¿Por qué el Covid afecta más fuerte a hombres que a mujeres?

Los hombres tienen sistemas inmunitarios más débiles que, en algunos casos, pueden llegar a sabotear la respuesta del cuerpo a un invasor. Sin embargo, los factores sociales y culturales también pueden influir. Varias investigaciones avalan esta teoría.

Al comienzo de la epidemia del coronavirus, los datos de los hospitales de China revelaron una disparidad sorprendente: el COVID-19, la enfermedad por el virus, estaba matando a muchos más hombres que a mujeres.


Para mediados de octubre, el coronavirus había matado a casi 17,000 más hombres estadounidenses que mujeres, de acuerdo con los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés). Un análisis realizado por Global Health 50/50, una iniciativa radicada en el Reino Unido para promover la igualdad de género en la atención médica, reveló que por cada 10 mujeres fallecidas por la enfermedad en Estados Unidos, habían muerto 12 hombres.

Esa disparidad fue uno de los muchos aspectos alarmantes del nuevo virus. Dejó desconcertados a quienes no estaban familiarizados con el papel del género en la enfermedad.

Sin embargo, eso no fue una sorpresa para el grupo especializado de investigadores que estudian esa relación. El equipo preparó una serie de hipótesis. Un posible culpable era el comportamiento masculino. Quizás los hombres eran más propensos a estar expuestos al virus debido a factores sociales. Por ejemplo, los pulmones de los hombres podrían ser más vulnerables porque eran más propensos a fumar en los primeros países en reportar las diferencias.

Lo que se ha vuelto más evidente, 10 meses después de este brote, es que los hombres muestran respuestas inmunes comparativamente más débiles a las infecciones por coronavirus, lo que podría explicar esas muertes.

Si bien la incidencia en contagios es similar, los hombres suelen estar más afectados.


“Si miras los datos por todo el mundo, hay la misma cantidad de hombres y mujeres infectados. Es la gravedad de la enfermedad la que es más fuerte en los hombres en la mayoría de las poblaciones”, dijo Franck Mauvais-Jarvis, médico de la Universidad Tulane.


La “inmunidad masculina”



Las mujeres por lo general tienen sistemas inmunitarios más fuertes, gracias a los hormonas sexuales así como a los cromosomas llenos de genes relacionados con la inmunidad. Cerca de 60 genes en el cromosoma X están involucrados con la función inmunitaria, según declaraciones de la microbióloga Sabra Klein de la Universidad Johns Hopkins al Washington Post en abril. Las personas con dos cromosomas X pueden beneficiarse de la doble ayuda de algunos de esos genes.

Akiko Iwasaki, quien estudia las defensas inmunitarias contra los virus en la Universidad Yale, quiso ver cómo podrían influir las diferencias sexuales en las infecciones por coronavirus. Iwasaki y sus colegas lanzaron una “red proverbial” al sistema inmunitario para “pescar” bancos de luchadores microscópicos.

En los pacientes masculinos, los científicos descubrieron que la respuesta de las células T era más débil. Las células T no solo detectan las células infectadas y las eliminan, sino que también ayudan a gestionar la respuesta de los anticuerpos.

Hay misma cantidad de infectados. Es la gravedad la que es más fuerte en los hombres en la mayoría de las poblaciones”

aseguró Franck Mauvais-Jarvis, médico de la Universidad Tulane.


El poder del sistema inmunitario disminuye a medida que las personas envejecen, sin importar su sexo. Pero lo que es un declive suave para las mujeres es una caída abrupta para los hombres: el trabajo de Iwasaki indica que la respuesta de las células T de los hombres entre 30 y 50 años es equivalente al de una mujer de 90 años.

Otro informe, publicado en septiembre en PLOS Biology, examinó material genético humano anónimo recolectado junto con virus en muestras nasales con hisopos. Ese estudio encontró señales de defensa debilitadas en los hombres. Cuando una célula detecta un virus, realiza el equivalente molecular a activar una alarma de incendio, dijo una de las autoras del estudio. Esa alarma se manifiesta en los ARN, que reaccionan de inmediato.

La reacción debería lograr que las células generen las primeras líneas de defensa, como los interferones, moléculas del sistema inmunitario que, como bien sugiere su nombre, interfieren con la capacidad del virus de reproducirse. Sin embargo, Lieberman y sus coautores descubrieron que en los hombres y en algunas poblaciones mayores, esa alarma contra incendios se apaga antes de tiempo, quizás incluso antes de que hayan llegado los bomberos. “Creo que eso es la consecuencia funcional, potencialmente, de lo que estamos viendo aquí”, dijo.


Cuestión de comportamiento



Más allá de estas diferencias biológicas, sería simplista ignorar cómo otros aspectos de género, como el comportamiento y las normas sociales, podrían también influir en la pandemia.

A grandes rasgos, los hombres pueden ser menos propensos a preocuparse por el COVID-19 que las mujeres, lo que se ajusta al patrón de que las mujeres por lo general tratan los riesgos para la salud con más seriedad. Una encuesta reciente reveló que las mujeres adoptaron una estrategia más cautelosa ante la enfermedad, expresando mayor preocupación por el hecho de poder regresar a los lugares de trabajo de manera segura. Las mujeres también tienen más probabilidades de seguir los consejos de los expertos, como el distanciamiento social y el uso de cubrebocas, de acuerdo a otro estudio que incluyó encuestas y observaciones del comportamiento de peatones en Nueva York, Connecticut, y Nueva Jersey.


La proporción de muertes por coronavirus en las mujeres también se incrementa con su participación en la fuerza laboral a tiempo completo, según un informe de la economista Renee Adams de la Universidad de Oxford que utilizó datos de Global Health 50/50.


Anticuerpos dañinos



No solo el sistema inmunitario de los hombres es más débil, sino que ademas en varios casos graves de coronavirus, puede ponerse trabas a sí mismo. Un estudio de casi 1,000 pacientes con COVID-19 potencialmente mortal, publicado en septiembre en Science, descubrió evidencia de autosabotaje molecular. Los combatientes del sistema inmunitario estaban atacando las defensas del cuerpo, como guardias renegados que intentan destruir las puertas de su propio castillo.

En particular, los investigadores detectaron los denominados autoanticuerpos, moléculas que someten y neutralizan partes del sistema inmunitario. Esos neutralizadores desactivaron un subconjunto de moléculas defensoras conocidas como interferón de tipo I-a. En pocas palabras, tener autoanticuerpos condujo a una mayor replicación viral.


Por Ben Guarino (The Washington Post)

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