Por qué vuelve a morir una persona en manos de un conductor alcoholizado en Neuquén
La muerte de un comerciante ocasionada por una persona que conducía bajo los efectos del consumo de alcohol pone de manifiesto que en Neuquén no se ha podido resolver el problema. El testimonio de tres personas vinculadas a esta situación.
El pasado sábado a la noche, Pedro Leiva, el dueño de un mercado situado en la esquina bajo de Neuquén ayudó a una clienta a cargar una bolsa de carbón en su automóvil. Cuando cumplió con su tarea y regresaba a la puerta de ingreso del local vio que una camioneta se acercaba a él de forma descontrolada y no pudo hacer nada. La Ford Eco Sport lo aplastó contra la pared y minutos después perdió la vida en el hospital a causa de una hemorragia interna.
El test de alcoholemia del conductor de la Ford, Sandro Gustavo Codegoni, marcó que tenía 2,02 gramos de alcohol por litro de sangre, pasadas las 21 horas, cuando ya regía la prohibición de venta de bebidas alcohólicas durante las horas previas del acto eleccionario del domingo.
“Es una locura que ya ese tipo estuviera como estaba a esa hora con dos gramos”, comentó Sandra Torres, la presidenta del Observatorio Vial Municipal y titular de la fundación Bien Argentino.
“Es una decepción”, fue el término más adecuado que pudo expresar el subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio. Se trata del responsable en coordinar los operativos de alcoholemia en la ciudad. De hecho, cuando fue consultado por RIO NEGRO, realizaba un operativo de control por la Avenida Olascoaga en la zona de los balnearios. Explicó que este hecho se dio por la combinación letal de tres factores: exceso de velocidad, consumo de alcohol y maniobras de conducción temeraria. “Tenemos que lamentar una muerte más”, enfatizó.
“Nos llama la atención la responsabilidad, la decisión de subirse a un volante después de haber consumido alcohol”, señaló la integrante de la organización social Estrellas Amarillas, Fabiana Marillán. Cuando atendió el teléfono manifestó que justamente estaban debatiendo con otra integrante de la ONG sobre este caso. “Creemos que tiene que haber una pena ejemplar”, manifestó Marillán en relación con el proceso judicial contra la persona que manejaba el vehículo y consideró que fue buen caratulada la acusación por el delito de homicidio doloso cometido con dolo “eventual” (término judicial que especifica que el imputado tenía conocimiento del daño que podía ocasionar conduciendo en ese estado). “Vemos que la justicia viene encaminada en el caso de Leiva”, agregó Marillán.
Estrellas Amarillas tiene previsto realizar una presentación a la Municipalidad para exigir que le quiten “de por vida” la licencia de conducir.
Por qué vuelve a suceder
“Todo lo que hacemos es como que no alcanza”, señaló Sandra Torres cuando se repite la misma problemática.
La sensación es compartida, por Francisco Baggio, quien mencionó que se incrementó la cantidad de motos para realizar operativos de tránsito y se aplicó un una nueva modalidad de control mientras circulan por las calles de Neuquén. Sin embargo “parece que falta mucho”.
Baggio señaló que debe haber un cambio desde “la cultura” de los conductores y el trabajo de concientización, más allá de lo estrictamente contravencional.
Fabiana Marillán mencionó, como principal factor, la falta de responsabilidad individual. “Es cultural consumir alcohol y no pasa nada”, sostuvo. También argumentó que existe la dificultad de encontrar las acciones necesarias para solucionar el “problema cultural” y “romper con esta construcción del alcohol y el volante”.
Esta forma de legitimación social es la que perciben noche a noche los y las inspectoras de tránsito mientras realizan su tarea habitual. Baggio señaló que es “uno de los trabajos más ingratos que he visto”, porque se van a sus casas con “una carga negativa muy fuerte todos los días”.
Torres mencionó que lograron reducir los casos cuyos conductores integran la franja etaria entre los 17 y 30 años de edad. Pero, comentó: «Nuestra generación -mayores de 40- creció”.
“La gente realmente pierde la percepción del riesgo”, describió. Por esa razón el nivel de tolerancia en los controles “es cero”.
Cómo prevenir
Marillán mencionó que la asociación que integra, se encargó de realizar charlas educativas que les brindan a los infractores “la oportunidad de no asesinar a una persona en la calle”. Sandra Torres explicó que se trata de un Aula de Reeducación Vial. Una iniciativa que puso en marcha la actual gestión municipal, a pesar de que la ordenanza de su creación se había establecido en el año 2012. A quienes superan 1.50 gramos de alcohol en sangre durante un control, les destruyen su carnet de conducir y son obligados a asistir a dicha capacitación como principal requisito para recuperar su permiso.
Marillán explicó que esa experiencia educativa “fue muy impactante para nosotros” porque “veíamos potenciales asesinos al volante”.
Torres detalló que esas personas no tienen conciencia de que pueden quedarse sin trabajo cuando pierden su licencia. Incluso mencionó que derivaron un caso a especialistas en Consumos Problemáticos porque un jóven había manifestado que no podía controlar el consumo de bebidas alcohólicas.
La responsable de Bien Argentino comentó que más allá, la irresponsabilidad individual, “faltan más controles”. También adjuntó que se debe dotar de más recursos a la policía y al municipio y agregó que se debe modificar la actual legislación.
Torres aclaró que en la ciudad de Neuquén rige la tolerancia O, pero no así en las localidades de Cipolletti, Centenario y Plottier. Señaló que recibió una invitación del vicegobernador, Marcos Koopmann para que explique a los diputados la necesidad de ampliar la ordenanza local en toda la provincia. Aclaró que hace seis años atrás las y los legisladores provinciales “se negaron rotundamente a tratarlo”. A su vez, añadió que existe un compromiso del Gobierno nacional en aplicarlo en todo el país.
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