcalá, heraldo ferveroso de los
evangelios, tú que defendiste a los débiles de los
poderosos, alimentaste a los hambrientos, sanaste a
los enfermos, y en tu lecho de muerte con sincera
y pura devoción al presionar un crucifijo sobre
tu corazón exclamaste:
dulce leño,
dulce fierro,
dulce el fruto que nos dio,
por tu poderosa intercesión, obtén para nosotros,
humilde fraile, la fortaleza para proteger a los oprimidos,
el amor a los pobres, la compasión por los
afligidos y al final de la vida, una buena muerte.
Amén.
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