Increíbles maridajes proponen la bartender Maru Avila y el chef Juan Izaguirre, en Bariloche
Estos dos referentes de la gastronomía cordillerana proponen platos innovadores y muy patagónicos al mismo tiempo.
“Cuando se piensa en maridaje entre comida y bebida se puede lograr desde parecido o muy distinto de sabores: bueno, eso somos nosotros. Compartimos la pasión por lo que hacemos y nos nutrimos de las diferencias para poder crecer cada dia en lo que hacemos en retroalimentación”.
Quienes así se definen son la bartender Maru Ávila y el chef ejecutivo Juan Carlos Izaguirre que acaban de crear un maridaje gastronómico de Arelauquen Lodge a Tribute Portfolio Hotel. Y lo comparten con Yo Como.
¿Te imaginás un pulpito tehuelche con una salsa de Bloody Mary a las brasas? Ellos pueden proponer este y otros platos en sintonía innovadora y muy patagónica al mismo tiempo.
Maru, que también es gerenta de alimentos y bebidas en el hotel Marriott Arelauquen Lodge, y Juan Carlos cuentan: “venimos trabajando en fusión de nuestras artes hace bastante tiempo con distintas intervenciones en cócteles o platos pero esta vez decidimos arrancar por un camino distinto. Sabemos que sintiendo y retroalimentándonos en conjunto podemos volar más alto y asi fue que nos sentamos con la hoja en blanco a planear un menú partiendo de un concepto, nuestra estepa rionegrina”.
Surgió de manera natural este proceso creativo, admiten. “Solo restaba compartir las ideas para generar una más poderosa. Y así fue como comenzamos a escribir, tachar y escribir de nuevo. Bajábamos de la oficina a la barra, de la barra a la cocina, probamos, descartamos, volvimos a probar y finalmente sonreímos: es que la cosa ya estaba armada”, dicen en modo eureka.
“La idea nunca fue maridar, el maridaje somos nosotros. La idea fue unificar nuestros mundos en un solo concepto”, comentan en la cocina de este hotel en Bariloche.
¿Qué es lo que lograron? ¿A que sabe esta creación? Nada mejor que hacer un encuentro y que los comensales prueben lo recién hecho por esta dupla.
Recibieron a los comensales, noches atrás, con una copa de bienvenida coronada con una tapa. “El líquido a base de gin infusionado en chiles y cilantro de nuestra huerta como protagonistas y la tapa con pejerrey, mascarpone y mermelada de tomate”, apunta Juan Carlos.
La entrada fueron croquetas y buñuelos a base de flores comestibles, hierbas y tallos de la estepa acompañados con un gimlet (Gin, Cordial de Lima) gelificado a modo de dressing .
Para el plato principal fusionaron cuatro platos en uno: había carnes de oveja, chivo, vaca y cordero; una tintura de chimichurri para estimular el sentido del olfato, un huevo curado en vermouth y bourbon macerado en cordero. Síiiiiiiiiiiiii, señores y señoras… todo eso…
Bodega Huberto Canale acompañó el encuentro con su mejor merlot, como siempre.
La velada fue cerrada con un húmedo de chocolate, queso crema y tomillo, jalea de diente de león y helado de frutos secos sumergido en una sopa de cold brew (café tostado en Bariloche, extraído en frío) y ron añejo macerado en manteca.
“Hace casi 4 años lideramos la gastronomía del hotel; visitamos productores, viajamos por la provincia tratando de entender de donde nacen los productos para utilizarlo a favor de promover la gastronomía local… sabemos que no hay techo, solo nos guía la pasión”, comentaron los entrevistados al final de la noche. La creatividad al palo; la gastronomía patagónica agradecida.
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