Por qué la Iglesia celebra hoy a San Maximiliano María Kolbe: su historia y oración
Fue un sacerdote polaco conocido por su sacrificio en Auschwitz. Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en 1982.
San Maximiliano María Kolbe fue un sacerdote franciscano polaco, conocido por su sacrificio en el campo de concentración de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial. Nació el 8 de enero de 1894 en Zduńska Wola, Polonia, y murió el 14 de agosto de 1941 en Auschwitz.
Maximiliano Kolbe ingresó en la Orden de los Frailes Menores Conventuales y fue ordenado sacerdote en 1918. Era un ferviente devoto de la Virgen María y fundó la Milicia de la Inmaculada, una asociación dedicada a la evangelización bajo la protección de la Virgen. También fundó monasterios y centros de evangelización, incluyendo la ciudad de la Inmaculada en Niepokalanów, cerca de Varsovia.
Durante la ocupación nazi de Polonia, Maximiliano Kolbe fue arrestado por las autoridades nazis por su labor religiosa y social. Fue enviado a Auschwitz en 1941. En julio de ese año, un prisionero escapó del campo, y como represalia, diez prisioneros fueron seleccionados para morir de hambre. Uno de los seleccionados, Franciszek Gajowniczek, clamó por su vida, y Kolbe se ofreció voluntariamente para ocupar su lugar.
Maximiliano Kolbe sobrevivió dos semanas de hambre y sed antes de ser finalmente ejecutado con una inyección letal el 14 de agosto de 1941. Su sacrificio y su amor por sus compañeros prisioneros le valieron la admiración y el respeto en todo el mundo.
Fue canonizado por el Papa Juan Pablo II en 1982 como mártir de la caridad. La festividad de San Maximiliano María Kolbe se celebra el 14 de agosto en el calendario litúrgico católico. Es considerado el patrono de los prisioneros políticos, de la familia y de los periodistas católicos.
Oración a San Maximiliano María Kolbe
Oh Señor Jesucristo, que dijiste «nadie tiene mayor amor que quien da la vida por sus amigos», por medio de la intercesión de San Maximiliano Kolbe cuya vida es una ilustración de ese amor, te suplicamos nos concedas nuestras peticiones…
(Mencionar aquí la gracia que se desea alcanzar)
A través del movimiento de la Milicia de la Inmaculada, que fundó Maximiliano, difundió una ferviente devoción a Nuestra Señora por todo el mundo. El dio su vida por un completo extraño y amó a sus perseguidores, dándonos con ello un ejemplo de amor desprendido por todos los hombres, un amor que estaba inspirado por una verdadera devoción a María.
Concédenos, oh Señor Jesús, que también nosotros podamos entregarnos enteramente sin reservas por el amor y el servicio a nuestra Reina del Cielo para mejor amar y servir a nuestro prójimo a imitación de tu humilde siervo San Maximiliano. Amén.
Rezar tres Avemarías y un Gloria.
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