La crisis global del agua
Las señales de peligro por el consumo desaprensivo de agua y el calentamiento global están dando paso a una realidad dramática con ciudades al borde del desabastecimiento y ríos contaminados, que será debatida esta semana en Brasilia durante el 8º Foro Mundial del Agua.
Con el caso de Ciudad del Cabo -que en julio podría quedarse sin agua corriente- como emblema, 15 jefes de Estado, 300 alcaldes y decenas de científicos y ambientalistas analizarán las secuelas del cambio climático, la sobrexplotación de recursos y la presión demográfica sobre el elemento más crítico del planeta.
Se espera que el evento congregue a 40.000 personas en Brasilia entre el 18 y el 23 de marzo.
“Hay más represas, más automóviles, más producción y más habitantes y la respuesta de protección es aún muy frágil comparada con los impactos que ya se están manifestando”, dijo a la AFP Ney Maranhao, director de la Agencia Nacional de Aguas (ANA), que regula el uso de recursos hídricos en Brasil.
El agotamiento de las capas freáticas, la proliferación de diques y la contaminación de ríos son también parte del “telón de fondo” que se instaló en la Tierra con el inicio del calentamiento global, afirmó Maranhao en una entrevista reciente.
Evitar otras “El Cabo”
Ricardo Medeiros, director del foro y miembro del World Water Council -entidad con sede en Marsella (Francia) que organiza este encuentro trianual-, cree que la clave también pasará por encontrar respuestas de gestión más allá del capítulo ambientalista.
“El agua ha sido tratada siempre como un elemento transversal a todas las actividades, pero siempre en un segundo plano. Lo central ahora es reconocerla no con el discurso tradicional de que es un bien esencial para la vida, sino de que es un elemento que induce el desarrollo” económico, dijo.
Colin Strong, del World Resources Institute, coautor de un estudio que propone mapear la gestión pública del agua en el mundo, concuerda.
“Las narrativas tradicionales claramente no están funcionando”, respondió a una consulta por correo electrónico.
“Si bien es cierto que Ciudad del Cabo vive una sequía, las sequías pueden ocurrir y ser manejadas si existe un plan para responder a la crisis. Pero si las ciudades no tienen un programa de contingencia para el agua que les permita superar la escasez, habrá más Ciudades del Cabo”, añadió.
Ciudad del Cabo podría quedarse sin agua potable, aunque las autoridades dijeron este mes que podrían evitar que eso suceda en 2018 si se cumplen las previsiones de lluvias de los próximos meses y se mantiene el nivel actual de consumo.
Cooperación o conflicto
La llegada del foro a Sudamérica por primera vez coincide también con un momento crítico en el país anfitrión, por cuyo territorio pasa el 18% del agua potable del planeta.
La populosa Región Nordeste de Brasil atraviesa la sequía más prolongada de su historia y la propia Brasilia aplica severas restricciones al consumo desde enero de 2017 tras una caída de sus reservas.
“El agua tiene que ser un elemento que una a las comunidades, a las naciones y no la materia prima de la próxima guerra mundial como se acostumbra decir. El foro tratará de compartir buenas prácticas, soluciones y experiencias. Y en gran dimensión, la cooperación entre los países”, dijo Medeiros.
El punto de partida formal de los debates será el lunes, cuando la Unesco divulgue su informe anual “Soluciones Basadas en la Naturaleza para la Gestión del Agua”.
(AFP)
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