Qué podemos sembrar en luna menguante en nuestra huerta familiar
Además, van tres recetas. Pasta de ajo: un aderezo en la heladera. Pesto de rúcula para tu sopa dulce de calabaza. Cebollas coloradas agridulces.
Por Victoria Rodríguez Rey
@victoriarodriguezrey
¿Y si de repente supieras que es la última luna menguante para sembrar? ¿Y si te advirtieran que la tierra comienza a perder su calor? ¿Que el otro camino es esperar hasta los primeros golpecitos tibios de agosto? Si, cuando pase el mes de mayo la tierra se comenzará a enfriar y habría que dejar de sembrar por dos meses. Un poco de reposo no viene mal.
“Para cortarte el pelo, espera la menguante”. Sobre las tan escuchadas y poco interpretadas recomendaciones antiguas, sobre las conexiones y vínculos etéreos que no cotizan en bolsa y que gran influencia tienen sobre la producción, sobre nuestros cuerpos. En menguante el crecimiento será un poco más lento aunque el pelo será más robusto. ¿Y qué hay de este periodo en la huerta?
En menguante se siembra todo aquello que queda abajo de la tierra para que se fortalezcan sus raíces. Fiesta pues de remolachas, rabanitos, zanahorias, puerros, ajos, cebollas (un primer paso puede ser en almácigo y luego transplante). Aunque también todas las hortalizas de hojas verdes dado que no se pretende que florezcan: lechugas, kale, achicoria, acelga, espinaca, rúcula que mediante siembra directa va muy bien. ¿Porque sería sembrar en menguante una buena relación? Porque al menguar la luna la fuerza de la luz va disminuyendo y va creciendo la fuerza de gravedad de la tierra que durará hasta el 22 de mayo.
Y si por estas lunas alguna pena quedara, en las bitácoras de las que saben, Alicia Manucci dice que todo cicatriza más lento pero mejor en menguante. “Para el llanto de la viña o del nogal podarlo en menguante y embarrar el corte con barrito de llantén”.
Pasta de ajo: un aderezo en la heladera
Elegir una cabeza de ajo grande y cortarle la parte superior, que te muestre todo los dientecitos. Agregarle aceite de oliva, sal y pimienta y envolverla en papel de aluminio. Cocinar una hora aproximadamente a temperatura baja o hasta que los dientes estén blandos. Sacar del horno, abrir el papel de aluminio y aplastar suavemente la cabeza de manera que salgan los dientes de ajo cocidos. Terminar de hacer un puré, incorporarle algún condimento preferido (merkén por ejemplo) y guardar en frasco en la heladera o directo a la tostada.
Cebollas coloradas agridulces
Son seis cebollas peladas y cortadas bien finas. Poner a hervir ½ litro de vinagre de manzana, 300 gramos de azúcar y 1 cucharada de granos de pimienta. Meter la cebolla y cocinar hasta que esté transparente. Envasar en caliente en frasco. Una vez frío conservar en la heladera.
Pesto de rúcula para tu sopa dulce de calabaza
Lavar un atadito de rúcula y meterlo a la licuadora con un cuarto de taza de aceite de oliva, un diente de ajo y tres cucharadas de queso rallado. Luego incorporarle una nueces picada, sal, pimienta y directo a la sopa.
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