10 increíbles postales de la ruta 40 camino a San Martín de los Andes
Después de varios días de nevadas y tras la flexibilización para circular para los residentes del departamento Lácar, nuestro corresponsal Patricio Rodríguez nos muestra su regreso desde el cruce con la ruta 63 hasta San Martín de los Andes. Maravillas que ojalá pronto podamos volver a visitar.
Volver a casa por la ruta 40, la de los famosos Siete Lagos, desde el cruce con la provincial 63 que te lleva a Meliquina hasta el lago Lácar, a orillas de San Martín de los Andes, a 24 km.
Ese fue el espectacular recorrido que hicimos días pasados, una tarde en que la nieve dio respiro y dejo el paisaje pintado para el disfrute entre ñires, sauces en los arroyos, plantaciones de pinos y los campos de pobladores de distintas comunidades que han hecho su casa por allí.
En la zona no hay registros de casos de coronavirus y a medida que se flexibilizan los permisos en las fases de la cuarentena salimos a dar una vuelta y nos encontramos con las maravillas de vivir en la montaña.
Con el permiso correspondiente y la aplicación Cuidar bajada y con los datos cargados, se puede ir desde San Martín de los Andes hasta Meliquina.
En el cruce de la ruta 40 con la 63 hay un bloqueo de Gendarmería con controles: no podés pasar hacia Villa La Angostura y seguir por el Camino de los Siete lagos si no sos personal autorizado, pero dentro del Departamento Lácar sí se puede circular.
Algunos eligieron pedalear, otros caminar y otros optaron por subir al auto.
Pero para todos el objetivo fue el mismo: el sol había salido por fin y los paisajes quedaron al descubierto para el goce después de tanto encierro, con la nieve como principal protagonista a los costados de la ruta luego de varios días de nevadas.
La ruta estaba transitable por el trabajo de las máquinas que despejan la nieve del camino, aunque en algunos sectores el hielo estaba presente con una gruesa capa en forma de manchones, en algunos casos de varios metros de largo… pero con precaución es transitable todo el recorrido.
Las montañas de alrededor están pintadas de blanco intenso, igual que los campos.
Apenas se ven las hiladas de los alambrados y diría que casi, casi, la altura de la nieve llega al metro cincuenta!
Veíamos algunos animales buscando alimento entre las dunas blancas y el frío intenso, que fue el compañero constante durante el trayecto. No olvides llevar el termo con algo calentito.
Las horas de luz diurna son escasas en estas épocas, aunque día a día el sol sale unos minutos antes y se esconde unos minutos después.
El atardecer, cuando el sol empieza a teñir de dorado el paisaje, ya cae más cerquita de las 18:30 hs. Eso sí, ponete el todo el abrigo posible, porque las temperaturas bajan hasta 3° de golpe.
Ya llegando al Lácar hay un control policial entrando al pueblo, en el final del camino sobre la cabecera del lago, donde te preguntan de dónde venís.
Con todo en regla pasamos, con la sensación maravillosa de haber salido otra vez a la ruta. Espero que pronto puedan venir.
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