Rebolledo es culpable por el femicidio de Agustina Atencio
El jurado popular halló penalmente responsable al imputado por la muerte de la joven de Catriel. El tribunal resolvió el caso en una hora de deliberación. Resta definir la pena.
Alrededor de las 22.30 el jurado popular que intervino en el juicio por el femicidio de Agustina Antecio golpeó la puerta de la sala de deliberación para comunicar que tenía el veredicto. El tribunal resolvió por unanimidad que Exequiel Rebolledo es penalmente responsable por la muerte de la joven de Catriel.
Poco más de una hora llevó al jurado llegar a una conclusión luego de una maratónica jornada que comenzó con testigos a las 8:30 y prosiguió con los alegatos de cierre desde las 14. Luego de la reglamentación comenzaron la deliberación a las 21:15. Se trató del primer juicio por jurados en el Alto Valle. Ahora habrá una nueva audiencia para definir la pena del joven de Catriel.
“¿Les vamos a exigir a las mujeres que griten?, ¿Que rasguñen?, ¿Que se defiendan? ¡para que tengan justicia!”, se preguntó Santiago Márquez Gauna.
La frase del fiscal Jefe de Cipolletti en los alegatos de cierre por el femicidio de Agustina Atencio fue una respuesta a uno de los argumentos de la defensa: que nadie escuchó gritar a la joven antes de su muerte en el río y que la vestimenta no tenía signos de violencia. Márquez Gauna centró su alegato en el testimonio de Gustavo Breglia, médico forense del CIF de Cipolletti, quien aseveró que las lesiones halladas en el cuerpo eran compatibles con un ataque sexual.
“Una de las lesiones fue en la cara interna del muslo. El doctor Breglia explicó porqué es importante. ¿Qué afirma esa herida vital?: el intento de la fuerza de separar las piernas de una mujer deja estas marcas”, señaló. También hizo referencia al golpe que tenía en la cabeza sosteniendo la teoría de la fiscalía que Rebolledo golpeó a la joven y luego la arrojó al río.
“¿Ustedes creen que Rebolledo dijo la verdad cuando habló? No, nos mintió en todo momento”, comenzó el fiscal del caso Martín Pezzetta quien giró en torno al relato del imputado quien declaró el primer día del juicio. “Dijo que nunca mostró a una mujer y S.A. lo desmintió, dijo que era celoso y una persona violenta. El día anterior andaba a los tiros en el techo para resolver una discusión. ¿Esto no es ser violento?”, dijo el abogado.
El querellante Joaquín Hertzriken Catena también refirió su alegato en Rebolledo; lo hizo sobre la actitud que tuvo el joven en el río la tarde del 29 febrero. “¿Cómo hubiesen obrado ustedes en una situación como la que la defensa propone? Si estuvieran con un novio o una novia en el río y de pronto tiene un accidente, o toma una decisión aun pero como la de quitarse la vida”, manifestó.
Apuntó a que Rebolledo se fue del lugar y la dejó allí, aunque la defensa y el testimonio del imputado es que se retiró del río antes del hecho. La defensa sostuvo que Agustina se ahogó como consecuencia de un accidente o una autolesión.
Marcelo Hertzriken Velasco, quien patrocinó la querella junto a su hijo, adhirió a todo lo dicho por la parte acusadora y pidió que declaren culpable de femicidio a Rebolledo. “Rebolledo ubicó a Agustina en un estado de vulnerabilidad para atacarla sexualmente, qué más descriptivo del modelo machista que que queremos combatir que utilizar a una criatura alcoholizada para vencer su resistencia”, dijo el abogado.
El principal argumento de la defensa es que la fiscalía no pudo comprobar el ataque sexual ni el femicidio. Por el contrario sostuvo que la causa de la muerte fue un accidente aunque en los alegatos de apertura Juan Manuel Coto deslizó la posibilidad de un suicidio con el único argumento de un estado de WhatsApp en el cual la joven escribió que se quería morir.
“Nadie golpeó a Agustina antes de caer al agua”, comenzó Coto quien se detuvo en las características de Rebolledo a quien lo definió como una persona introvertida, incapaz de cometer un femicidio.
“¿Esa es la actitud de un femicida”, le preguntó al jurado mientras relataba el comportamiento del joven después de la desaparición de la joven.
“No se escondió, no se fue de Catriel, el lunes fue a trabajar como todos los días, entonces no me entra en la cabeza lo que sostiene la fiscalía (…) No hay un solo elemento que permita indicar que hubo una agresión”, señaló. Guadalupe Inaudi, la única mujer entre las partes, solo habló en los alegatos de apertura y cierre.
La defensora destacó que en la escena del crimen no se halló ADN del imputado. “Acá -los acusadores- tiene muy poco de un femicidio. Tiene que un varón fue con una mujer al río y que lo vieron volverse sólo a él y luego lo que ya sabemos de la aparición del cuerpo”, manifestó.
Chicanas y cruces durante el debate
La calma y tranquilidad de la primera jornada fue un espejismo. Ya en la segunda audiencia, el juez Marcelo Gómez tuvo que ajustar las riendas para que el primer juicio por jurados en la historia del Alto Valle no se fuera de las manos.
Es que por momentos el debate transitó por delicados carriles que rozaron los umbrales de la ética. Intentos de “embarrar la cancha”, desacreditar testigos y conflictos personales de antaño que protagonizaron las partes y, ocasionalmente los testigos, fueron algunos de los chispazos que se vivieron durante las cinco jornadas.
La más controvertida fue la disputa entre el defensor Juan Manuel Coto y el querellante Marcelo Hertzriken Velasco: hubo denuncias cruzadas por un conflicto proveniente de una vieja disputa que habían tenido en otro juicio en Neuquén. Coto denunció que Velasco instruía a una testigo para explicarle qué tenía que decir.
No solo eso, se jactó de haber grabado la conversación y pidió reproducir la grabación en la sala. Con buen tino el juez
Marcelo Gómez no lo autorizó. Tampoco desestimó a la testigo que era el objetivo central del defensor.
Velasco redobló la apuesta y lo acusó de querer embarrar la cancha y que el “juego sucio” era un comportamiento habitual en su colega.
La testigo en cuestión era una hermana de Agustina de 15 años. La joven, visiblemente angustiada, declaró y aportó el testimonio más importante en esa segunda audiencia. Se refirió a la relación que había tenido con el imputado y dijo que se alejó de él porque era una persona violenta.
Velasco también realizó una denuncia penal contra Coto por desobedecer una orden judicial, pero eso ya es harina de otro costal. No quedó claro en la audiencia si el juez Gómez había dictado tal orden respecto de ese controvertido audio.
Hubo también algunos cruces entre Gómez y el fiscal jefe Santiago Márquez Gauna. Uno de ellos aconteció en esa segunda audiencia y el magistrado se vio obligado a llamarle la atención. “No se olvide del lugar que ocupa”, le dijo tras los berrinches del fiscal. Gómez antes de ser juez – concursó hace dos años – era fiscal, y hasta ese momento Márquez Gauna era su jefe.
Ayer también se vivieron momentos de tensión con la declaración de Delfín Francisco Delgado, médico forense ofrecido por la defensa. Hubo varios intercambios con Márquez Gauna con pases de facturas que trajeron a colación otros casos, entre ellos el de Otoño Uriarte.
Gómez le llamó la atención varias veces al perito porque en forma de chicana le respondía al fiscal de manera ambigua con un “si y no”. Luego, ante una pregunta de Velasco, el médico reconoció que estaba enojado por las preguntas del fiscal que según él ponían en duda su honor.
Al final de cuentas, tantas chicanas y luchas cargadas de egos, hicieron perder el foco de atención, el motivo principal de este juicio: el femicidio de una joven de 17 años.
De todas formas, Gómez tuvo la capacidad de conducir el debate, aún en los momentos de mayor tensión. Combinó firmeza con empatía y tuvo afinidad y conexión con el jurado. Les explicó con lenguaje sencillo sus responsabilidades y obligaciones, lo que podían y lo que no debían realizar.
Cipolletti logró el objetivo de juzgar el primer juicio por jurados durante la pandemia y tuvo una experiencia más cercana al éxito que al fracaso. Se abre ahora una agenda de juicios que incluyen Roca y Viedma.
Tres testimonios claves durante el juicio
Hermana de Agustina. La joven de 15 años contó que Exequiel Rebolledo era una persona violenta. Fue la razón por la que decidió alejarse de él, fueron novios meses antes de la muerte de Agustina.
Breglia. El forense concluyó que las lesiones que presentaba el cuerpo de Agustina eran compatibles con un ataque sexual. Fue la principal hipótesis de la parte acusadora.
Delgado. El forense que aportó la defensa concluyó que la causa de muerte de Agustina fue accidental como consecuencia de la alta graduación alcohólica. También infirió que podría tratarse de una muerte súbita.
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