Miércoles de la traición: En el último día de la Cuaresma, los católicos se preparan para la resurrección de Jesús

Este miércoles 27 de marzo es considerado el Miércoles Santo, durante el cual termina la Cuaresma y concluye la primera etapa de la Semana Santa. Esta jornada da paso al inicio del Triduo Pascual, este jueves, núcleo de las celebraciones litúrgicas de la Iglesia Católica dentro del año.

El Miércoles Santo es considerado el «Miércoles de la Traición», ya que se recuerda el episodio más oscuro de la vida del traidor Judas Iscariote, uno de los doce apóstoles que se sentó a la mesa durante la última cena de Cristo.

Esta es la noche en la que Judas Iscariote, a quien Cristo trató como un amigo y uno más de los suyos, se reúne con el Sanedrín, tribunal religioso judío, y pacta con sus miembros la manera de entregar a Jesús a cambio de 30 monedas.

El plan para matar a Jesús se pone entonces en marcha en ese momento y, por esta razón, muchos se refieren al Miércoles Santo como “el primer día de luto de la Iglesia”.

Por qué no se come carne roja en Semana Santa

La Iglesia Católica sugiere a sus creyentes no consumir carne roja como penitencia y para conmemorar el sacrificio de Cristo en la Tierra. La tradición indica abstenerse de este alimento durante el Miércoles de Ceniza, que se registró en febrero pasado, y todos los viernes desde el inicio de la Cuaresma.

Como pocos fieles adhirieron a esa tradición, la Iglesia Católica estableció no comer carnes dos días al año: el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, que tendrá lugar este viernes 29 de marzo, cuando se conmemora la muerte de Jesús. Algunos católicos eligen sumarle el sábado previo al domingo de Pascuas como una forma de mostrar luto.

Finalmente, el Domingo de Pascua es un día de celebración por la resurrección del hijo de Dios. Ese día, los católicos dejan de cumplir con la penitencia y celebran la vuelta de Cristo en cuerpo y alma con un festín de carne roja.

Oraciones para honrar a Jesús en este Miércoles Santo

Jesús, el distintivo de tus discípulos y misioneros
es el amor y la fidelidad.
Sin embargo, la traición a tu amor continúa
y es más dolorosa cuando proviene
de quienes buscamos estar más cerca de Ti.
Te suplico que me cuentes entre esos que quieren ser fieles,
entre los que te piden tu gracia para ser auténticos apóstoles de tu Reino.

Dame, Señor, la sabiduría y fortaleza para ser siempre fiel.

Amén.