Proyectan cómo sacar a la laguna El Trébol del abandono
Los vecinos impulsan mejoras con intervenciones mínimas para cambiarle la cara al área de uso público junto al hotel que se incendió en 2008. Quieren recuperar el muelle, generar una plaza de ejercicios, que se pueda bajar al agua con kayaks y evitar el ingreso vehicular.
La laguna El Trébol era un lugar de esparcimiento. Decenas de familias y jóvenes de Bariloche, al igual que turistas, en otras épocas llegaban hasta el Circuito Chico para pasar un día de recreación en este espejo de agua mansa, de un encanto paisajístico increíble y rico en flora y fauna nativa. Por eso los pobladores de la zona quieren recuperar este lugar de ensueño.
El único acceso público a la laguna está ubicado junto a la ruta 71 (Circuito Chico) a un kilómetro de la rotonda del 18. Ese lugar hoy está en total estado de abandono. Hay escombros que llegan al agua, un muelle en ruinas con maderas carbonizadas y quebradas, maleza y vegetación exótica, y un hotel deteriorado tras su incendio y saqueo de materiales que datan de más de 13 años atrás.
La junta vecinal tiene la idea de que con una intervención simple se le puede cambiar la cara a la costa pública de la laguna El Trébol y volver a recuperar este rincón. Por eso llevó su propuesta al municipio que esta semana le dio el visto bueno para avanzar en las mejoras.
“Este lugar siempre se usó como playa. Durante mucho tiempo los vecinos cortábamos el pasto y manteníamos limpio, pero después del incendio del hotel en 2008 todo empezó a decaer y el día que vi una piedra en el agua me preocupé”, relató Maite Vacarezza, presidenta de la junta vecinal El Trébol que desde hace años reclama la intervención del lugar para recuperar el espacio público.
Según recordó Vacarezza, la laguna que forma parte de la Reserva Natural Urbana Laguna El Trébol, tiene la delimitación de la línea de ribera que determina el espacio de uso público, que es de un tramo de 15 metros desde la costa. Ese es el espacio que se quiere mejorar, sin avanzar en la propiedad privada lindera que tiene el hotel abandonado y quemado.
“Es nuestro interés que se pueda usar esta playita porque no hay ningún otro acceso público a la laguna”, dijo Vacarezza.
La propuesta es limpiar el terreno, quitando la rosa mosqueta y vegetación exótica, nivelarlo en algunos sectores, generar un espacio para estacionamiento de vehículos junto a la ruta y bloquear el camino de acceso vehicular para evitar que se degrade aún más el terreno. Además, plantean reacondicionar el muelle de madera que se podría realizar con la misma madera de tres enormes pinos que se deberían talar, limpiar la costa para que puedan bajar kayaks y generar un espacio como plaza de salud con aparatos deportivos.
Presentamos un proyecto con las mejoras al municipio y llamó el intendente para ir a recorrer el lugar y ver cómo se encontraba”.
Maite Vacarezza, presidenta de la junta vecinal El Trébol.
El proyecto de la junta vecinal no incluye ninguna intervención en el edificio en ruinas, solo taparlo con algún muro o cerco para evitar que caigan metales o materiales al espacio público. Ese hotel, que perteneció a un sindicato y según el último registro catastral del municipio fue adquirido tiempo atrás por una sociedad anónima, había quedado abandonado antes del incendio y sufrió un saqueo hormiga como ocurrió en otros edificios similares como la hostería El Retorno de la costa del lago Gutiérrez.
El delegado municipal de la zona oeste, Claudio Otano, dijo que es viable el proyecto de los vecinos y destacó la iniciativa que le presentaron. “A la laguna va mucha gente y no hay ninguna intervención que ordene el uso público y hasta es peligroso por el hotel abandonado donde se suelen realizar juntadas”, señaló Otano quien dijo que se avanzará en mejorar el lugar, aunque no definió plazos.
Otano dijo que el municipio, por instrucción del intendente Gustavo Gennuso que el lunes pasado recorrió el lugar, se contactará con el propietario del edificio en ruinas en busca de un acuerdo para demoler el sector más cercano a la costa de la laguna y cercarlo con un tejido perimetral alto para evitar el ingreso de personas. “Creemos que es factible y además el Estado puede intervenir cuando hay riesgo para las personas, por más que sea una propiedad privada”, afirmó y señaló que a futuro se podrían destinar fondos de la Ecotasa para realizar obras de luminarias.
El intendente Gennuso tomó la decisión de afectar fondos municipales para mejorar el espacio y concretar el proyecto que nos presentó la junta vecinal”.
Claudio Otano, delegado municipal de la zona oeste.
Catastralmente, el espejo de agua está en lotes privados
La laguna El Trébol está contemplada en tres títulos de propiedad privada, aunque la mayor parte del espejo de agua figura en el lote del viejo hotel que está a unos metros, como “zona anegadiza”.
En 2017 desde el Concejo Municipal se solicitó al Departamento Provincial de Aguas (DPA) que modifique los registros catastrales y deslinde administrativo de la laguna. En ese momento se había advertido que había transacciones comerciales de terrenos que presentaban planos imperfectos y requerían de nuevas mensuras que excluya el cuerpo de agua del título de propiedad.
Pero, según la presidenta de la junta vecinal Maite Vacarezza, por ahora no se avanzó en este sentido.
Lo que sí se hizo es que el DPA determinó la línea de ribera en 788,4 metros sobre el nivel del mar y así delimitó el espacio público de 15 metros desde la costa, distando así la propiedad privada y cualquier uso o construcción que podría generar un efecto en la laguna. Esta medida se adoptó en 2014.
Claudio Otano, delegado del oeste, precisó que según los registros municipales el hotel lindero a la laguna que perteneció al Sindicato del Vidrio ahora está en manos de una sociedad anónima con domicilio legal en Buenos Aires.
Una Reserva Natural Urbana para protegerla
La Reserva Natural Urbana Laguna El Trébol fue creada en 2005 tras el impulso de los vecinos que durante años reclamaron a la municipalidad.
Por ordenanza se determinó que esta reserva, donde habitaban entonces unas 80 familias, que cuenta con 400 hectáreas ubicadas a la altura del kilómetro 18, en el Circuito Chico.
Fue creada “impulsada por los vecinos del barrio que soñábamos con hacer posible la convivencia armónica del entorno natural y sus habitantes. El bosque, la tierra y el agua son recursos imprescindibles y hábitat de muchas especies que enriquecen la vida de quienes habitamos la reserva y sus visitantes”, indica el cartel de ingreso a la reserva urbana, en la zona oeste de la ciudad.
El objetivo de la norma es lograr una mayor protección de la laguna y sus alrededores y limitar la tala de árboles, mediante una regulación de las construcciones.
A pesar de esta normativa que está vigente desde 2005, las edificaciones generan controversia y hubo varios llamados de atención de los vecinos y organizaciones ambientalistas por talas indiscriminadas de especies nativas dentro de esta área protegida.
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