Pudo multiplicar su producción de escobillones
El taller de Eduardo Azcurra saltó el corralito y sigue en carrera. Multiplicó por diez su producción: el año pasado hacía 1.500 escobillones por mes, ahora largará al mercado unos 15.000. Cuando tienen un rato libre, sus dos hijos le ayudan en la fábrica, donde se demanda un trabajo familiar de diez horas diarias, como mínimo. El mismo cuenta detalles de su éxito.
NEUQUEN (AN).- El taller de Eduardo Azcurra ocupa el frente de la casa de la avenida Doctor Ramón, donde termina el asfalto, en el barrio San Lorenzo, en el oeste de esta ciudad.
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