Pueblo Blanco, la playa de El Chocón que todos quieren conocer
A 73 km de Neuquén capital, crece por el boca a boca. Solo se puede ir los sábados y domingos y feriados, cobran entradas por vehículo para disfrutar de sus interminables playas de arena fina y blanca y sus aguas transparentes.
Del lado rionegrino, Pueblo Blanco es la costa más paradisíaca de El Chocón. Ofrece interminables playas con agua transparente. Desde la altura de los riscos se observan de color turquesa a unos 73 kilómetros de Neuquén capital. Este fin de semana de Navidad, llegar allí con las reposeras, sombrillas y el espíritu lleno de fiesta a descansar bajo el sol, parece ser una opción genial.
Para entrar a la costa hay que pagar entrada, pordés quedarte a pasar el día. Sólo está abierto los fines de semana, así que ¡cuidado! Aunque sea tentador escaparse en cualquier momento libre, hasta Pueblo Blanco hay un lindo trayecto y no son tiempos de despilfarro.
Con reserva previa el estacionamiento por vehículo es de $1.200. En efectivo, en la entrada, el estacionamiento por vehículo es $ 1.500. No está permitido acampar, ni hacer fuego en la playa y no es posible circular con cuatriciclos y motos. Antes de ir, llamá al 2995224270.
Si se trata de ahorrar y se te complica irte de vacaciones por varios días, estas magníficas playas blancas que alberga El Chocón, sobre el lago artificial Exequiel Ramos Mexía, pueden ayudarte a despejar la cabeza y huir de la rutina, al menos por el fin de semana.
La proveeduría Bolivia Pub, ofrece panchos, sandwich, algo para el picoteo, licuados y si no llevaste nada podrás alquilar allí la sombrilla, reposeras y carpas playeras.
Es una playa ecológica, por lo que se hace mucho hincapié en la limpieza, por eso se ofrece un descuento en la entrada para todos aquellos que regresen a su lugar de origen con sus residuos.
«Volvé con los residuos a tu casa y subís 2 fotos al Instagram puebloblanco_ok y te reintegramos $ 200 de lo que abonaste al ingresar», dicen los administradores.
Pueblo Blanco en los últimos años se ha popularizado, más que por la promoción del lugar, por el boca en boca, pues quienes la visitaron se van encantados y contagian su entusiasmo por visitar la costa a todos los que conocen.
El secreto de su magia son las dunas de arena, arbustos achaparrados y el agua de color azul profundo.
No es para menos. Esta península de arena fina y blanca, cuenta con un camino de tablas de madera que adornan el paisaje y que, tanto a su izquierda como a su derecha, te invita a descubrir lugares paradisíacos.
Hacia la derecha, se erigen imponentes acantilados a los que se pueden acceder por el sendero o por las rocas.
Si sos de los que van en busca de aventura, resulta mucho más emocionante y placentero ir por la piedras que bordean el agua, saltando y escalando algunas rocas. Y para el broche final, un chapuzón de adrenalina.
Claro está que para concretarlo con responsabilidad hace falta saber nadar, ya que hay trasladarse algunos metros para encontrar piedras que permitan acceder de nuevo a la orilla.
Si el objetivo es pasar un día completo de descanso, relajado sobre la arena, el centro de la bahía resulta el escenario ideal. El agua no es tan fría y te permite quedarte nadando hasta que se te arruguen los dedos o tan sólo sentarte sobre la arena mojada a contemplar el paisaje: frente a la península se visualizan las formaciones rocosas conocidas como “El Gigante”.
A escasos metros, sobre el margen derecho de la entrada, se encuentra el baño y si se camina un poco más, el recorrido de madera te lleva hacia la proveeduría Bolivia Pub.
Lo que abunda en el lugar no son los servicios sino la posibilidad de establecer un nuevo diálogo con la naturaleza. Por eso, lo mejor es llegar al lugar equipados para pasar un buen rato al aire libre, contemplar el entorno y disfrutar.
En el pub podés comprar algún trago y volver a recostarte sobre la reposera a tomar sol.
Es una playa para disfrutar en familia, con amigos, en pareja y, por qué no, en soledad con la compañía de un libro.
Las mascotas no son bien recibidas en Pueblo Blanco. Como es una costa ecológica, se intenta preservar la limpieza y su fauna natural: zorros grises y colorados acostumbran visitar la playa y los perros pueden alterarse. También es muy común ver sapitos brotar de la arena blanca, así que no te asustes si alguno te sorprende.
Este maravilloso oasis de agua turquesa y arenas blancas se encuentra a unos 73 kilómetros Neuquén capital.
El trayecto está muy bien señalizado, así que encontrar la costa de Pueblo Blanco será fácil. Hay que tomar la Ruta Nacional (RN) 22 (también se puede acceder por Autovía Norte) y continuar hasta la rotonda de Arroyito. Allí hay que seguir por RN 237 unos kilómetros hasta empalmar con la Ruta Provincial 68.
Luego hay que pasar la Represa de El Chocón y desembocar en la calle de ripio. Ahí mismo se anuncia un cartel que invita a seguir el camino hacia Pueblo Blanco con una flecha que lo direcciona. Aunque se abren tres caminos, hay que seguir derecho unos 9,5 kilómetros hasta toparse con un colectivo abandonado. Una vez que se observa, hacia la derecha se abre una entrada que conduce hacia una tranquera y una pasarela en la que te recibe el encargado del lugar.
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