Oficialismo y oposición rechazaron el escrache al juez Ricardo Lorenzetti
Manifestantes protagonizaron una protesta frente a la casa del magistrado, en Rafaela. La Corte Suprema se expedirá mañana sobre el traslado de Bruglia, Bertuzzi y Castelli, que fue rechazado por el Senado.
El sábado, un grupo de manifestantes realizó una caravana de autos frente a la casa del juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorezentti. Fue por la reunión por el «acuerdo extraordinario» para decidir sobre el rechazo, por parte del Senado, del traslado que dispuso en su gobierno Mauricio Macri sobre los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli. Los tres investigan distintas causas de corrupción que involucran a la vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner.
El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, convocó a un
«acuerdo extraordinario» para mañana, para analizar si concede el
pedido de «per saltum» de los tres magistrados para que se resuelva la
cuestión de fondo, respecto de si sus respectivos traslados por decreto de Macri se ajustaron o no al trámite de designación previsto en la Constitución.
Representantes del Gobierno nacional expresaron su «solidaridad» con Lorenzetti, por la protesta en su casa de la ciudad santafesina de Rafaela, y abogaron para que las «instituciones de la democracia trabajen libres de presiones».
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, manifestó su «preocupación» ante la
protesta que sufrió ayer Lorenzetti y sostuvo desde Twitter que el país
necesita que las «instituciones de la democracia trabajen libres de
presiones».
El ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, llamó a establecer como «límite» el «respeto a la convivencia democrática y sus instituciones», y convocó a que «todos los sectores democráticos de la sociedad acompañen
este límite que merece un unánime y contundente repudio».
Por su parte, la ministra de Justicia, Marcela Losardo, expresó también por
redes sociales su «solidaridad y profundo repudio» y reafirmó el
«compromiso» del Gobierno de Alberto Fernández por una «Justicia
independiente».
En tanto, el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, sostuvo que no
pueden «tolerarse» escraches como el que sufrió Lorenzetti y consideró
«inadmisibles» los «aprietes e intimidaciones» de los que viene siendo
objeto el máximo tribunal en las últimas semanas.
«La marcha al domicilio de Lorenzetti constituye un hecho de enorme
gravedad», sostuvo Mena, en declaraciones a Télam, y señaló además que se
trata de una «práctica» a la que «nos quieren acostumbrar desde que en este
país gobernó Mauricio Macri», por lo que pidió que «el PRO y el
expresidente salgan a dar la cara». «No podemos tolerar estas prácticas, de enorme gravedad institucional, y que buscan generar hechos de violencia», advirtió.
El secretario de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete,
Fernando «Chino», Navarro, planteó desde Twitter que «aquellos dirigentes del macrismo que buscan hacer política enfureciendo a la gente lo que logran es destruir la verdad y pueden destruir las instituciones».
Por redes sociales, el vicepresidente de la Cámara de Diputados y jefe del
PJ, José Luis Gioja, se sumó a los mensajes de «solidaridad» y abogó por
una «Justicia independiente, regida por la ley y no a la merced de los
aprietes promovidos por algunos inescrupulosos».
«La Corte debe fallar conforme derecho, sin presiones de ninguna índole. No es bueno para la República afectar la tranquilidad de los jueces. Tenemos que respetar a la Justicia y dejarla actuar», publicó el expresidente Mauricio Macri en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, también se solidarizó con Lorenzetti y abogó desde redes sociales a «trabajar, siempre, por una Justicia independiente».
A su vez, el diputado y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, señaló que «las manifestaciones a casas particulares de funcionarios, ya sean jueces u otras personas públicas, no son métodos democráticos. Esto es así por Lorenzetti o cualquiera que lo sufra», completó.
El exministro de Justicia Germán Garavano, por su parte manifestó que la Corte Suprema «debe fallar con independencia, sin reclamos ni presiones a sus miembros».
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