Radiografía de una megabanda “que robó millones”

La fiscalía no tiene dudas de que José “Chiqui” Forno y sus 15 compañeros dieron varios golpes grandes. Aquí un detalle de los roles y las funciones.

A un mes de que comenzara el juicio más grande en la historia de la Justicia cipoleña ya se dio por cerrada la primera etapa en la que se expusieron los testimonios de las víctimas y la descripción de cada uno de los hechos. El paso siguiente será iniciar la segunda etapa, que estará centrada en la prueba científica. Escuchas telefónicas, informes de ADN, seguimiento de comunicaciones y pruebas papiloscópicas serán algunas de las evidencias que deberán enfrentar quienes están siendo juzgados por haber integrado la megabanda de boqueteros que “robó millones”.

A medida que las audiencias fueron pasando la fiscalía fue brindando detalles de las funciones y cuáles eran los roles de cada uno de quienes hoy están siendo juzgados. Las sospechas sobre quien ejercía el liderazgo de la megabanda de boqueteros siempre estuvieron puestas sobre José “Chiqui” Forno. Según adelantaron fuentes allegadas a la investigación “quedará aún más expuesto cuando declaren quienes analizaron las escuchas telefónicas”.

Algunos de los agentes que participaron de la investigación, que demandó varios meses de trabajo, sostienen que Forno daba a todos las órdenes, pero que jamás intervino en un hecho. Se habría encargado de seleccionar los lugares, de quién vigilaba, las personas que iban a intervenir en cada robo y de toda la logística. Los roles estaban bien definidos. Lo único que la Fiscalía aún no pudo determinar es quiénes estaban a cargo de hacer los boquetes por los que ingresaban a los comercios. “Lo hacían entre varios”, indicaron.

Ya declararon todas las víctimas y en todos los casos coincidieron en que actuaban con mucha violencia, con armas de fuego, y hasta reconocieron en la audiencia a algunos de los imputados.

La Fiscalía entiende que con las declaraciones, las pruebas y los dos arrepentidos estaría allanando el camino para declarar culpable a los imputados. De todas maneras los defensores de los acusados confían en que sus pruebas logren desvincularlos de una de las causas más importantes en los últimos años.

Arrepentidos

Hasta ahora hubo dos arrepentidos: Gustavo “Champi” Curruhuinca y Franco Cisneros. Curruhuinca fue uno de los que ingresó a robar a la casa de una familia de calle Villegas en 2016. El hecho fue cometido con extrema violencia: maniataron a la mujer y a su hija y las amenazaron con matarlas. Iban con armas y eran cerca de 4. Tras haber escuchado a la mujer, Curruhuinca pidió hablar y le dijo que estaba arrepentido. Los mismos pasos siguió luego Cisneros. Terminó pidiéndole perdón a la familia que fue asaltada en el barrio Los Tordos. Pese a que aceptaron su participación en los hechos y pidieron disculpas a las víctimas, nunca aceptaron que conformaban una banda y menos aún que fuera liderada por Forno.

En Allen encontraron gran parte de lo robado en Blancoamor de Cipolletti.
Archivo

En Natalini Agro, de Regina, dieron un golpe grande.
Archivo

Datos

Si bien cometieron varios robos millonarios, no trascendió el monto exacto de lo que se llevaron: hay pesos, dólares, euros y joyas.

¿Cómo se organizaba la megabanda?

-José “Chiqui” Forno: líder, organizador y cerebro de la banda. Contactaba con todos a través de su celular para darles las órdenes. Jamás intervino en los hechos.

-Anibal “Caníbal” Meneses y Pablo “Penche” Muñoz: eran los principales colaboradores. Se sospecha que participaron en la mayoría de los hechos y eran quienes encabezaban la organización de cada hecho. Muñoz fue reconocido por el robo a Zanelatto y Meneses por una entradera a una mujer ocurrida en marzo de 2016 en la calle Leopoldo Lugones.

-Ingrid Muñoz, Juan José Surber, Gustavo Roche y Rubén Acuña: serían los facilitadores o comúnmente denominados “dateros”. Ingrid Muñoz era la empleada doméstica de la familia Zanelatto y era pareja de un cuñado de Forno. Juan José Surber recomendó a la empleada doméstica del robo de la calle Leopoldo Lugones. Gustavo Roche: vive a escasos metros de BlancoAmor y es vecino de Forno. Habría facilitado la operatoria para poder realizar el boquete. Rubén Acuña sería pareja de la empleada doméstica del robo ocurrido en una chacra del barrio ex isla 10, de Fernández Oro. Sus funciones eran la de informar los movimientos de dinero u objetos de valor que había en la casas, la dinámica y organización familiar.

-Manuel Meneses: era el técnico encargado de desactivar las alarmas. Es hermano de Aníbal. Habría colaborado con la desactivación de la alarma en el boquete a Red Sport. Está acusado de ese hecho. Habría trabajado en una empresa de seguridad y por eso tenía conocimiento en sistemas de seguridad.

-Gustavo “Champi” Curruhuinca, Benito Pereira Caniullan, Franco Cisneroz, Sandro “Tano” Gerez Derbez: Protagonizaban los robos, no participaban de la organización. Eran quienes ingresaban a las viviendas o los depósitos de comercios pero en principio no tenían mayor participación en la organización de los robos.

-Rafael Alonso, Víctor Oyarzo Millapán y Roberto “Pachi” Vilchez: Participaron en uno o dos de los hechos delictivos. Alonso está imputado por el robo a Zanellato y los boquetes a Red Sport y Topsy. Oyarzo Millapán. Sólo está acusado por el robo a Zanellatto. Fue detenido tras una persecución en el auto de Forno con un arma similar a la del asalto, dinero en efectivo y cargadores de handys de la policía. Vilchez fue acusado del robo a una familia del barrio Los Tordos. Sería uno de los que ingresó a la casa y protagonizó la entradera y fue reconocido en la audiencia por parte de una de las víctimas. Fue detenido poco después de cometido el robo en Neuquén, en donde se hallaron pertenencias de las víctimas -entre ellos un iphone-, que fueran reconocidas como propiedad de los damnificados.

-José Nondedeu: era el mecánico de la banda. Arregló una camioneta que se descompuso luego de que robaron en Blancoamor. Habría colaborado para poder arrancarlo y sacarlo del lugar lleno de mercadería.

Forno: “Sólo buscan influenciar mediáticamente”

El supuesto líder de la banda se comunicó con este diario luego que los fiscales declararan públicamente que su madre, habló en el juicio, intentó salvarlo diciendo que los elementos secuestrados por la Justicia los habían comprado ellos. Los fiscales subrayaron que la mujer había ido a declarar con un papel que leía y que desde atrás, su hija “le soplaba” lo que tenía que decir.

Estas declaraciones indignaron al presunto cabecilla de la banda, quien no dudó en romper el silencio para defender a su madre: “Palabras vacías carentes de contenido y veracidad, que sólo buscan influenciar mediáticamente a la opinión pública”. Así calificó la opinión de los fiscales Guillermo Merlo y Santiago Márquez Gauna cuando se refirieron al testimonio que brindó su madre.

Forno criticó duramente el accionar de la Fiscalía.

Argumentó que la valoración sobre el testimonio de su madre no es trabajo de la Fiscalía, sino que debe hacerlo el Tribunal que lo juzga desde hace varias semanas.

“Es algo irrelevante lo que ellos opinen ya que quien deberá evaluar la veracidad o no, de lo declarado por mi madre, es el Tribunal y no el Ministerio Público Fiscal”, sentenció.

La discusión surgió cuando la madre de Forno se presentó a declarar y aseguró que un par de zapatillas, una mesa, cuatro sillas y un sommier habían sido comprada por la familia y negó que hayan sido adquiridas a través de los robos por los que su hijo está siendo juzgado.

“Resulta de una mediocridad absoluta que el Fiscal salga a agraviar mediáticamente a mi madre y hermana ya que la evidencia que presentamos es contundente”, concluyó diciendo Forno.

Datos

16
Los imputados como integrantes de la organización que realizó 18 robos millonarios.
237
testigos están citados para declarar a lo largo de todo el juicio.
88
testigos ya pasaron por los Tribunales de Cipolletti: 82 de la fiscalía y 6 de la defensa
Si bien cometieron varios robos millonarios, no trascendió el monto exacto de lo que se llevaron: hay pesos, dólares, euros y joyas.

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