Por qué hay que cocinar bien a las truchas y los salmones: el 75% tienen parásitos

La difilobotriosis es una enfermedad intestinal que afecta a los seres humanos por consumir pescado crudo o mal cocido. La causa es un parásito que está presente en truchas y salmones capturados artesanal o deportivamente en lagos del norte patagónico, según advierte un equipo de científicos del Conicet y la Universidad del Comahue en la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro.

“Hasta el 75% de los salmónidos en espejos de agua cercanos a Bariloche y Villa La Angostura tienen larvas de estos gusanos que, una vez adultos, pueden llegar a medir 9 – 10 metros”, contó a RIO NEGRO Gustavo Viozzi, doctor en biología del laboratorio de parasitología del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente (Inibioma), dependiente del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue.

El investigador informó que se la conoce popularmente como “tenia de los peces”. Es una parasitosis zoonótica que fue introducida en la Patagonia norte por inmigrantes a principios del siglo pasado. Ya existía en zonas templadas y frías del Hemisferio Norte.

Con las doctoras Verónica Flores y Liliana Semenas, Viozzi está por publicar un trabajo que documenta la presencia del parásito Dibothriocephalus, causante de la enfermedad “en hasta un 75% de los peces en los lagos Nahuel Huapi, Moreno y Gutiérrez, más aún que el 72% detectado en un muestreo anterior ya publicado”. Se puede inferir que hay más casos de la enfermedad en la población de los que se diagnostican, señaló.

En Bariloche y alrededores, los parásitos que causan la difilobotriosis también se encuentran en gaviotas y perros. Esto hace que las ciudades de la región sean un potencial foco de transmisión por la cantidad de perros sueltos, por las gaviotas en basurales y por los vertidos de líquidos cloacales sin tratamiento. “Las larvas están en los peces, mayormente en los salmónidos como la trucha arcoíris”, añadió el investigador.

La planta cloacal en Bariloche está saturada porque no ha sido ampliada al ritmo del crecimiento urbano y con frecuencia se producen vertidos cloacales “crudos” al lago. Algo similar sucede en Villa La Angostura, donde recién a mediados de septiembre entró en operaciones la estación depuradora inaugurada en junio de este año. Ambas ciudades están situadas en las márgenes del lago Nahuel Huapi. Bariloche además tiene asentamientos suburbanos sobre los lagos Gutiérrez y Moreno.

“La enfermedad difilobotriosis está subdiagnosticada. Tenemos registrados 30 casos en personas, todos de infecciones adquiridas en los lagos andino-patagónicos y generalmente son pescadores”, informó Viozzi. En cuanto a la prevalencia en perros, entre el 10 y el 66% de las heces caninas colectadas en distintos barrios de Bariloche dieron positivas. En gaviotas, 2 de 4 estaban infectadas mientras que en peces la prevalencia llegó hasta el 75% en algunas especies de salmónidos de lagos cercanos a Bariloche.

¿Qué factores favorecen que haya más casos de esa enfermedad?
“El consumo de pescado crudo o insuficientemente cocido; el vertido de líquidos cloacales sin tratar a los ambientes acuáticos; el aumento de las poblaciones de gaviotas con los basurales a cielo abierto y el aumento de la población de perros sin control”, respondió el investigador.

Para controlar la difilobotriosis, se necesita un mejor tratamiento de los vertidos cloacales, dar información a pescadores y a cocineros, hacer desparasitación de perros y una disposición adecuada de las vísceras del pescado. No hay que dejarlas en el agua o a la orilla del río o lago, al alcance de los perros y gatos ya que pueden adquirir la enfermedad. Para prevenirse, “no hay que consumir pescado crudo o insuficientemente cocido, especialmente los salmónidos. Se los debe cocinar al menos 10 minutos o poner en el freezer a menos 10 grados por 48 horas o a menos 18 grados por 24 horas.