Rechazaron el prólogo kirchnerista del «Nunca Más»

Dos de los autores lo consideran una falta de respeto, ya que se modifica un documento histórico.

BUENOS AIRES (ABA) . – El ex integrante de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), Gregorio Klimovsky, reaccionó ayer en duros términos contra la decisión del gobierno de Néstor Kirchner de introducir un nuevo prólogo a la edición original del libro 'Nunca Más'.

«No se debería tocar nada, –afirmó Klimovsky– nadie debería meter la mano en ese informe que tal como está escrito fue entregado en su momento a la presidencia de la Nación» (en ese entonces a cargo de Raúl Alfonsín).

Como es sabido, en la última Feria del Libro la actual administración kirchnerista presentó una nueva edición con un texto suscripto por la secretaría de Derechos Humanos (que conduce Eduardo Luis Duhalde) que antepone una visión conceptual distinta a la anterior.

El prólogo original comenzaba así: «Durante la década del 70, la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda».

En la nueva edición, puede leerse la posición del gobierno de Néstor Kirchner: «Es preciso dejar claramente establecido, porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes, que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares frente al apartamiento de los fines pro

pios de la Nación y del Estado, que son irrenunciables».

«Para poder cambiarlo, la Conadep debería haber dado su consentimiento lo cual es imposible porque no existe más, y sólo quedamos vivos tres de sus integrantes, Magdalena Ruiz Guiñazú, Ernesto Sábato y yo», expresó Klimovsky.

El mismo dijo que la intención del actual gobierno «afecta no sólo la memoria histórica, sino también la jurídica, ya que el Nunca Más fue una fuente judicial y una prueba sobre todo tipo de abusos cometidos, por lo que una modificación al texto implicaría jurídicamente un cambio de tesis».

En declaraciones a «Río Negro», el científico agregó: » no me parece que haya nadie con autoridad legal y moral como para promover un cambio, más cuando la obra en cuestión (el Nunca Más) con su introducción se tradujo a varios idiomas».

Es más, Klimovsky subrayó que «aún cuando en el prólogo, que como todos saben fue escrito por Sábato, haya algún error no se lo debería tocar por nada dado que se trata de un documento histórico», al tiempo que destacó que «nadie impide que en alguna revista, publicación o memoria se haga una interpretación distinta sobre el tema, pero «toda idea de tocar el 'Nunca Más' para insi

nuar algo de carácter ideológico, no se condice con el respeto a ese informe y al texto».

Por su parte, para la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, la actitud del gobierno «es una insolencia hacia Ernesto Sábato» y apuntó que muchos grupos quieren adueñarse de ciertas situaciones como hizo el presidente Kirchner hace dos años en la ESMA.

Del «Nunca Más» se vendieron cerca de 500.000 ejemplares y fue traducido al inglés, alemán, ruso, italiano, portugués y hasta el hebreo, finés, japonés y vietnamita. La nueva versión, presenta el nuevo prólogo además del anterior, y agrega además anexos y correcciones.

De los principales integrantes de la Conadep fallecieron entre otros, el médico René Favaloro, el obispo Jaime de Nevares, el rabino Marshall Mayer, el académico Hilario Fernández Long y el jurista Eduardo Rabossi.

Arbitrariedad

Al meter mano en el «Nunca Más», el gobierno nacional comete una arbitrariedad. Porque es un abuso de poder modificar un contenido, una resolución de una comisión – Conadep– que está extinguida.

En los hechos, el gobierno procura modificar la historia de lo decidido por esa comisión. Y así, desnaturaliza en parte lo liminar del pensamiento de esa comisión sobre la tragedia que implicó la violencia política.

Con su procedimiento, el gobierno falta el respeto a quienes integraron la Conadep, gente honorable que apreció aquella tragedia con inmensa convicción en la verdad.

Toda esta arbitrariedad es la que cuenta fundamentalmente a la hora de reflexionar sobre la determinación del gobierno.

Cuenta aún más que la opinión que se tenga sobre si se justifica o no la teoría de los dos demonios. Porque en esta materia siempre habrá opiniones encontradas. Estarán quienes sigan avalando el estilo con que se reprimió a la guerrilla y la disidencia. Habrá quienes consideran que Montoneros y ERP eran paradigmas de la lucha por la dignidad humana. Y estarán también siempre quienes defienden la teoría de las responsabilidades compartidas.

Jamás habrá uniformidad de acuerdo en este campo.

Lo que cuenta ahora es la arbitrariedad que define la actitud concreta del gobierno sobre lo hecho por la Conadep.


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