Por el respiro que da el virus en Bariloche apuran las cirugías oncológicas

La pandemia había colapsado la terapia intensiva, que es vital para este tipo de operaciones. La atención de los pacientes nunca paró pero muchos pospusieron controles por temor.

La mejora en la situación sanitaria de Bariloche permitió avanzar con cirugías oncológicas programadas que estaban suspendidas desde hace tiempo y se habían acumulado. 

Este tipo de intervenciones se retomaron en julio y en este momento, se realizan entre dos y tres por semana ya que demandan varias horas de trabajo en el quirófano.

Desde las últimas semanas, el hospital Ramón Carrillo tiene un promedio de 10 pacientes en terapia intensiva cuando, en el peor momento de la segunda ola por Covid-19, llegaron a registrar 28 personas internadas. Otro dato es que solo el 60% corresponde a casos de coronavirus. Atrás en el tiempo, quedó el 100% de internaciones por el virus. 

El descenso de contagios y, por lo tanto, de casos más graves, permitió descomprimir las salas y avanzar en algunos casos oncológicos postergados.

“Son cirugías complejas que requieren un monitoreo de terapia intensiva en el postoperatorio. Entre la primera y segunda ola, se lograron concretar algunas pero después, no se pudo continuar y se habían acumulado”, explicó Germán Santamaría, jefe de Terapia Intensiva del hospital de Bariloche.

María Inés Garate, jefa de Oncología del hospital, aseguró que el servicio nunca dejó de funcionar durante la pandemia para los casos urgentes. Aclaró que “el paciente que había registrado un tumor cinco o siete años atrás no iba al control para que no se aglutinara gente. Pero sabía que, ante cualquier síntoma, el servicio estaba abierto y nos manejábamos con un teléfono”.

Aun durante la pandemia -recalcó la médica- continuaron recibiendo pacientes nuevos que eran derivados de otros servicios y siguieron los tratamientos de quimioterapia. En todo momento -subrayó Garate- se priorizó la urgencia del diagnóstico si había una necesidad quirúrgica.

Se atrasaron algunas cirugías porque al tener las terapias estalladas, teníamos que suspender. Nos demoramos pero todos recibieron cirugía. De a poco, tenemos más movimiento a pesar de que todavía estamos a media máquina porque no queremos que se aglutine la gente. Lo mismo pasó en el sector privado”, manifestó.

Recordó que, en varias ocasiones, hubo enfermeros aislados por Covid que fueron reemplazados por otros pero “Oncología nunca quedó sin atención”.

Garate reconoció también que, en el último año y medio, ante el temor por la pandemia, mucha gente no consultó ante determinados síntomas.

“No tenían diagnóstico entonces hoy nos estamos encontrando con casos más avanzados. La gente estaba tan asustada con el virus que no se animaba a salir de sus casas. No se hacían controles ginecológicos, por ejemplo, y ahora, vemos microcalcificaciones o nódulos”, contó. 

Dijo que “de a poco, con la vacuna, la gente se siente más segura aunque siempre insistimos en la necesidad de seguir cuidándonos porque hay otra cepa. Pero lo cierto es que hoy, la gente consulta más”. 

El trabajo clave de Balcec no se detuvo durante estos meses

El Balcec (Bariloche Lucha contra el Cáncer) funciona en la ciudad desde hace 52 años y según definen sus voluntarias (en su gran mayoría, mujeres jubiladas), el principal desafío es hacer prevención en salud con estudios tempranos ginecológicos para las mujeres y chequeos de próstata para los hombres mayores de 50 años. 

“Allá por 1969, las citologías se mandaban en avión a Buenos Aires porque acá no podían hacerse. Desde ahí, se fue avanzando en la ciudad”, indicó Cristina Zazzali, presidenta de Balcec.

Hasta el comienzo de la pandemia, las voluntarias se disponían en el ingreso del hospital Ramón Carrillo. 

“A fin de dar una mano al hospital y evitar la circulación, proponemos a algunas pacientes que se hacen estudios, retirarlos de Patología y entregarlos en forma telefónica o bien que los retiren por la sede de Balcec”, contó.

Reconoció que el hospital “no puede atender toda la demanda espontánea que se atendía en situaciones normales. Hay mucha gente que todavía no se ha podido realizar sus estudios. Seguimos trabajando como podemos para darle una mano al hospital”, añadió. 

La sede del Balcec funciona en Mitre 415, primer piso oficina 13 y cuenta con consultorios para la atención ginecológica y el control de próstata.

Zazzani explicó que el bono de 2.200 pesos cubre la consulta médica, el Papanicolau, colposcopía, la revisión de mamas y la citología en el laboratorio patológico.

Los turnos se otorgan por mensajes de whatsapp (2944824009) y también se puede escribir por correo electrónico a la dirección balcecbariloche@hotmail.com.


La mejora en la situación sanitaria de Bariloche permitió avanzar con cirugías oncológicas programadas que estaban suspendidas desde hace tiempo y se habían acumulado. 

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