Punta Bermeja: 50 años en defensa de los lobos marinos

El Área Natural Protegida alberga la colonia más importante de Sudamérica. Es el momento de la reproducción y en menos de tres kilómetros de playa se aglutinan más de 7.500 ejemplares. En el lugar funciona el Centro de Interpretación Faunística.

La costa Atlántica rionegrina tiene distintos puntos de gran valor a partir de sus atractivos turísticos naturales. Uno de los lugares emblemáticos es la Reserva Faunística de Punta Bermeja ubicada a 63 kilómetros de Viedma por la ruta Provincial N° 1.

El lugar cumplió 50 años desde su creación como Área Natural Protegida, la primera de la provincia, que se instauró mediante el decreto 898 de 1971 y sus límites actuales se establecieron a través del decreto 1862 de 2005.

El objetivo de este espacio es la preservación de especies y la diversidad genética, en especial de los lobos marinos de un pelo y su plan de manejo propone una zona intangible, destinada solamente a usos científicos, una zona de uso restringido, equivalente a un paisaje protegido; y una tercera zona de usos múltiples, donde hay actividades humanas de modo regulado.

En el lugar funciona desde 1980 el Centro de Interpretación Faunística que en 2020 recibió la denominación de “Antonio Torrejón” en reconocimiento a quien fuera ministro de Turismo de la provincia, entre 1989 y 1996, y un impulsor clave para la construcción del lugar.

Dentro del área protegida está el primer apostadero de lobos marinos de un pelo de la Patagonia y uno de los más grande de Sudamérica, además del balneario La Lobería, con servicios gastronómicos, cámping, sala de primeros auxilios y destacamento policial; y una villa marítima que crece paulatinamente, no excenta de cuestionamientos por el tipo de construcciones elegidas por algunos de los vecinos.

La Secretaría de Ambiente y Cambio Climático de la provincia encabezó los festejos por el cincuentenario que incluyó recorridas para la prensa y los prestadores turísticos de la región, la inauguración del nuevo servicio eléctrico en la zona y mejoras en el cámping y en el Centro de Interpretación.

En ese marco Dina Migani, titular del área, señaló que “para nosotros es una fiesta, una fiesta para la provincia, una fiesta de la conservación” y explicó que “desde la decisión política de la creación han pasado muchas gestiones de gobierno, ha pasado mucho trabajo de los guardia ambientales y de mucha gente que ha hecho posible que esta reserva tenga una gran cantidad de ejemplares”.

Agregó que “muchos rionegrinos y de otros lugares del país, en general visitan estos hermosos lugares de Río Negro por eso tenemos que agudizar la mirada de la conservación” y recordó que “no se puede cuidar y conservar lo que no se conoce, por eso queremos hacer nuestro aporte para aumentar el conocimiento de todos con la experiencia de nuestros guardas ambientales que son los que están y conocen el lugar y saben lo que hay que conservar”.

Una vista especial durante la pleamar. Foto: Marcelo Ochoa.

Un lugar de referencia para conocer la fauna de la zona


Ariel Lapa es uno de los primeros guardas ambientales que tuvo la provincia, pasó buena parte de su carrera profesional en Punta Bermeja, hoy cumple su tarea en Pozo Salado y fue el vocero del grupo para contar que “el Centro de Interpretación es el lugar base del área protegida, donde recibimos al visitante y le informamos de las cualidades y de los atractivos que tiene el área protegida, el funcionamiento en cuanto a los senderos y los distintos balcones que tienen en el recorrido de 1,5 kilómetros”.

Señaló que “cada balcón está estratégicamente colocado para ver la mayor parte de la colonia” y entre los lugares de interés destacó “el canal de ataque de las orcas y el lugar reproducción, que comienza en este período que avanza hasta fines de febrero y principio de marzo, con crías que van a empezar a nacer entre el 20 y el 25 de diciembre”.

En el kilómetro y medio de recorrido los balcones están estratégicamente colocados para ver la mayor parte de la colonia de lobos”.

Ariel Lapa, guardia ambiental de la Secretaría de Ambiente de Río Negro.

El centro “está preparado con muestras bastante itinerantes, por ahora hay algunas réplicas de reptiles del cretáceo que fueron encontrados en la zona de Roca y toda la información que tiene que ver con las faunas de monte y marina, con muestras de diferentes especies, como delfines, toninas y pingüinos” y un espacio con capacidad para unas 30 personas destinado a brindar información audiovisual a quienes llegan al lugar.

Lapa agregó que “la mayor demanda” que reciben de los visitantes “es información sobre los lobos; que en un espacio tan chico haya tanta concentración de lobos es lo que más llama la atención”.

Ariel Lapa uno de los guarda ambientales con más experiencia. Foto: Marcelo Ochoa.

Abundante alimento, resguardo natural y seguridad frente a sus depredadores


El lobo de un pelo, también llamado sudamericano, lobo marino del sur o chusco; habita desde el sur de Brasil hasta Tierra del Fuego, sobre el Atlántico; y desde el sur de Chile hasta Ecuador, en el Pacífico.

Su color característico es pardo oscuro, en los adultos; y negro cuando son jóvenes y los machos más grandes llegan a pesar hasta 300 kilos, el doble de una hembra.

Según la explicación de Ariel Lapa, “esta lobería tiene tres condiciones” que la hacen especial.

Uno es “la abundancia de alimentos porque el golfoSanMatías es rico ictícolamente y los lobos son de hábito costero para alimentarse. Hay mucha ofertas de peces” remarcó.

La segunda es “el resguardo natural que ofrecen los acantilados y las restingas que forman barreras naturales, que impiden el acceso del hombre, y se pueden distribuir en un sector de tres kilómetros de costa de manera tranquila, más nuestra ayuda que hacemos el control de playa”.

Por último, “hay un sector muy reducido para el ataque de las orcas que tienen dos canales de ingreso que son distintos a Península de Valdéz con ese típico variamiento intencional. Acá tienen que atacar dentro del agua y esta restringuido por el tipo de marea y eso hace que los lobos estén más resguardados”.

El guarda ambiental detalló que “por lo monitoreos periódicos sabemos que hay alrededor de 7.500 ejemplares por el período de reproducción, pero fuera de este tiempo se llegan a contar de 12.000 a 13.000 porque migran desde las loberías ubicadas más al sur hasta esta zona”.

Destacó que “las hembras están casi todo el año acá y los machos son migrantes, se van a la zona de Bahía Anegada, en cercanías de Bahía Blanca; a la isla Jabalí, enSanBlas; y a Mar del Plata. Acá quedan los machos jóvenes, las hembra con sus crías y otras hembras con sus crías que en invierno llegan desde las loberías más cercanas”.

Lobos de un pelo

7.500
es la cantidad estimada de ejemplares en esta época del año en la reserva
12.000
es el número de animales que se llegan a concentar en los meses de invierno.
La reserva tiene más de un kilómetro de senderos y tres miradores estratégicos. Foto: Marcelo Ochoa.


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