Pollos más fuertes y sanos gracias a los desechos frutales
En la Escuela de Veterinaria de la UNRN avanzan con el proyecto que suplementa su alimentación con los restos de la agroindustria que son biodegradados por un hongo. Así se abaratan costos y logran mejor calidad en sus carnes .
Los residuos de las frutas de la región que se procesan (bagazos agroindustriales) pueden funcionar como una buena dieta suplementaria que aporta proteínas para el engorde y calidad en los pollos parrilleros, a la vez que abaratan su costo de producción.
Eso es lo que busca demostrar el proyecto que desarrolla la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro, con sede en Choele.
La iniciativa surgió a partir del problema ambiental que genera la acumulación de residuos de la industria frutihortícola y el elevado costo de su procesamiento. (Ver recuadro)
Bagazos
- 20%
- De la fruta industrializada en el Alto Valle se acumula como residuo sólido orgánico
“Hay un tipo de hongos, del género Pleurotus, que al desarrollarse producen setas comestibles y posibilitan a la vez la biodegradación de los residuos orgánicos”, explicó María Belén Buglione, directora del equipo de docentes, estudiantes y no docentes que desarrollan el proyecto.
Al introducir estos hongos en los bagazos frutales se logran distintos objetivos: “la remediación ambiental , la generación de un alimento como son los hongos, con propiedades nutricionales muy interesantes. Y una vez que se cosechan dejan un sustrato enriquecido que puede servir de forraje para los animales”, añadió la docente de Química.
En la Escuela Veterinaria analizan ahora cómo influye esta dieta suplementada en el desarrollo de la flora intestinal de los pollos, en su peso -conversión alimenticia- y en la calidad de su carne.
Como cierre de la crianza de los pollos y en el marco del proyecto, estudiantes y docentes los faenaron hace un mes. Ahora desarrollan los análisis bioquímicos, fisicoquímicos y sensoriales de las muestras tomadas.
“Toleran muy bien esta alimentación y logramos mortandad cero”, dijo Buglione.
El proyecto apunta a producir hongos Pleurotus inoculándolos en los bagazos. Así, se busca caracterizar química y microbiológicamente la pleurotina, que es utilizadacomo alimento en pollos criados en confinamiento.
Al reemplazar con ella parte de los balanceados, se logran bajar los costos de producción.
De acuerdo a los reportes de las industrias frutihortícolas de la zona, en los valles irrigados del río Negro se procesan unas 600 mil toneladas de manzana, pera y tomate por año. Cerca del 20% de la fruta industrializada se acumula como residuo sólido orgánico (bagazos), de constitución ácida.
El estudio revela que pueden ser biodegradados por acción de hongos Pleurotus. Con ello se pueden lograr varios propósitos: biodegradación del bagazo (dando lugar a pleurotina) y generación de gírgolas comestibles.
“La pleurotina puede encontrar un destino importante en el uso de suplementos dietarios para alimentación de pollos parrilleros, ya que posee fitoquímicos bioactivos que actúan como antioxidantes, antimicrobianos, inmunomoduladores y antiinflamatorios, contribuyendo a un estado de salud óptimo para el animal y aumentando la estabilidad de las carnes posmortem”, sostienen.
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