Reconstruyeron el hallazgo de las dos jóvenes22-6-03

SANTIAGO DEL ESTERO (Télam).- El juez que investiga el crimen de Leyla Bshier Nazar y Patricia Villalba encabezó ayer la reconstrucción del hallazgo de los restos de las víctimas en el paraje santiagueño de La Dársena, mientras el ministro de Justicia de la Nación, Gustavo Beliz, sugirió que se debe remover la "Gestapo" enquistada en el gobierno santiagueño. "Es muy importante que el gobierno santiagueño dé señales de remover todo ese tipo de "Gestapo" que se ha instalado en el gobierno provincial", dijo Béliz desde Buenos Aires en declaraciones a Radio Mitre. De esta manera, el ministro comparó la temida policía secreta del régimen nazi de Adolf Hitler con la Secretaría de Informaciones (Inteligencia) que estaba al frente del ex comisario Antonio Musa Azar, cuyo trabajo Beliz calificó como "siniestro" y a quien acusó de generar un "mecanismo de terror" en la provincia. Musa Azar fue removido de su cargo luego de que su apellido fuera mencionado en la causa por su presunta participación en el encubrimiento o la de su hijo (del mismo nombre), quien fue mencionado por uno de los abogado de las víctimas como uno de los "poderosos" que estuvieron en una fiesta con drogas y sexo que terminó con la muerte de Leyla. En tanto, a más de cuatro meses y medio de los asesinatos de Nazar y Villalba, recién ayer el juez Dardo Herrera dirigió la reconstrucción del escenario en donde fueron encontrados los restos de las víctimas, en una zona cubierta de tupida vegetación del paraje La Dársena, a 17 kilómetros de la capital santiagueña. El magistrado estuvo acompañado por la fiscal Daniela Ledesma de Villalba y peritos forenses y criminalísticos de la Policía Federal y Provincial. Pero la presencia más esperada fue la de Rosa Angélica Vergara, la lugareña que el 6 de febrero pasado halló los restos de las chicas cuando juntaba huesos de animales, chatarra y cartones por la zona. La mujer reveló ayer que tanto el cadáver de Patricia como los huesos de Leyla tenían atadas las muñecas con cables y que en el caso de la primera, había sangre en su frente, lo que indicaría que fue abandonada moribunda en el monte y que allí murió asfixiada, como reveló la autopsia. "Yo venía con mis hijos, en un carrilín tirado por mulas, cuando entré a una huella angosta y observé unos huesos que levanté y coloqué en el interior de una bolsa, para enseguida caminar y encontrarme con la cabellera de un cristiano", relató. La mujer, madre de tres hijos, que habita una casa tipo "rancho" y vive de la venta de huesos y cartones, recordó que ante la macabra escena salió corriendo con sus hijos "por que teníamos miedo a que el asesino estuviera oculto en el monte". "En la disparada, creo que pasé por encima del cuerpo de la otra chica, que estaba muy golpeada en el rostro y el cuerpo, y adelante había una enorme mancha de sangre", añadió. En sus declaraciones, Vergara reveló dos aspectos que al parecer no fueron tenidos en cuenta en los tramos iniciales de la investigación: "Los huesos (de Leyla) estaban atados con un cable, a la altura de las muñecas, al igual que la otra chica, que también le envolvía el cuello", dijo. Lo curioso del caso es que el cable que sujetaba las manos de Leyla, no fue incorporado entre los elementos secuestrados del lugar. Con la misma precisión, indicó que por "la frente del cuerpo que estaba enterito (de Patricia) corría sangre".

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