La peor semana económica de Macri: flan casero y crisis de confianza

Fenómenos propios de la era de las redes sociales, la frase “queremos flan” tardó apenas unas pocas horas para convertirse en viral, luego de que el histriónico actor Alfredo Casero la pronunciara en un programa del prime time televisivo.

En pocas palabras, Casero relató una historia en la que un padre de familia debe evacuar la vivienda de urgencia junto a su familia, debido a que la casa se incendia, y finalmente se derrumba. En ese marco, los hijos se acercan al padre que observa el desastre, y le claman a gritos: ¡Queremos flan!

La alegoría, sugiere que hay gente que pide disfrutar mientras la casa se quema. Trata de representar que quizá hay muchos (sin especificar quienes, pero dándolo a entender), que tal vez tienen mal ubicadas las prioridades. A todas luces, la intención del actor fue demostrar que el Presidente Macri tiene que resolver un problema estructural demasiado grave, y que al mismo tiempo se le exigen resultados que podrían considerarse superfluos.

Curiosidades sociológicas si las hay, la metáfora de Casero pareció ser mal interpretada por los adherentes al gobierno, por representantes del oficialismo, e incluso por el propio Presidente.

Los asistentes a la marcha en la que se reclamaba para que el Senado habilite los allanamientos a la ex Presidenta Cristina Fernández, abrazaron la consigna “queremos flan” y la convirtieron en bandera. No advirtieron que en el relato de Casero, quienes pedían flan eran los equivocados.

Al día siguiente del sketch televisivo, un grupo de diputados del oficialismo se reunió con Macri en la Quinta de Olivos, y al momento de la foto grupal se filmaron al grito de “queremos flan”. Tampoco parecieron advertir el significado de la historia.

Más llamativa aún, fue la sugerente foto dada a conocer por el equipo de prensa del Presidente, en la que se lo ve comiendo un flan. En ese caso el interrogante no solo es si el mandatario comprendió la alegoría. El meta mensaje puede ser también interpretado como “yo sí puedo comer flan mientras la casa se quema”.

Como sea, la metáfora del flan puede servir también para significar la fragilidad de la economía nacional. El flan en general es blando y presenta una estructura flexible que lo hace frágil. La endeblez que muestran las finanzas y el escaso poder de fuego de la política económica para torcer el rumbo, bien podrían representarse con dicha figura.

Flan de confianza

La fragilidad que exhibe por estos días la ecuación financiera argentina, es difícil de dimensionar. La muestra más acabada de ello, fue la ineficacia del escueto discurso presidencial del último miércoles, en que se anunció el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En las palabras del propio Presidente, el anuncio buscaba “generar confianza”. El efecto fue exactamente el contrario, y durante los siguientes dos días el precio del dólar se disparó un 30%.

La lectura del mercado, fue la falta de sustancia del mensaje presidencial, que no dió detalles del nuevo acuerdo con el FMI, y volvió a apelar a consignas blandas, más en clave de campaña electoral, que en lenguaje de un estadista al mando en medio de una crisis.

El nuevo llamado al FMI, implica que cuando aun no transcurrieron tres meses del primer desembolso de u$s 15.000 millones, se solicita el adelanto de los desembolsos comprometidos en 2019. Los especialistas estiman que las necesidades de financiamiento para el año próximo podrían llegar a los u$s 12.000 millones. Esa es la totalidad de los fondos comprometidos con el organismo para el año próximo.

El gran problema que enfrentan las finanzas nacionales, es que los mercados internacionales han vuelto a cerrarse, y el precio a pagar para obtener financiamiento mediante la colocación de deuda, es incluso más alto que el que se abonaba a fines de 2015. El infograma adjunto muestra la senda del riesgo país en el último año. Se trata de la sobre tasa que pagan los bonos argentinos, por sobre la tasa que pagan los bonos del Tesoro de los EEUU. El incremento del costo del crédito, es señal inequívoca de que los mercados no confían en el rumbo económico elegido por el gobierno y en este marco, difícilmente vuelvan a prestar a la Argentina en los niveles registrados durante 2016 y 2017.

Lejos de querer ingresar al país, los capitales extranjeros pugnan por salir. Pero incluso los capitales argentinos miran la puerta de salida. El segundo infograma, revela la evolución de la formación de activos externos de los residentes argentinos. Es lo que comúnmente se denomina “fuga de capitales”. La información que proporciona el Banco Central (BCRA), muestra que en lo que va de la gestión Macri, se fueron del país u$s 52.126 millones. Lo preocupante es que en solo 7 meses de 2018, ya salieron u$s 20.027 millones. Una suma similar a la registrada en todo el año 2017, y que representa un crecimiento del 97% respecto a la salida de los primeros siete meses del año pasado.

Flan de actividad

El panorama por delante hoy, es mucho más incierto que cuando comenzó la corrida cambiaria promediando el primer semestre del año.

La economía real ya venía resentida previo al cimbronazo cambiario. El infograma adjunto muestra la evolución de la actividad económica durante el último año. El derrumbe es evidente desde el mes de marzo, y se profundiza en junio. Ese mes según el Indec, la actividad cayó un 6,7% interanual. Cuantificar el efecto que tendrá la nueva disparada del dólar sobre la actividad, sería un ejercicio de futurología. Lo que sí se puede prever, es que el efecto inmediato se verá en los precios, y ello impactará de lleno en el nivel de consumo.

A diferencia de los tres episodios de fuerte devaluación registrados en abril, en mayo y en junio, esta vez el salto en la cotización del dólar fue grande y de golpe, y el traslado a precios empieza a pegar de lleno en los precios minoristas. Durante la fiebre cambiaria del jueves, dos de las automotrices más grandes del país anunciaron la suspensión de las ventas de autos 0 km hasta tanto se tranquilice el dólar, y una de las empresas de la industria alimenticia más importantes del país, paralizó la distribución al interior hasta ajustar las listas de precio de acuerdo a los nuevos parámetros.

A estas alturas, la metáfora de Casero luce como una premonición. De repente la casa parece derrumbarse. Lo que Casero omitió en su relato es cuál es el origen del incendio. El padre que sale y observa la catastrófica escena ¿no puede hacer nada para apagar el fuego? ¿No tuvo responsabilidad alguna en el siniestro? Tal vez los hijos le reconocen autoridad, y es por eso que se atreven a pedirle flan: confían en él. Algo que los amigos del padre, esos que hasta ayer le prestaban plata, ya no le dispensan.

Datos

Pulso Económico

La confianza es el mayor déficit de la gestión.

El mercado le dio la espalda definitivamente al plan económico, y se imponen cambios de fondo.

Pulso

Datos

$ 39
La cotización al cierre del viernes. La semana inició en $ 31,57 y llegó a $ 42 durante el jueves.
23,53%
Lo que se devaluó la moneda en solo cinco ruedas cambiarias.
u$s 12.000
Los millones que el FMI debía desembolsar a la Argentina durante el 2019. Serían los fondos que el gobierno pediría adelantados.
La confianza es el mayor déficit de la gestión.
El mercado le dio la espalda definitivamente al plan económico, y se imponen cambios de fondo.

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