Hoy es el Día de los Fieles Difuntos: Cómo pedir por los que ya no están
Cada 2 de noviembre, la Iglesia Católica conmemora a los Fieles Difuntos, en una jornada para recordar a quienes ya fallecieron y necesitan ayuda con su alma. Enterate acá qué podés hacer por ellos y cómo orar en su honor.
En este día, se ora y se pide por el alma de quienes ya fallecieron.-
La Iglesia Católica conmemora este 2 de noviembre a todos los Fieles Difuntos, aquellas personas que partieron hacia el encuentro de Dios y aún permanecen en el purgatorio. Es un día en el que muchos fieles visitan los cementerios para honrar la memoria de sus seres queridos, que ya no se encuentran en este plano.
Así, en este día la Iglesia dedica la liturgia a animar a los fieles a rezar por el eterno descanso de quienes han fallecido, con la esperanza de que todos, en ‘el día que no conoce el final’, puedan reunirse en el amor infinito de Dios.
Este día, entonces, constituye una obra de caridad indispensable que quienes aún peregrinan en este mundo oran y hagan sacrificios u ofrecimientos por las almas del purgatorio, conscientes de que muchos entre quienes nos han precedido necesitan aún purificar sus faltas para poder gozar de Dios de manera definitiva.
Por eso, hoy se recomienda ofrecer las oraciones de intercesión a la Virgen María y de manera especial el Santo Rosario; también es bueno pedir la intercesión de los santos a través de novenas u oraciones votivas, y hacer obras de caridad o pequeños sacrificios para la vida cotidiana, como pudiera ser la limosna o compartir nuestros bienes con los más necesitados.
Cómo pedir a los Fieles Difuntos: Esta es la oración para solicitar su intervención
En el día de los Fieles Difuntos, esta es la oración para pedir su intervención:
Dios de misericordia y amor,
ponemos en tus manos amorosas a nuestros hermanos y hermanas
que has llamado de esta vida a tu presencia.
En esta vida les demostraste tu gran amor,
y ahora que ya están libres de toda preocupación
concédeles pasar con seguridad las puertas de la muerte y gozar de la luz y la paz eterna.
Habiendo terminado su vida terrena recíbelos en el paraíso,
en donde ya no habrá tristeza ni dolor, sino únicamente felicidad y alegría con Jesús,
tu hijo, y con el Espíritu Santo para siempre.
Amén.
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