Reacciones divididas por los dichos de Pichetto sobre la Central Nuclear
El pedido de Miguel Pichetto para que se reinstale el debate por la central nuclear en Sierra Grande generó reacciones divididas en la dirigencia política.
El ex intendente Renzo Tamburrini (PJ), un ahijado político de Pichetto que se venía manifestando en contra de la central y participó de las marchas, opinó ahora que se va a ubicar “del lado de lo que pida el pueblo, para que Sierra pueda lograr su desarrollo”.
La senadora Magdalena Odarda (ARI) dejó en claro a este diario que no va a cambiar su posición de rechazo y el intendente Nelson Iribarren insistió con la idea de la consulta popular “para que defina la comunidad”.
Siguiendo la misma línea que trazó Pichetto, el jefe comunal dijo que quería que pasen las elecciones legislativas para ponernos a trabajar en el tema”. Dijo que la semana que viene mantendrá un encuentro en Buenos Aires con el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano.
Sierra Grande vive una dura situación social y económica por la parálisis de la mina de hierro y el desempleo que generó.
Weretilneck y Pesatti
Antes de que Pichetto sacudiera el escenario pidiendo que se reabra el debate por la central, este diario consultó al gobernador Alberto Weretilneck sobre la consulta popular que propone Iribarren. “Está en todo su derecho si considera que eso va a resolver alguna situación y va a generar un evento positivo, somos respetuosos de las autonomías municipales, mientras esté bajo la el contexto de la constitución provincial no tenemos inconveniente”. indicó.
En tanto, el vicegobernador Pedro Pessati, alineado con los ambientalistas, defendió la ley que sancionó el parlamento provincial tras las PASO, que golpearon con dureza a Juntos Somos Río Negro. “La ley prohíbe la instalación en el territorio provincial de una central nuclear, por lo tanto mientras tenga vigor esa ley en Río Negro hablar de esto es hablar de una quimera porque nos será posible en virtud del imperio que esta ley genera sobre cualquier alternativa que se le parezca”.
Agregó que Iribarren tiene todo el derecho de promover lo que a él le parezca importante “pero en función de la ley vigente es una cuestión imposible, por lo menos mientras esa ley no sea derogada”.
Pichetto declaró a “Río Negro” que para Sierra Grande la central nuclear es una oportunidad económica “única y excepcional. La inversión supera los 10.000 millones de dólares, y tendría unos 5.000 trabajadores en su construcción y 1.000 trabajadores, con altos salarios, en su funcionamiento”.
El senador cotejó ese monto con el Plan Castello de 580 millones de dólares. La inversión de la central “sería la más grande que pudo recibir la provincia en la historia”.
Los que se movilizan por el “No”
Hace un mes hubo una marcha en Sierra Grande de la que participaron manifestantes de la localidad y delegaciones de toda la provincia. Allí plantearon su firme postura de decirle “No” a la instalación de la central nuclear.
En aquel encuentro acordaron constituirse en una única asamblea provincial denominada Movimiento Antinuclear Rionegrino (MAR ), en consonancia con la iniciativa del movimiento formado en la provincia de Chubut.
También realizaron un abrazo a la sede donde funciona el Concejo Municipal.
Allí, los manifestantes de Sierra Grande desplegaron una gran bandera y leyeron la ordenanza antinuclear local, sancionada en 1996, que lleva la firma del hoy intendente Nelson Iribarren.
La legisladora provincial Graciela Holtz (FpV) declaró ayer que “mientras esté la ley, no es no”.
Recordó entonces que Río Negro sancionó una norma que prohibe la instalación de plantas nucleares de producción de energía.
Mencionó también que la provincia del Chubut ya expresó su preocupación con respecto al tema “ya que temen que afecte la llegada del turismo que se mueve alrededor del avistaje de ballenas francas en la zona del golfo nuevo y la península Valdés.
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