Por el sismo de ayer en Neuquén, vuelven a señalar a Vaca Muerta

Un grupo de académicos sostienen que se registraron nuevamente desde que se reactivó la actividad petrolera. No hay estudios que lo comprueben o desmientan.

Un sismo de magnitud 4,2° que se sintió en el Alto Valle sorprendió ayer al mediodía a los vecinos y puso nuevamente en el debate la vinculación entre los temblores y la actividad hidrocarburífera no convencional. Según los especialistas, no se puede comprobar ni desmentir porque no se cuentan con datos recogidos científicamente, punto por el que se proyectó una red de sismógrafos que aún no se puso en marcha.

 El geógrafo Javier Grosso dijo que podría tener una gran vinculación con la práctica del fracking porque la profundidad donde se produjo la liberación de energía consideró que coincide con la altura donde se realiza esa práctica.

“La localización, la intensidad y la profundidad del sismo de ayer es bastante similar a otras que vienen ocurriendo desde 2015 en la zona de Sauzal Bonito y Vaca Muerta”, indicó en declaraciones a Vos A Diario, el programa matutino de RN Radio.

Según precisó el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) tuvo una magnitud de 4.2° y fue a 7 kilómetros de profundidad. El epicentro se registró a 86 km al noroeste de Neuquén capital, en cercanías a Sauzal Bonito.

En marzo del año pasado se registró un temblor en un epicentro y con una magnitud similar. También se percibió en Neuquén.

Javier Grosso explicó que hay estudios que analizan la potencial reactivación de la estructura geológica conocida como dorsal Huincul. «Está en el subsuelo y recorre Neuquén de oeste a este. Una parte está debajo de Roca», informó el profesional.

Apuntó que una dorsal es una falla.  Indicó que la región está sobre la placa Sudamericana, que se mueve hacia el oeste unos cinco centímetros por año. Dentro de ellas hay subestructuras llamadas fallas. “En las zonas del límite de esas fallas, en las dorsales se produce la liberación de energía o los procesos de compresión», expuso.

Los estudios de lo que viene ocurriendo relacionan los componentes naturales y antrópicos.

El especialista integra un grupo que estudia la actividad sísmica de la zona  junto a dos de sus colegas de la Universidad del Comahue, Daniel Zúñiga y Gustavo Giménez. Además forma parte Guillermo Tamburini de la Universidad de la Patagonia Austral – Conicet y Joaquín Vázquez Marín, de la Red Geocientífica Chile.

Comentó que lo de ayer por un lado tiene componentes naturales «porque hay una respuesta geológica del subsuelo». Aunque indicó que hay que averiguar por qué esa respuesta «porqué se activó desde 2015».

Recordó que los pobladores dicen que antes de 2015 no había sismos. Por lo cual puso en cuestión «porqué aparecen en Sauzal Bonito a finales de 2018 y los primeros meses de 2019, que son los meses cuando había aparecido la actividad hidrocarburífera no convencional».

Por eso dijo que se indaga si las respuestas del subsuelo es por «el movimiento de la placa Sudamericana  o una respuesta a la intervención en el subsuelo por parte de perforaciones, detonaciones, inyecciones de miles de toneladas de arena y de litros de agua«.

El geógrafo marcó que hay muchos sismos que están por fuera de la dorsal Huincul y están al norte de Añelo. Dijo que se empezaron a manifestar en diciembre del año pasado. «Meses antes había empezado las fracturas al norte de Añelo. Y esos sismos tienen profundidades de 4 a 6 kilómetros y coinciden con la capa llamada técnicamente Vaca Muerta dónde está el reservorio», desarrolló.

El profesional indicó que se registran sismos a profundidades muy bajas y que coinciden con los tramos donde se hace fracking.

No obstante, los pozos de Vaca Muerta no se encuentran a esa profundidad. Las perforaciones descienden a los 2.500 a 3.000 metros para dar lugar a ramas horizontales que con las fracturas hidráulicas suman unos 200 a 300 metros, es decir que no llegan a los 4.000 ó 6.000 metros que expuso el profesional.

Dijo que el proceso es necesario mirarlo holísticamente y como algo complejo. «Eso implica que a partir de noviembre de 2015, los sismos se multiplicaron exponencialmente y a fines de 2018 y principios de 2019 en Sauzal Bonito llegaron a haber en esos meses cerca de 100 sismos».

Y apuntó que los sismos se frenaron en agosto de 2019, que «es cuando las empresas dejaron de fracturar» y volvieron cuando retomó la actividad.

En realidad la actividad se detuvo desde el 20 de marzo hasta mediados de mayo, por el efecto de la cuarentena obligatoria. Actualmente hay solo tres empresas fracturando en Vaca Muerta a un ritmo que es menor a la mitad de lo que había el año pasado, por lo que la diferencia de actividad no es mucho mayor que en junio, cuando, durante los primeros días del mes, se registró una seguidilla de sismos. No hubo empresas afectadas por el temblor.

Sobre una posible vinculación con las represas , dijo que pueden ser inductor de sismos» aunque marcó que hubo períodos del río Neuquén que han llenado Los Barreales y Mari Menuco y no se manifestó ningún sismo en esa época».


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