Perpetua para Geldres por el crimen de Araya
La Cámara Criminal Primera le aplicó la máxima sanción por el asesinato del comerciante cipoleño. Consideró como agravantes “el desprecio a la vida humana, la clara peligrosidad evidenciada en su desmedido e irracional proceder”.
CIPOLLETTI (AC).- Ramón Geldres fue condenado a prisión perpetua por el cruel asesinato de Claudio Araya, el comerciante que intentó impedir el arrebato de una cartera a plena luz del día. La Cámara Primera, que le aplicó la máxima sanción prevista en el Código Penal, también consideró las “lesiones graves” que el imputado le provocó a Natanael Araya, hermano de la víctima fatal, también apuñalado. El camarista Álvaro Meynet avaló la hipótesis de un “homicidio criminis causa” (matar para ocultar otro delito) y consideró como agravantes “el desprecio a la vida humana, la clara peligrosidad evidenciada en su desmedido e irracional proceder para, en público, herir gravemente a una persona y dar muerte a otra cuya finalidad, en valiente y comprometido actuar, fue impedir que huyera llevándose la cartera de la vecina”. Ramón Geldres, de 42 años, cumplía una condena unificada de 17 años y cuatro meses de prisión que agotaba en 2015. Fue juzgado por violentos delitos, entre ellos el ataque a balazos a un policía y las tres puñaladas que le aplicó a un comerciante de 70 años. En 1989 quiso llevarse un televisor de la casa de los Araya y en aquella oportunidad también apuñaló al padre de los hermanos, que es pastor evangélico. Durante el 2012, Geldres comenzó a salir de la cárcel de Cipolletti acompañado por un tutor. En enero de 2013 empezó a salir solo, de 8 a 14, hasta que el 6 de marzo, a las 10 de la mañana, asesinó a Claudio Araya, de 49 años. En ese momento debía estar trabajando en una carpintería, según el compromiso que había asumido ante el Instituto de Asistencia de Presos y Liberados. El día del asesinato, Geldres estacionó su moto en la calle Urquiza y a pocos metros, en la Mengelle, abordó a una mujer de 60 años y le arrebató la cartera. Desde el vivero que está en la esquina, los hermanos Natanael y Claudio advirtieron la situación y cruzaron para impedir la huida de Geldres. Natanael se acercó y el imputado le advirtió con un cuchillo: “pará que cocino”. Se trenzaron en una lucha feroz y el muchacho Araya terminó con dos puñaladas en el tórax. Entonces intervino Claudio y consiguió inmovilizar al atacante. Lo sujetó de las manos pero el ladrón se zafó y le dio dos puñaladas, una en el abdomen y otra debajo de la mamila. El hombre murió desangrado en la calle. Geldres fue detenido por un policía federal retirado que, de casualidad, transitaba por la zona. Laura Sánchez, la mujer de Claudio, y el sobreviviente Natanael se presentaron como querellantes con el patrocinio del abogado Santiago Ramos Luna. El imputado estuvo asistido por la defensora pública Verónica Rodríguez y el fiscal fue Ricardo Maggi. La Cámara Primera se integró con Meynet, Alejandra Berenguer y Julio Sueldo. Durante el debate se advirtió tensión entre las miradas de Natanael y del acusado. Ayer, después de la sentencia, Ramos Luna dijo que la familia Araya no había asistido a la lectura del fallo porque el juicio había sido “muy duro” para todos. “Voy a reunirme con ellos y a comunicarles el resultado del proceso”, concluyó. Geldres fue esposado y, en silencio, trasladado al penal de Choele Choel.
Laura Frank
En la sala de audiencias casi no hubo público. La familia Araya no concurrió.
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