Por la pandemia, cerraron sus puertas cerca de 300 comercios en Roca
Los rubros dedicados a las actividades físicas, el gastronómico, jardines privados y los salones de fiestas desde hace tres meses que no facturan un solo peso. Todavía no hay una estimación de la cantidad de personal que quedó sin su fuente de trabajo.
La crisis económica provocada por la pandemia está desatando el cierre de locales comerciales en la ciudad, además de la reinvención en algunos rubros y la apertura de nuevos horizontes para quienes deciden apostar al comercio esencial.
El impacto en la economía de Roca ya alcanza cifras importantes, con el cierre de unos 300 comercios, aproximadamente el 10% de los 3.000 que se encontraban habilitados.
Martín Ancatén, presidente de la Cámara de Agricultura, Industria y Comercio (CAIC) reconoce que la cifra impacta, pero asegura que el número no se “disparó” sólo por la pandemia.
“Era un efecto de la economía que venía en caída. Nosotros lo veníamos detectando. Lo que ha hecho el covid-19 es acentuar esa crisis”, sostuvo el dirigente mercantil, quien aseguró que algunos de estos comercios no pudieron sostenerse ni siquiera un mes tras la declaración de la cuarentena, el 20 de marzo.
El titular de CAIC aclaró que por ahora no tiene cifras sobre cuántos empleados han quedado sin su fuente de trabajo, pero el cálculo que realizan es que entre tres o cuatro comercios por rubro cerraron sus puertas en los últimos meses. “Sólo hace falta darse una vuelta por el centro o por los barrios para darte cuenta de la cantidad de locales que bajaron las persianas”, explicó.
Para el comerciante es difícil sostenerse en esta situación. Es una carga emocional muy grande además de las deudas”.
Martín Ancatén, presidente de CAIC
Ancatén advirtió además que la pandemia cambiará definitivamente el escenario para muchos comercios y empresas. “Ayer me vino a ver una emprendedora que vende ropa para niños. Hizo todos los trámites, paga sus impuestos y ahora se dedica a la venta por internet. Cuando esto termine ella no alquilará un local, trabajará directamente al público a través de las redes sociales”, dijo. En otras palabras, el escenario será muy distinto cuando la situación se normalice en los próximos meses.
El dirigente se mostró preocupado porque esa cifra de comercios cerrados puede seguir en aumento ya que todavía hay rubros que van a seguir padeciendo la cuarentena. Puntualmente, los jardines maternales privados, los gimnasios, los salones de fiestas y los locales gastronómicos.
“Esta semana nos reunimos con cada sector. Están preocupados porque ya son más de tres meses sin generar ingresos y donde todo es gasto y deuda. Estamos tratando de obtener un préstamo a tasa 0 para que puedan asumir algunos gastos, al menos hasta que vuelvan a trabajar”, dijo resignado.
Aclaró que como para tomar un ejemplo de la envergadura del problema se puede tener en cuenta el caso de los jardines: en Roca hay 13 y unas 60 familias vivían hasta hace tres meses de esa actividad.
El 70%, mensajerías
Con respecto a los trámites formales concretados, 41 nuevos comercios recibieron sus habilitaciones municipales en el marco de la pandemia.
A su vez, son 32 actividades comerciales que decidieron ponerle fin a sus emprendimientos dado que la pandemia les impide trabajar y se acumulan las deudas.
Del total de habilitados, 28 son mensajerías que transportan mercadería y que junto a los delivery, se transformaron en actores indispensables para estos tiempos. En total son 281 los comercios que realizaron este anexo a la actividad económica que tenían inicialmente.
28 mensajerías fueron habilitadas por el municipio desde fines de marzo, cuando empezó la pandemia.
Desde la Secretaría de Producción y Desarrollo Sostenible de la ciudad se hacen reuniones regulares con comerciantes de la localidad, organizadas por rubros donde es posible individualizar y analizar cada situación particular. Se confecciona un registro de comercios que recibieron aportes o créditos de ATP, AFIP, CREAR, u otras líneas del gobierno nacional, lo que permite tener un conocimiento pormenorizado de la situación local y contribuir con las gestiones necesarias, generando nexos y brindando asesoramiento para la búsqueda conjunta de soluciones alternativas. “En líneas generales se observa que muchos de los comercios han obtenido algún tipo de auxilio por parte del Estado, mientras que otros, por diversos motivos, aún no han podido acceder a esos beneficios directos”, aseguró el ingeniero agrónomo Mario López, Secretario de Producción y Desarrollo Sostenible a través de un comunicado.
Con las máquinas en venta
Gabriel Colodner es propietario del gimnasio Vital. Desde 1998 el gimnasio se mantenía en pie en la ciudad y hace un mes decidió bajar sus persianas tras meses sin ingresos. El local cuenta con tres consultorios y dos salones que están alquilados a un grupo de profesionales que brindan distintos servicios y que están a la espera de regresar cuando la situación lo permita. Su clientela era habitual era principalmente mayores de 65 años, pero hace un tiempo Gabriel pensaba dejar de trabajar y la cuarentena fue el último empujón para tomar su decisión definitiva.
Ahora vende las máquinas a personas interesada en tener un gimnasio o que tienen clases particulares y desean tener más aparatos. Así, colchonetas, cintas, bicicletas, multigimnasios, escaladores, bancos de pesas y de abdominales son puestos en oferta para recuperar algo de lo invertido y solventar los meses de incertidumbre financiera generado por la pandemia.
Cierro el local del gimnasio. Mi motivación es alquilar ese salón más adelante o utilizarlo para otro emprendimiento. Tengo unas cuantas emociones encontradas… «
Gabriel Colodne, propietario gimnasio Vital.
Valeria y un paso forzado
Valeria Magaña era la propietaria de Dulce Picardía un local de ropa para niños entre cero y doce años. El local cerró sus puertas este mes. Valeria es madre de dos niños y seguir manteniendo el negocio abierto implicaba buscar una niñera o atender en el local con sus hijos. Las deudas de los servicios y los altos costos de alquiler motivaron a tomar su difícil decisión.
El local no alcanzó a cumplir su primer aniversario, ya que en julio del año pasado Valeria con orgullo apostaba a cumplir su sueño. “Siempre me gustó el rubro de ropa para bebé y niños. Compré el fondo de comercio, pero justo no fue una época adecuada”, afirmó.
Actualmente, Valeria hace maniobras para ayudarle a sus hijos a hacer las tareas del colegio, mantener el hogar en orden y manejar las redes sociales para vender su fondo de comercio. Está aprendiendo a dar sus primeros pasos con la venta exclusiva por internet. Hoy su fuerte está en Facebook en dónde a través de los grupos, publica su mercadería. Muchos se solidarizan y comparten mis publicaciones.
“Nuestra propaganda es el boca a boca y es un apoyo importante”, afirmó Valeria.
Como el cliente no se puede probar la ropa, consulta las medidas y pide fotos. Investiga antes el producto antes de comprar. “La gente pide barato porque los chicos no salen de sus casas. Por eso hago los envíos sin costo con precios accesibles. Pero por suerte tengo a mi marido que tiene su trabajo aparte”, comentó Valeria quien no pierde las esperanzas que si la situación mejora, volver a intentarlo.
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