“Propuesta pública sobre la reforma de la ley de Educación de Río Negro”

En los tiempos actuales es más que importante la participación ciudadana, práctica que debiera difundirse con más énfasis para acercar soluciones a temas que preocupan a la sociedad, máxime si se trata de políticas públicas como en este caso: el debate sobre la reforma de la ley de Educación y lo puntual, la conformación de consejos consultivos en la comunidad educativa con la inclusión de padres consejeros. Particularmente, en la actual sociedad observo que estamos declinando en cuanto a saberes e ilustración ciudadana. A pesar de gozar de confort y bienestar, nos está ganando progresivamente lo disfuncional en cuanto a comportamientos subculturales, situación que de alguna forma deberá resolverse para que no se profundice y así legarles a las generaciones venideras un futuro más promisorio. Pareciera ser como una regresión a la época de las cavernas dadas la actividad delictiva, la violencia que se suscita y el apego a los antivalores, por lo que se hace imprescindible ¡fortalecer la educación! ¿Que pensarán los antropólogos y los sociólogos al respecto? ¿Civilización en decadencia? ¿Aceptaríamos un sermón orientativo? Ya Pitágoras (580-500 a.C.), gran pensador griego, nos legó este célebre y trascendental pensamiento: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” o, como decía nuestro benemérito Francisco P. Moreno, “Cuando las escuelas y las fábricas estén llenas las cárceles estarán vacías”. En esta idea y construcción incólume, superadora en el aprendizaje social, y considerando que la educación formal tiene suprema injerencia en la cultura e ilustración de la sociedad, en su misión de formar buenos ciudadanos algo falta para la excelencia de la loable tarea de transformar almas con un espíritu más solidario, más tolerante, si se quiere piadoso, misericordioso. Se debe inculcar la cultura del esfuerzo, del sacrificio, del trabajo y del estudio para lograr un empleo mejor calificado y remunerado, términos y actitudes éstas que debieran ser asimiladas por los educandos, es decir, munirlos de sabiduría para que no sean excluidos del sistema –por ejemplo, trabajo, obra social, previsión, tópicos que deberían tratarse en asignaturas para dotar al hombre de una erudición superadora y no caer en su propia victimización por no haber sido educado o ilustrado debidamente para su elección positiva de vida y el logro de su realización y felicidad–. Es loable la apertura que hace este gobierno a la participación de la ciudadanía en políticas públicas y esperamos que se extienda a otras áreas como, por ejemplo, la de seguridad, tópico que pretendo optimizar a través de una propuesta innovadora en formación ciudadana, si se quiere con una orientación criminológica y praxis política de avanzada que pueda ser prueba piloto hacia otras provincias para atenuar el índice delictivo a mediano y largo plazo. Si convenimos que la política es una ciencia y que en este diseño público cuenta con voluntad política esencial, consenso e idoneidad temática y superadora por la intervención ciudadana, la que con su clamor se proyecta hacia una perfecta ilustración ciudadana, como incorporar orientación vocacional o la obligatoriedad del dictado de educación vial conforme lo dispone la ley nacional de Tránsito, sugerimos como propuesta puntual abogar para que en la currícula de educación se incluya, por niveles, la materia Seguridad General, articulada o como nexo a la materia Educación Democrática, Instrucción Cívica o como se llame actualmente. Esta asignatura estaría orientada a ilustrar formalmente al niño sobre su crecimiento armónico en lo psicofísico con un aprendizaje social sobre valores, antivalores, el libre albedrío y un modelo de ciudadano virtuoso y que no se victimice o caiga en bajezas humanas. Así, seguramente en las próximas generaciones se vislumbrará en la sociedad una mejor calidad de vida, con una atenuación de actitudes disfuncionales o comportamientos desviados. Carlos Rodríguez, DNI 7.578.269 – Las Grutas

Carlos Rodríguez, DNI 7.578.269 – Las Grutas


En los tiempos actuales es más que importante la participación ciudadana, práctica que debiera difundirse con más énfasis para acercar soluciones a temas que preocupan a la sociedad, máxime si se trata de políticas públicas como en este caso: el debate sobre la reforma de la ley de Educación y lo puntual, la conformación de consejos consultivos en la comunidad educativa con la inclusión de padres consejeros. Particularmente, en la actual sociedad observo que estamos declinando en cuanto a saberes e ilustración ciudadana. A pesar de gozar de confort y bienestar, nos está ganando progresivamente lo disfuncional en cuanto a comportamientos subculturales, situación que de alguna forma deberá resolverse para que no se profundice y así legarles a las generaciones venideras un futuro más promisorio. Pareciera ser como una regresión a la época de las cavernas dadas la actividad delictiva, la violencia que se suscita y el apego a los antivalores, por lo que se hace imprescindible ¡fortalecer la educación! ¿Que pensarán los antropólogos y los sociólogos al respecto? ¿Civilización en decadencia? ¿Aceptaríamos un sermón orientativo? Ya Pitágoras (580-500 a.C.), gran pensador griego, nos legó este célebre y trascendental pensamiento: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” o, como decía nuestro benemérito Francisco P. Moreno, “Cuando las escuelas y las fábricas estén llenas las cárceles estarán vacías”. En esta idea y construcción incólume, superadora en el aprendizaje social, y considerando que la educación formal tiene suprema injerencia en la cultura e ilustración de la sociedad, en su misión de formar buenos ciudadanos algo falta para la excelencia de la loable tarea de transformar almas con un espíritu más solidario, más tolerante, si se quiere piadoso, misericordioso. Se debe inculcar la cultura del esfuerzo, del sacrificio, del trabajo y del estudio para lograr un empleo mejor calificado y remunerado, términos y actitudes éstas que debieran ser asimiladas por los educandos, es decir, munirlos de sabiduría para que no sean excluidos del sistema –por ejemplo, trabajo, obra social, previsión, tópicos que deberían tratarse en asignaturas para dotar al hombre de una erudición superadora y no caer en su propia victimización por no haber sido educado o ilustrado debidamente para su elección positiva de vida y el logro de su realización y felicidad–. Es loable la apertura que hace este gobierno a la participación de la ciudadanía en políticas públicas y esperamos que se extienda a otras áreas como, por ejemplo, la de seguridad, tópico que pretendo optimizar a través de una propuesta innovadora en formación ciudadana, si se quiere con una orientación criminológica y praxis política de avanzada que pueda ser prueba piloto hacia otras provincias para atenuar el índice delictivo a mediano y largo plazo. Si convenimos que la política es una ciencia y que en este diseño público cuenta con voluntad política esencial, consenso e idoneidad temática y superadora por la intervención ciudadana, la que con su clamor se proyecta hacia una perfecta ilustración ciudadana, como incorporar orientación vocacional o la obligatoriedad del dictado de educación vial conforme lo dispone la ley nacional de Tránsito, sugerimos como propuesta puntual abogar para que en la currícula de educación se incluya, por niveles, la materia Seguridad General, articulada o como nexo a la materia Educación Democrática, Instrucción Cívica o como se llame actualmente. Esta asignatura estaría orientada a ilustrar formalmente al niño sobre su crecimiento armónico en lo psicofísico con un aprendizaje social sobre valores, antivalores, el libre albedrío y un modelo de ciudadano virtuoso y que no se victimice o caiga en bajezas humanas. Así, seguramente en las próximas generaciones se vislumbrará en la sociedad una mejor calidad de vida, con una atenuación de actitudes disfuncionales o comportamientos desviados. Carlos Rodríguez, DNI 7.578.269 - Las Grutas

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