La Iglesia Católica celebra hoy a San Francisco de Borja: su historia y oración
Este sacerdote jesuita dedicó su vida al servicio de Dios y al cuidado de los demás. Los detalles.
San Francisco de Borja fue un noble español que se convirtió en sacerdote jesuita y posteriormente fue canonizado como santo por la Iglesia Católica. Nació el 28 de octubre de 1510 en Gandía, España, y murió el 30 de septiembre de 1572 en Roma, Italia.
Francisco de Borja fue inicialmente un noble y político influyente en la corte española, sirviendo como virrey de Cataluña. Después de la muerte de su esposa en 1546, experimentó una profunda conversión espiritual y decidió dejar su vida mundana para unirse a la Compañía de Jesús (los jesuitas).
Como jesuita, San Francisco de Borja dedicó su vida al servicio de Dios y al cuidado de los demás. Se destacó por su vida de oración, penitencia y servicio a los pobres y necesitados. Fue elegido como el tercer superior general de la Compañía de Jesús en 1565 y desempeñó un papel importante en la expansión y consolidación de la orden.
San Francisco de Borja es venerado como santo en la Iglesia Católica y su fiesta se celebra el 3 de octubre en el calendario litúrgico, en memoria de su vida de santidad y su dedicación al servicio de Dios y de los demás.
Oración a San Francisco de Borja
Admirable San Francisco de Borja, grande en la tierra, pero mucho mayor en el cielo por tus admirables virtudes, ejemplo de príncipes y señores, guía de sacerdotes, modelo de religiosos y prelados, celosísimo del bien de las almas; que has merecido del Señor gracia especial para librar de las enfermedades a tus devotos, conservarles el honor, y hacer que recobren la buena fama; para apaciguar discordias, aplacar terremotos, y librar de sus estragos a tantos pueblos, que os invocan por protector y patrono; alcánzame del Señor buen uso de las riquezas, paciencia en las adversidades, desprecio de las pompas y vanidades del mundo, la salud y el bienestar del cuerpo que convenga para mi salvación, y sobre todo imitación perfecta de tus virtudes, para gozar contigo de la presencia de Dios en el cielo por los siglos sin fin. Amén.
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