Reconocieron en Roca a Tonucci, el pedagogo italiano que defendió el placer de jugar
Otorgaron el aval institucional a las Jornadas “Los chicos y las chicas piensan de otra manera”, que se desarrollaron el pasado jueves 11 en el Polideportivo “Gimena López” de Roca. Así lo definió el Consejo Directivo de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en reconocimiento de la labor del pedagogo italiano Francesco Tonucci.
En representación de la FaDeCs, la secretaria de Extensión Sofia Szechenyi hizo entrega de la resolución al profesional, por constituir “un reconocimiento a nuestra experiencia como ciudad amiga de niños y niñas, lo que abre la posibilidad de fortalecer y consolidar los espacios de participación infantil, así como también generar redes con otras ciudades y experiencias nacionales e internacionales”.
Durante el evento, Tonucci dialogó con “Río Negro”. De 78 años, el hombre es un gran dibujante italiano y autor de numerosos libros en los que recupera constantemente el papel de los niños y niñas en el ecosistema urbano.
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Refiriéndose al ámbito escolar, consideró que las propuestas actuales no reflejan lo que los más pequeños desean. “Las escuelas infantiles deberían corresponder a las necesidades de los niños y no tanto a la de los adultos”, opinó.
Ir a una escuela de fútbol no es lo mismo que jugar al fútbol, creo que eso está claro”, recalcó en Roca. Foto: Archivo.
Confirmó que lo importante para los que no son escuchados – los niños y niñas – son los juegos y esto no se tiene en cuenta las unidades académicas y en la casa tampoco.
Tonucci plantea el juego como algo fundamental y esencial en el desarrollo de los más chicos. Sin embargo, a contramano de esto, los padres deciden inscribir a sus hijos en escuelas con jornadas de seis o más horas y también sumarle actividades extraescolares. “Ir a una escuela de fútbol no es lo mismo que jugar al fútbol, creo que eso está claro”, recalcó.
Compartió experiencias en las que algunos padres se encontraban preocupados porque a los hijos e hijas les gustaba ir a la escuela, les asombraba la reacción. “Claro como ellos se aburrieron en la escuela sus hijos también tienen que aburrirse; y si la pasan bien en la institución los adultos dudan del nivel educativo de ese establecimiento”, sonríe.
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