San Cristóbal: tenés que rezarle, si querés que se te abran los caminos o viajar

San Cristobal es conocido como "el portador de Cristo" y, por su importante rol, es considerado el ayudante de viajeros, peregrinos y de aquellos que quieren empezar un camino nuevo.

Cada 10 de julio, la Iglesia Católica recuerda a San Cristóbal de Licia, reconocido por cargar a un niño desconocido en sus hombros para cruzarlo a través de un río caudaloso, cuando el muchachito le pidió ayuda para afrontar la fuerte corriente del curso de agua.

Es que Cristobal andaba siempre cerca del río, ya que ayudaba habitualmente a cualquiera que quisiera cruzarlo. Su fuerza y altura hacían que, para él, ese servicio fuera sencillo, mientras que para el resto de las personas era imposible. Así es que Cristobal iba y venía, de una orilla a la otra.

Este era un servicio que hacía a sugerencia de un ermitaño al que le había preguntado cómo podía servir a Cristo, ya que una vez que dejó a un niño en la orilla contraria y, antes de desaparecer, este le reveló que era Cristo, a quien él intentaba ayudar, ayudando a otros.

Su nombre deriva de «el que lleva a Cristo» o «portador de Cristo». En la baja Edad Media se popularizó la creencia de que bastaba mirar la imagen del santo y encomendarse a él para verse libre de todo peligro durante una travesía; y es así como San Cristóbal devino en patrón de peregrinos, viajeros, navegantes, motoristas y transportistas en general.

También se reza a San Cristóbal para la apertura de caminos, cualquiera sean estos.

San Cristóbal es un personaje muy popular tanto en Oriente como en Occidente, ya que su devoción ha trascendido el paso de los siglos. Su imagen, pintada casi siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales del mundo.

Cómo pedirle a San Cristóbal


Así es la oración para que San Cristobal intermedie en los pedidos de los creyentes ante Dios:

Bendito San Cristóbal, tú que tuviste la gracia de llevar a Jesús sobre tus hombros, que tan fuerte y poderoso te sentías, y el Señor te hizo ver tu pequeñez y tu vida se llenó de luz, cuando descubriste como su fuerza y no la tuya, te hacía esta vez sí, verdaderamente fuerte.
Glorioso San Cristóbal pide a tu amado Jesús, que nos libre de todo mal.
Dame Señor mano firme y mirada vigilante para que a mi paso no cause daño a nadie.
A ti Señor que das la vida y la conservas, suplico humildemente, guardes hoy la mía en todo instante.
Libra Señor, a quienes me acompañan, de todo mal: choque, enfermedad, incendio o accidente. Enséñame a hacer uso también de mi coche, para remedio de las necesidades ajenas.
Haz en fin, Señor, que no me arrastre el vértigo de la velocidad, y que, admirando la hermosura de este mundo logre seguir y terminar mi camino con toda felicidad.
Te lo pido, Señor, por los méritos e intercesión de San Cristóbal, nuestro Gran Patrono.
Amén


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