Por la falta de gas se disparó la importación de gasoil

Las compras para dos meses y medio ya represan US$ 260 millones. Los bloqueos en Vaca Muerta complican el escenario con una menor inyección de 4 millones de metros cúbicos por día.

La situación que enfrenta el sector energético argentino de cara al inminente inicio del invierno no dista mucho de poder resumirse bajo la imagen de una tormenta perfecta. Y es por esto que junto a la multiplicación de las importaciones de gas natural licuado (GNL) para paliar la caída de la producción nacional, el Estado debió también multiplicar las importaciones de gasoil para el funcionamiento de las usinas a un precio que es casi el doble que el del gas importado.

El escenario del aprovisionamiento de este invierno no era nada bueno y eso el gobierno lo anticipó ya el año pasado con el lanzamiento del Plan Gas Ar, el programa de estímulos a la producción local de gas con el que buscaba elevar la generación nacional para evitar mayores importaciones de GNL.

Pero como en todo escenario, hay factores que pueden fallar y ,sin lugar a dudas, fallaron. Por un lado, la generación hidroeléctrica no permitirá ser un salvavidas para el sector eléctrico como lo fue el invierno pasado ya que la sequía pasó factura al nivel de los embalses y los pronósticos no son para nada alentadores dado que las grandes lluvias se vienen registrado aguas abajo de las represas.

Además, la central nuclear Embalse debe ingresar en cuestión de días en tareas de mantenimiento, quitando del sistema interconectado nacional la energía que genera.

Estos dos factores implican que la generación eléctrica del país deberá centrarse aún más en las usinas térmicas, pero es allí en donde la estrechez de gas se siente con fuerza.

Los piquetes en Vaca Muerta derivaron en una menor cantidad de gas para el invierno. (Foto: Florencia Salto)

Esta semana, el Mercado Electrónico del Gas (Megsa) realizó la tradicional subasta del gas que complementará la oferta ya prefijada dentro del Plan Gas Ar, pero la novedad fue que apenas se recibieron ofertas por 3 millones de metros cúbicos por día.

Y como si el panorama de esta tormenta no fuera ya complejo, los bloqueos en caminos y rutas de la zona de Vaca Muerta no solo derivaron en el cierre de pozos productivos que hicieron caer en estos días la producción en, al menos, 3 millones de metros cúbicos. Sino que el gran problema es que el bloqueo de más de dos semanas impedirá a las empresas llegar con toda la producción que se habían comprometido a tener por el Plan Gas Ar.

El cálculo, que se agrava con cada día de bloqueos, marca que para mayo faltarán otros 4 millones de metros cúbicos que deberán ser cubiertos con más compras de GNL y de gasoil.

Desde la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico Mayorista (Cammesa) ya se encargaron numerosas compras de cargueros de gasoil para permitir que las centrales térmicas puedan seguir operando.

En total se habían licitado 11 cargamentos, pero por la afectación que el bloqueo de Vaca Muerta está generando desde Cammesa se sumaron otros tres cargamentos, elevando así el total destinado a estas compras a nada menos que 259 millones de dólares para dar respuestas a las necesidades energéticas de apenas dos meses y medio: marzo, abril y la mitad de mayo.

Bloqueos en Vaca Muerta

Desde la Cámara de Empresas Productoras de Hidrocarburos (CEPH) se emitió esta semana una nota con una fuerte advertencia: estimaron que ante la imposibilidad de realizar y conectar nuevos pozos en Vaca Muerta las importaciones de GNL y gasoil se incrementarán en 220 millones de dólares por sobre lo previsto.

Sin embargo ese valor no es final, sino que desde la entidad que agrupa a las principales petroleras del país se alertó que por cada día de cortes que pasa se perderá la inyección de 25 millones de metros cúbicos para el invierno, generándose así una pérdida extra por día de 13 millones de dólares.

El dato

785
millones de dólares ya costaron las importaciones de GNL y gasoil.

Este déficit de potencial creciente se encuentra con que para ser cubierto con las importaciones debe asistir a un contexto internacional que además es adverso, en el que el GNL conseguido hace pocos días cotizó a 7,20 dólares el millón de BTU -cuando el año pasado se pagó a 3 dólares- y el gasoil a 13 dólares en su equivalencia de un millón de BTU.

De momento, a través de Ieasa, la ex Enarsa, ya se licitó a compra de 37 cargamentos de GNL que representan cerca de 2,100 millones de metros cúbicos de gas y por los cuales se abonó un poco más de 526 millones de dólares, que se suman a los 259 millones destinados al gasoil.

Pero estos 785 millones de dólares que ya se invirtieron no alcanzarán para, como dicen los abuelos, pasar el invierno. En el caso del gasoil se esperan muchas más compras para priorizar que el gas disponible llegue a los usuarios prioritarios como son las viviendas.

El mayor uso de gasoil en las usinas eléctricas del país implica, además de un costo más alto, una mayor generación de dióxido de carbono.

Pero además, en el caso del GNL las compras ya pactadas representan que aún se necesita la importación de, al menos, otros 1500 millones de metros cúbicos, es decir algo así como 28 buques valuados en 430 millones de dólares.

El costo de pasar el invierno será caro y ante el congelamiento del precio del gas en boca de pozo (PIST) deberá ser afrontado por un Estado que ya en marzo había anticipado que no tenía en su presupuesto los fondos necesarios para hacer frente a un plan inicial en el que nadie visualizaba un bloqueo de más de medio mes al corazón productivo del gas del país como es Vaca Muerta.

La esperanza chilena

Pero no todo fueron malas noticias esta semana. Desde el otro lado de la cordillera de Los Andes se comenzaron a entablar tratativas de parte de Innergy, la firma que opera el Gasoducto del Pacífico, para importar gas argentino a partir de septiembre.

En esa región del vecino país padecen por este momento una compleja situación de desabastecimiento de gas ante la disposición judicial que marcó la salida del barco regasificador de GNL que poseían. Esto dejó a las usinas y empresas de esa región chilena sin acceso a fuentes de gas, y miran precisamente hacia el otro lado de la cordillera para poder importar el fluido una vez que termine la crisis invernal de Argentina.

Para Chile el paso del gas de Vaca Muerta hacia su país sería un gran alivio, pero también para Argentina, que podría con ello nivelar, aunque sea un poco, el drenaje de divisas que ya está enfrentando para pasar los meses fríos.


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