Qué le paso a Marito Salto: el crimen que trajo de vuelta la desaparición de Loan en Corrientes
El brutal asesinato de Marito Salto, en Santiago del Estero, comenzó como la investigación de la desaparición de Loan Danilo Peña en Corrientes: una familia que busca a su hijo. Sin embargo, los escalofriantes detalles del caso de Quimilí se destacaron en la historia del crimen argentino.
La desaparición de Loan Danilo Peña, el nene de cinco años que es intensamente buscado en la zona rural de 9 de Julio (Corrientes), y la falta de pistas certeras sobre su destino recordó un viejo caso policial que se dio en Santiago del Estero en circunstancias de igual desconcierto para la familia de la víctima: se trata del crimen de Marito Salto, un niño de 11 años que fue asesinado en Quimilí, y cuya muerte estuvo envuelta en una trama de poder que nunca terminó de desenmarañarse por completo.
La historia del asesinato de Marito Salto estuvo atravesada por sacrificios y rituales, santos paganos y creencias religiosas que, si bien no se han terminado de desentramar en la desaparición de Loan, se han considerado como una pista de investigación ante la misteriosa ausencia del niño de Corrientes.
Qué le pasó a Marito Salto: la historia
El brutal asesinato de Mario Agustín Salto tuvo lugar a fines de mayo y principios de junio de 2016: el 31 de mayo, Marito, como lo llamaban su familia y amigos, fue a pescar a una represa cercana como todos los días, pero nunca volvió. Esa misma noche, sus padres denunciaron su desaparición en la comisaría local.
Si bien todas las pesquisas se centraron inicialmente en la represa, con la ayuda de vecinos y amistades, el cuerpo de Marito Salto apareció dos días después descuartizado, con signos de violación y tortura, hallado por un perro que llamó la atención de su dueño, quien circulaba por el lugar. Lejos de donde había sido visto la última vez, sus restos fueron descartados en un basural en las afueras de Quimilí.
Por el brutal crimen del niño, se condenó a prisión perpetua a Miguel Jiménez, quien era considerado el «mandamás» del pueblo donde vivía Marito y tiempo después empezó a ser llamado como «el brujo» de Quimilí. El tribunal interviniente, que dictó sentencia casi seis años después del asesinato, contempló que el niño había sido captado para la realización de un ritual satánico.
Junto a Jiménez, también se consideró penalmente responsable a Rodolfo «Rody» Sequeira, quienes fueron sentenciados a una condena por homicidio triplemente calificado por alevosía, ensañamiento, privación ilegítima de la libertad y abuso sexual con acceso carnal.
Pero estos dos acusados no fueron los únicos. También se indicó que Ramón Rodríguez, María Eugenia Montes, Ramón Ocaranza y Pablo Ramírez fueron facilitadores de la captación de Marito y partícipes activos del ritual, por lo que tuvieron penas más leves.
Cuáles fueron las pistas que señalaron un «ritual satánico» en el crimen de Marito Salto
La principal prueba para resolver el caso de Marito Salto se centró en un manuscrito encontrado en la mesa de luz de Jiménez: allí, figuraba el nombre del niño, marcado con un círculo y la leyenda «ya tengo su virilidad, su juventud, su fortaleza».
Además, apareció otro papel que demandaba «dame lo que te pido» a quien se estima sería el santo pagano San La Muerte. Según se estableció en la condena por el asesinato de Marito Salto, el niño formó parte de un pacto de sangre y fue ofrendado a este santo a cambio de un favor.
En el cuerpo de Marito Salto se encontraron dos patrones genéticos masculinos, que pertenecen a una misma patrilínea, es decir que los atacantes eran hermanos o familiares entre sí; pero a pesar de los numerosos ADN que se realizaron entre los más de 3000 hombres de Quimilí, ninguno coincidió.
Durante el primer año y medio de investigación tras el asesinato de Marito Salto no hubo avances. Sin embargo, la publicación sobre el caso de un payador local en YouTube llamó la atención de Marcos Herrero, el cuestionado entrenador de perros de la Brigada Canina de Río Negro, quien puso a disposición sus animales para hacer una prueba odorífica, que permite identificar lugares y objetos hasta cinco años después.
Alcón y Duke, los animales prestados por Herrero, fueron quienes detectaron las pruebas clave del caso e involucraron a Jiménez y compañía. Entre ellas, se destacaron cuchillos, manchas de sangre, atados de brujería, huesos, figuras de San La Muerte y los escalofriantes escritos donde se mencionaba a Marito Salto. Pero se desconoce qué fue lo que pidieron los involucrados en favor al santo pagano por el violento ritual.
La familia de Marito Salto denunció, posteriormente, que los condenados plantaron pistas falsas para mantenerlos lejos de la principal que llevaba al niño, ya que mientras ellos buscaban por varios días en la represa se comprobó que, en simultáneo, se estaba llevando a cabo el violento ritual, que se habría hecho al aire libre. Incluso, Jiménez prestó su lancha a la familia del niño y también acompañó en las marchas pidiendo justicia, hasta que esta recayó sobre los autores materiales del asesinato en Quimilí, seis años después.
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