Por la crisis, en Bariloche esperan un aumento en la demanda de ayuda social
Con las nuevas restricciones volvieron a limitarse actividades económicas en la ciudad. El año pasado, el municipio pasó de entregar 1.800 módulos alimentarios al mes a 25.000 en el peor momento de la pandemia.
La adopción de nuevas medidas restrictivas para contener la pandemia de Covid-19, sumadas al freno de la economía habitual en esta época del año, provocará un aumento en la demanda de ayuda alimentaria en Bariloche, según calculan en el municipio, donde ya tienen las previsiones para darles respuesta inmediata.
El secretario de Desarrollo Humano, Juan Pablo Ferrari, aseguró que están preparados para ampliar la cantidad de módulos alimentarios y la asistencia a comedores. Pero señaló que el volumen de la demanda que podría derivarse de las nuevas limitaciones a la actividad económica “es muy difícil de prever”.
Precisó que antes de la pandemia, a comienzos de 2020, el municipio repartía unos 1.800 módulos alimentarios por mes y pasó a distribuir 25.000 en el peor momento de la cuarentena. Esa cifra se mantuvo hasta diciembre pasado. Después bajó a unos 15.000, cuando el turismo y las actividades asociadas comenzaron a reactivarse, según indicó Ferrari.
“Las previsiones para incrementar ese número ya están tomadas. Igual es muy pronto para medir el impacto porque recién llevamos tres o cuatro días de las nuevas restricciones”, afirmó el funcionario. Insistió en que “a medida que la demanda crezca el municipio va a dar respuesta”.
Señaló que la ayuda se reparte mediante módulos de alimentos no perecederos y también con ayuda directa a los comedores, pero en este último caso el municipio desde la semana pasada comenzó a promover “que también distribuyan módulos y que no cocinen”, para evitar el agrupamiento de gente.
Ferrari dijo que la necesidad de más ayuda social y alimentaria en esta época se repite en Bariloche todos los años, por razones ajenas a la pandemia. “Influyen la caída estacional de la construcción y del turismo, las changas, la jardinería y otras fuentes de ingreso que se multiplican en verano y luego merman con el frío y con la lluvia”, afirmó.
Dijo que la demanda de alimentos se mantuvo relativamente alta en verano porque la crisis tiene un arrastre que no se resuelve fácil. “Mucha de la gente que empezó a changuear no deja de demandar el módulo, porque el efectivo que recibe lo aplica a pagar deudas de alquiler, de luz y otros servicios”, explicó.
Según Ferrari, en agosto pasado la provincia empezó a cubrir una parte importante del gasto en alimentos que distribuye el municipio, “pero nunca es todo”. Dijo por ejemplo que “en abril el aporte provincial fue de 10 mil módulos y otros 5.500 los costeó el municipio”.
Agregó que el operativo para llegar a cada barrio lleva un gran esfuerzo y “el problema principal es la falta de previsibilidad” sobre los aumentos en la demanda y también en relación con la logística. Señaló como ejemplo que durante varios meses tuvieron su base de trabajo en el gimnasio 1 y “de un día para otro” debieron mudarse, porque les informaron que allí se iba a montar un vacunatorio.
Comentarios